Por Redacción TNE
Harriet Tubman escapó de la esclavitud y regresó más de 19 veces a rescatar a otros, a pesar de que su cabeza tenía un alto precio. Después de tantos años de lucha por parte de grupos activistas y de defensa por la equidad de género como el Women on 20s, por primera vez en más de un siglo una mujer aparecerá en una moneda en curso en EE.UU.
Entre las candidatas a figurar en el billete estaban la activista de los derechos humanos, Rosa Parks; la luchadora por el derecho al voto de las mujeres, Susan B. Anthony; y Wilma Mankiller, la primera mujer escogida en las urnas como jefa de la nación Cherokee. Sin embargo la elegida fue Harriet Tubman, una afroamericana que luchó para liberar a miles de esclavos en los 1850s.
Nació siendo una esclava en Maryland en 1822 y lo fue por 27 años, hasta que logró escapar dejando a su esposo y a toda su familia, incluidos sus padres, con la promesa de regresar.
“Vi mis manos para asegurarme de que era la misma persona; ahora era libre. Todo era glorioso. Sentí que estaba en el cielo” es una de las frases más recordadas de la líder.
Huyó hacia el norte, a Pensylvania, considerado uno de los “estados libres” junto con Canadá, sin embargo a pesar de las recompensas que daban por ella, volvió al menos 19 veces al lugar que la vio nacer a liberar a sus seres queridos y a otros cientos de esclavos.
Se creó una red llamada Underground Railroad, con rutas secretas y habitaciones seguras para permanecer a salvo en el trayecto, de la cual se hizo experta, gracias a su intelecto natural y coraje; las recompensas por su cabeza aumentaron hasta a 40 mil dólares.
Tubman jamás perdió a ningún fugitivo o permitió que alguno regresara por temor a ser descubierto, junto a ella la acompañaba su pistola, la cual no temía usar para defenderse o alguno de los esclavos que guiaba. Los afroamericanos veían coraje en ella, lo que los motivó a seguir y a jamás traicionarla.
La líder abolicionista además se convirtió en espía del movimiento Union Government, exploradora y enfermera en la guerra civil para seguir luchando contra la esclavitud.
Sufrió graves heridas en la cabeza por brutales golpizas que le fueron propinadas y tuvo que ser operada en el cerebro a avanzada edad por los constantes dolores de cabeza que se le presentaban, además desde joven no contaba con algunos dientes frontales, era una mujer de baja estatura y sin muchas características distintivas.
Por su gran trabajo durante tres años, sólo recibió un total de 200 dólares, por lo que tuvo que apoyarse vendiendo pays, pan de jengibre y cerveza de raíz.
Después de la guerra, al mudarse a Auburn, Nueva York abrió en su residencia una Casa Hogar para persona de color indigentes y desfavorecidos, sin embargo sus problemas económicos seguían presionándola por lo que vendía copias autografiadas de su biografía y daba discursos a cambio de dinero para seguir apoyando a la causa.
Tubman fue sin duda una prueba de perseverancia y coraje, por lo que será quien reemplace hasta el 2020 a Andrew Jackson, el séptimo mandatario de Estados Unidos que, irónicamente, fue quién firmo y creó la ley que expulsaba a los indios de sus territorios.