La tecnología que analiza rostros resulta muy prometedora, pero mal aplicada impacta en los derechos y libertades ciudadanas.
16/07/18 | Por Noticias TNE
El mes pasado, el gobierno local de Orlando, Florida, suspendió un proyecto piloto de reconocimiento facial ante el reclamo de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles por considerarlo una invasión a la privacidad y libertad de expresión, que además atenta contra los derechos del debido proceso.
Dicha tecnología es una de las más revolucionarias del momento, debido a que promete impactar en diversos sectores, como por ejemplo la seguridad de los ciudadanos y el retail. Puede servir para encontrar a una persona extraviada en una gran ciudad o identificar a un posible terrorista antes de que cometa un ataque, entre otros potenciales beneficios.
Sin embargo, también puede ser utilizada para fines ilegales, incluso por las mismas autoridades sin el permiso de los ciudadanos. Por ello se requiere que el gobierno sea más partícipe en su regulación. Así lo sugiere Brad Smith, presidente de Microsoft, en un texto publicado en el blog oficial de la compañía.
“Sin un enfoque reflexivo, las autoridades públicas pueden terminar por fiarse de enfoques tecnológicos defectuosos o sesgados a la hora de decidir a quién rastrear, investigar o incluso arrestar”, escribió Smith. “Las empresas pueden usar el reconocimiento facial para tomar decisiones sin la intervención humana, lo cual puede incidir en la elegibilidad para un crédito, trabajo o una compra”. Todos estos escenarios generan cuestiones sobre la privacidad, la libertad de expresión y de asociación.
“En una república democrática, no hay un sustituto para la toma decisiones por parte de nuestros representantes acerca de los temas que requieren de un balance entre la seguridad pública y las libertades democráticas”, precisó Smith.
Por lo anterior, el presidente de Microsoft sugiere la creación de una comisión experta que estudie el reconocimiento facial y emita consejos a la hora de aplicarla en los Estados Unidos. Este organismo debe considerar potenciales restricciones al gobierno sobre su uso. Adicionalmente, deben crearse estándares que prevengan la elaboración de perfiles raciales, así como los requerimientos para notificar a las personas cuando se usa dicha tecnología.
Entre los consejos que pudiera emitir dicha comisión se encuentran qué nuevas leyes y regulaciones son necesarias, así como cuáles podrían ser prácticas más contundentes pasar asegurar una supervisión adecuada por parte del Congreso a la hora de que el Poder Ejecutivo decida aplicar el reconocimiento facial.
No obstante, dicha regulación también debe buscarse alrededor del mundo, donde los gobiernos, la comunidad académica, las empresas tecnológicas y la sociedad civil sean partícipes en dicho proceso.
El liderazgo gubernamental no exenta al sector tecnológico, el cual también juega un papel fundamental en el uso correcto del reconocimiento facial. ¿Cómo? Primero, asegurando que esta tecnología no sesgue, pues se ha demostrado que comete errores al momento de identificar a personas de color, tanto hombres como mujeres. Segundo, se necesita de un enfoque basado en principios que deberán comunicarse a la comunidad en general, además de que la tecnología sea transparente a la hora de aplicarla.
Como tercer punto, es importante ir más despacio en su implementación porque de lo contrario pueden violarse derechos fundamentales de los ciudadanos. Por último, las empresas deben comprometerse de manera responsable en participar en el desarrollo de políticas públicas que contribuyan a regular el reconocimiento facial.
Sin duda, los gobiernos, las compañías y la sociedad deben participar activamente a fin de evitar que una tecnología prometedora que puede ser utilizada para bien, sea implementada con fines menos transparentes.
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