10/12/2015 | Por Noticias TNE
Investigación afirma que las máquinas inteligentes pueden adquirir sus conocimientos observando e imitando.
La mejor forma de que un robot aprenda a comportarse como una persona es que aprenda como lo hace un ser humano de acuerdo a una investigación realizada por psicólogos e informáticos de la Universidad de Washington (UW).
Entonces, así como los bebés aprenden explorando, tocando todo, observando e imitando lo que ven, las máquinas capaces de educarse por sí mismas deben ir acumulando información que vayan adquiriendo de las personas para luego imitarlas el número de veces que sea necesario hasta que la perfeccione.
“Se puede ver como un primer paso en la construcción de robots capaces de aprender de los humanos, de la misma manera que los niños aprenden de sus mayores”, dijo el autor principal de la investigación, Rajesh Rao.
Al lograr que los robots aprendan de esta forma ya no será necesario tener conocimientos de programación para enseñarlos a realizar tareas cotidianas del hogar, sería suficiente hacerle una demostración; pero no para todos los humanoides sería posible, sólo funcionaría con aquellos capaces de entender las acciones y realizarlas de forma autónoma.
El profesor de psicología de la UW Andrew Meltzoff demostró que un niño de 18 meses puede deducir el objetivo de las acciones de un adulto y crear formas alternas para lograr la misma meta por sí mismo; casi todos estos intentos tienen que ver con el juego.
“Los bebés se involucran en lo que parece un juego sin sentido, pero eso les permite el aprendizaje futuro”, dijo.
Basado en esta afirmación, el equipo de Rao desarrolló algoritmos de aprendizaje automático que permiten a un robot averiguar cómo sus propias acciones dan lugar a diferentes resultados, así la máquina utiliza ese modelo probabilístico que ya aprendió para deducir lo que una persona quiere hacer y poder completar la tarea o hasta pedir ayuda si no llega a ejecutarla.
Este modelo se probó en dos escenarios diferentes: primero un experimento de simulación en el que el robot aprende a seguir la mirada de una persona y otro en el que debe imitar las acciones de otra, como mover juguetes sobre una mesa.
El siguiente paso en esta investigación es saber qué otro tipo de “educación” se le deben dar a los robots, porque al igual que los bebés éstos llegarán a un punto en el que necesitan nuevos conocimientos.