Algo que caracteriza a todos los que ejercen un liderazgo efectivo, es que siempre están aprendiendo, con actitud en todo momento de ser mejores.
Por Redacción TNE
El liderazgo y el aprendizaje son indispensables uno del otro
— John F. Kennedy
A veces podemos pensar que ya sabemos lo suficiente, que dominamos bien el área en la que nos desenvolvemos. Sin embargo, no es así y en este caso hay algo que interfiere en nuestro crecimiento y desarrollo, tanto personal como profesional: el ego. Además, no sólo se trata de adquirir información para nuestro expertise, sino también de otros temas que aporten calidad a la vida y a las relaciones.
Los grandes logros acompañan a quienes fueron más allá y dieron el extra para integrar nuevos conocimientos e implementarlos. A esto se le llama innovación, algo que al día de hoy resulta esencial y que caracteriza a las personas que logran cambios disruptivos mediante nuevos emprendimientos o en las compañías en las que se encuentran.
Si como líder no aprendes cosas nuevas, no puedes inspirar a quienes te siguen a transformar el entorno, ya sea empresarial o social. ¿Te gusta integrar nuevas ideas? Si no estás seguro, considera si están presentes algunas de las señales que revelan que no estás asimilando nuevos conocimientos:
· No tienes nuevas ideas para implementar: dicen que si sigues haciendo lo mismo obtendrás lo mismos resultados. Si no pones en práctica hábitos, técnicas o métodos para mejorar tu desempeño o los procesos en tu negocio o área de trabajo, significa que no estás haciendo lo suficiente para querer cambiar. Lograrlo implica asimilar conceptos, probar, hacer ajustes hasta lograr los resultados esperados. Pero nada de esto funcionará si no tienes las ganas de aprender. Difícilmente las cosas se arreglan por arte de magia.
· Careces del interés por leer: la industria avanza a pasos agigantados y al no estar informado del acontecer actual, de las tendencias y de lo que viene, te arriesgas a quedar fuera de la jugada. No te conformes sólo con las noticias que aparecen en los periódicos, recurre a fuentes especializadas que contribuyan a ampliar tu panorama. También procura mantenerte informado sobre temas ajenos a tu área de experiencia. Por ejemplo, podrás pensar que la Antropología o la Sociología no sirven de mucho, pero ¿cómo se verá transformada la sociedad en el mediano y largo plazo? Una buena lectura sobre estos temas puede ayudarte a presentar una propuesta tecnológica que contribuya a solucionar un determinado problema. Tampoco dejes atrás la Historia. “Lo pasado, pasado”, quizá puedas pensar. Lo importante es conocer lo que ha ocurrido para no repetir y/o caer en los mismos errores. Genera debates con tu equipo de colaboradores, así podrán surgir nuevas ideas para atender problemas y cubrir necesidades.
· No tienes ganas de cambiar: la práctica hace al maestro. Los libros de autoayuda no funcionan simplemente con leerlos, hay que poner en práctica lo que dicen. Uno de los grandes temores de los seres humanos es aprender a hablar en público, pero si no te documentas sobre el tema, en cómo mejorar tu técnica y no das pasos para perfeccionarla, de nada sirve. Recuerda que el conocimiento es poder.
· Nadie te critica o cuestiona: por el contrario, cuando alguien lo hace significa que algo estás haciendo, no importa si bien o mal, pero lo estás intentando. El objetivo es hacer los ajustes hasta alcanzar la meta establecida. Cuando aprendes y realizas nuevas actividades, quienes están a tu alrededor lo notan y esperan a ver resultados.
¿Qué hacer para ejercer un liderazgo de aprendizaje?
Además de la lectura, puedes llevar a cabo otras acciones para mantenerte como estudiante que aspira a ser un gran líder:
· Escucha activamente: plantea conversaciones que eleven su calidad y aporten nuevas ideas y pon atención a las ideas que los demás tienen para compartir. No sólo los libros aportan conocimiento, también los podcasts pueden hacerlo. Busca aquellos afines a tus gustos y descubre nuevos que te permitan explorar y potenciar al líder que llevas dentro.
· Inscríbete en cursos: la oferta es amplia y hay talleres o diplomados, tanto presenciales como online. Además de encontrarte con personas y mejorar tu networking puedes aprender nuevas habilidades, incluso aquellas que no están relacionadas a tus funciones. Así ejercitas tu cerebro de manera integral y promueves el pensamiento crítico.
· Reaprende: a veces creemos saber algo, pero luego nos damos cuenta que aquello que aprendimos en los años de la universidad ya lo olvidamos y todo por no practicar. Así que, a menos que seas un experto en finanzas o números quizás no seas un “máster” que domine el Excel, por ejemplo. Para ello puedes buscar tutoriales en Internet.
Innovar está en tus manos, toma en cuenta que hay un precio que debe pagarse. Así que piensa por un momento qué nuevos conocimientos quieres integrar e inscríbete en la “Universidad de Liderazgo en la Vida”, cuyo programa de estudios incluye, además de libros, webinars, tutoriales en Internet, diplomados, conversaciones enriquecedoras con colegas u otros líderes de la industria, entre otras facilidades. ¡Tú escoges el horario que mejor te incómode!
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