Por Juan Baldemar Garza Villegas
Según la OCDE los mexicanos trabajan un promedio de 280 días por año, casi 60 más que en otros países que laboran 220 en promedio. Al parecer trabajamos mucho, pero no necesariamente somos productivos.
En todo el mundo, los estándares de calidad y productividad están cambiando continuamente. La premisa básica de la efectividad organizacional es lograr las metas y los objetivos tomando en cuenta lo previsto en la empresa, además de las situaciones ajenas a la misma, pero que son parte del contexto del negocio, por lo tanto, se necesitan ciertas características para llevar a nuestra empresa al éxito.
Según Alejandro Ruelas Gossi, Director de Adolfo Ibáñez School of Management en España, la clave para destacar dentro de la industria no sólo se trata de reducir constantemente los costos y mejorar la oferta de servicios, sino verdaderamente cambiar las reglas del juego.
Para hacer eso se requiere desequilibrar a la competencia y tener una oferta única y distinta. Es muy importante ser una organización que permita nivelar el mito del costo y el valor; en México se cree que para innovar se requieren grandes centros de investigación y desarrollo, pero no necesariamente, la clave es enfocar la productividad en donde se genere valor para el negocio.
Un ejemplo puede ser el esquema de las cuatro acciones enfocadas a resolver la disyuntiva entre el valor y el costo. La idea sería desarrollar una respuesta contundente para cada una de las siguientes preguntas:
– ¿Qué factores se deben crear pero que la industria nunca haya ofrecido?
– ¿Qué elementos se deben intensificar más allá del estándar de la industria?
Por otra parte tendríamos que evaluar lo siguiente:
– ¿Qué componentes se deben reducir por debajo del estándar de la industria?
– ¿Qué es lo que se debe eliminar que la industria haya dado por hecho?
¿Cómo lo logro?
El buscar la productividad no debe implicar un sacrificio de las ventas y el servicio, al contrario, se obtiene un impacto positivo en estos dos. Un servicio sin valor, solidez y congruencia entre lo que ofreces y entregas tendrá un impacto negativo en la venta y no podrás engañar por mucho tiempo al cliente. Necesitas ser productivo y coherente en el diseño, entrega, calidad, etc.
Pero no todo será productividad y reducción de costos, el balance en este tipo de proyectos es lo adecuado. Según indica Information Week Research, el 85% de las 500 empresas más exitosas orientan el servicio al cliente como una prioridad estratégica de negocio.
Pareciera entonces que necesitamos ser eficientes, eficaces e innovadores para lograr la efectividad organizacional, pero la realidad es que algunas empresas son eficientes, pero no eficaces o innovadoras; otras son innovadoras pero no eficientes y algunas no son ninguno…
Es difícil el reto de lograr todas las características y por supuesto hacer que todo se traduzca en productividad. En términos generales la eficiencia es el uso adecuado de recursos humanos y materiales para producir un producto o servicio; eficacia es el logro de resultados de acuerdo a lo planeado y la efectividad es la consecuencia de alcanzar los objetivos dentro del contexto laboral. De igual manera, se necesita la innovación para renovar el negocio en sus diferentes perspectivas.
La relación entre estas características la podemos explicar de la siguiente forma: Se trata de innovar y tener la capacidad de disponer recursos de manera adecuada (eficiencia) para el logro de las metas establecidas (eficacia) creando una nueva demanda para alcanzar la tan ansiada efectividad organizacional (superar lo que suceda alrededor del contexto de negocio).
Deben ser eficientes, eficaces e innovadores en todas las áreas: planeación, diseño y ejecución. Ser el mejor proporcionará una pequeña ventaja sobre la competencia, pero la verdadera superioridad será cambiar la manera de hacer las cosas buscando crear una nueva demanda.
¿Cómo están las empresas en México en referencia a la innovación?
La innovación como estrategia es un tema desconocido por muchos empresarios. La mayoría piensa que solamente se da en los grandes países con gran capital económico, y que muchas compañías mexicanas sólo se dedican a reducir costos y no a buscar cómo generar más ingresos; por otra parte se piensa que es costoso, cuando la clave es que sus innovaciones deben de están enfocadas al modelo de negocio y en nuevas reglas para abrir mercados.
Las necesidades del consumidor pudieran ser muchas para ser innovadoras, lo adecuado es seleccionar algunas de manera estratégica y equilibrarlas. Por lo tanto, la empresa tiene que contar con proyectos enfocados a los costos, productividad e innovación para que generen nuevos ingresos, puntos de venta, etc. Incluso las compañías exitosas tienen que generar distintas necesidades de las que indica el mercado.
Es muy importante comprender y entender que el cambio genera incertidumbre y que ésta produce miedo, poca tolerancia e incomprensión a la innovación. ¿Cómo es posible entender esta disyuntiva si las empresas buscan orden, control, estabilidad y la innovación es una manera diferente de hacer las cosas?
De hecho, los sistemas de calidad actuales tienen una tendencia al orden extremo, que en ocasiones limita la creatividad y como consecuencia la innovación. ¿Cómo promover entonces el cambio?
La productividad puede definirse como la relación que existe entre los resultados y el tiempo requerido para obtenerlos. Una cultura de productividad se promueve en cada acto y actividad de la organización.
Por ejemplo, en las organizaciones de clase mundial tienen muy arraigado el respetar la puntualidad en las reuniones, si llegas tarde no te permiten entrar. Esto con fines de modelar tu conducta al cumplir el horario y así buscar la productividad.
Otra forma de promover una cultura productiva es a través de la promoción para que los empleados trabajen en proyectos de mejora. Que se midan indicadores y se establezca un medio para la rendición de cuentas.
No hay nada mejor para mejorar nuestra productividad que ser disciplinados tanto en tiempo y calidad cuando producimos un bien o servicio.