Por Noticias TNE
Investigadores de la USC desarrollan dispositivo que puede devolver los recuerdos a las personas.
Los problemas de memoria ocasionados por alguna lesión tras un accidente, la edad o Alzheimer pronto podrán ser solucionados gracias a un implante cerebral que puede ayudar a mejorar la capacidad de recordar.
El perder la memoria es una de las experiencias que más dolor causa a las personas, pero sobre todo se convierte en una incapacidad, por ello neurocientíficos están trabajando para encontrar una solución a esta situación.
La Universidad del Sur de California (USC) con financiamiento del Departamento de Defensa de Estados Unidos (DARPA, por sus siglas en inglés) han comenzado a probar un implante que impulsa la memoria imitando las señales que las neuronas emiten cuando están procesando un recuerdo a largo plazo.
Theodore Berger, ingeniero biomédico de la USC y quien encabeza el proyecto explicó que ya iniciaron las pruebas con humanos, tras haber estado trabajando primero con ratas y luego con monos. Actualmente pacientes con epilepsia son quienes están siendo observados para medir su capacidad de recordar, sin embargo, soldados o jugadores de futbol americano que han sufrido contusiones cerebrales también puede incluirse próximamente a las pruebas.
El investigador indicó que posiblemente no lograrán que el implante imite al 100% las actividades del cerebro al recordar, pero sí que sea algo “decente” para hacer funcionar de nuevo la memoria.
“La gente pregunta: ¿puedes poner el modelo de la mente dentro de un dispositivo? ¿Ese dispositivo funcionará en cualquier cerebro? Esto ha hecho que la gente piense que estoy loco, creen que es algo muy complicado”, dijo.
Sin embargo, la evidencia científica está de su lado: su estudio de más de 35 años se ha basado en conocer cómo funciona el hipocampo, la región cerebral responsable de convertir los recuerdos inmediatos en memoria a largo plazo.
“La memoria es una serie de pulsos eléctricos que se producen con el tiempo generados por determinadas neuronas; así que este proceso lo reduje a ecuaciones matemáticas dentro de un marco computacional”, señaló.
El equipo de trabajo observó el comportamiento de los animales y su forma de aprender, después iniciaron a descifrar toda la información obtenida del hipocampo; la clave para procesar son las fuertes señales eléctricas que esta parte del cerebro emitió.
En una persona que tiene deficiencia en la memoria esas señales están dañadas, así que Berger ha podido recrearlas utilizando silicón, mejorando la capacidad de recordar.
Sin embargo, el problema al que se enfrentaron fue que esos estímulos no son lineales, sino “ruidosas y sobrepuestas en el tiempo”, lo que permite que los recuerdos aparezcan cuando menos los esperamos. A pesar de ello en una red de miles de neuronas un pequeño cambio o estímulo puede amplificar la capacidad.
El investigador sumó técnicas computacionales a su estudio para mejorar su teoría: gracias a teoremas matemáticos pudo programar un chip que se implanta en el cerebro.
Las pruebas para verificar el funcionamiento se realizó programando el chip con ciertos comportamientos que, al ser implantando en los sujetos de estudio, éstos debían poder realizar porque su memoria los iba a registrar. En el caso de los roedores y monos funcionó.
Así se realizó el mismo procedimiento con un grupo inicial de 12 pacientes con epilepsia quienes respondieron bien al implante: en las primeras pruebas estos observaron una serie de imágenes que debían poder recordar días después. Este experimento permitió mejorar el código del chip para lograr hasta un 80% de mejoría en la capacidad de recordar.
“La meta es mejorar la calidad de vida de las personas que tienen un déficit de memoria muy severo. Si puedo darles la habilidad de volver a tener memoria a largo plazo, mejorará su calidad de vida y yo seré muy feliz”, afirmó el neurocientífico.