23/06/2016 | Por Noticias TNE
La Biblioteca Pública de Brooklyn creará cuartos especiales para que familias de encarcelados puedan verlos físicamente.
Las miles de familias alrededor de Estados Unidos que cuentan con uno de sus miembros dentro de la cárcel, son quienes al final tienen que pagar el precio para poder ver a sus parientes y asegurarse de que estén bien, sin embargo son muy altos los precios de telefonía para comunicarse con ellos, mientras que movilizarse hasta las instalaciones remotas conlleva un costo de 20 a 30 dólares.
Se ha vuelto muy difícil mantener un contacto humano con las personas dentro de la cárcel, sobre todo para aquellos que son padres o madres de niños pequeños que deben verlos continuamente para recordar sus rostros.
Recientemente estas prisiones crearon un sistema para reemplazar las visitas en persona por videollamadas, sin embargo las imágenes eran de muy poca resolución y seguía siendo una solución exageradamente costosa, era como utilizar un Skype de baja calidad a 1.50 dólares la hora.
Por esta razón es que la Biblioteca Pública de Brooklyn ha decidido desarrollar un método similar pero mucho más humano y completamente gratis, en las instalaciones de 12 bibliotecas de la ciudad se colocarán centros de visitas cómodos para conectarse con sus seres queridos desde la cárcel por medio de una videollamada.
El cuarto está especialmente diseñado para niños de 0 a 10 años y será decorado para que se sientan más cómodos y puedan tener un contacto cercano con sus padres. Animales de peluche, libros de cuentos, crayones y papel, todo está planeado para que se sientan mejor y con ánimos de ver a sus familiares, a diferencia de la experiencia que podrían pasar si acudieran a visitarlos personalmente.
Aunque los cuartos van a estar en un lugar apartado para darles privacidad a los visitantes, no estará oculto, pues la Biblioteca Pública no desea que alguien se sienta avergonzado por tener un familiar encarcelado, así que buscará hacerlo lo más natural posible.
“En cualquier cosa que hagamos en la cárcel o en comunidades marginadas, queremos que se plasme un sentido de pertenencia e inclusión, justo como debe ser la vida” afirmó Nick Higgins, Director de Servicios de Compromiso Comunitario de la Biblioteca Pública de Brooklyn.
Higgins ya había liderado otros proyectos de este tipo para la inclusión social de los presos pero ahora ha propuesto esta iniciativa y por medio de recaudación ha recibido una concesión de 400 mil dólares para llevarlo a cabo en otra docena de bibliotecas.
“La cárcel es un sistema manufacturado y estructurado, todo tu día se basa en un régimen: cuándo levantarte, cuándo irte a dormir, etc. Nosotros estamos aquí para romper el ritmo de esa estructura” destacó Higgins.