Por Redacción TNE
Elimina esos factores que te distraen y te hacen ser menos eficiente.
Existen muchos factores y actitudes que nos hacen perder el tiempo, inclusive muchas de éstas bajo nuestro consentimiento, las cuales representan un daño para tu productividad laboral.
Estas actividades nos obligan a invertir más horas y energía a ciertas tareas, las cuales podríamos invertir en pasar más momentos con amigos, familia o practicando un hobby.
Dicho esto, preguntémonos algo: de tu jornada laboral, ¿cuánto tiempo estás trabajando realmente? Estos “ladrones de tiempo”, provocan que prestemos mayor atención a actividades sin importancia, haciendo que no logremos nuestros objetivos al final del día y obligándonos a trabajar tiempo extra, por lo que es imprescindible identificarlos y combatirlos:
No saber delegar: muchas personas piensan que son las únicas que pueden realizar ciertos trabajos, subestimando a sus compañeros o empleados, sin embargo, es necesario aprender a delegar tareas para aligerar la carga de trabajo.
Redes sociales y mensajes de texto: Nos queda claro que hoy en día, el social media y aplicaciones de mensajería instantánea como Whatsapp son indispensables para cualquier persona, pero el estar al pendiente de ellas durante todo el día lo único que provoca es distracción, por lo que es recomendable mantenerlo cerrado y planificar de 2 a 4 momentos en los que puedes entrar a revisar tus notificaciones y nuevos mensajes.
Desorganización: El no planear tu día lo único que provocará es una pérdida infinita de tiempo decidiendo con qué actividad comenzar. Es preferible organizar tu día previamente, con lo cual ganarás mucho tiempo.
No saber decir que no: aceptar el realizar tareas o favores que no son tu responsabilidad, o están fuera de tu alcance, lo único que hará es perder tu valioso tiempo, aprende a dar negativas cuando sea necesario.
Reuniones innecesarias: Éstas afectan a un gran número de personas, así que es preferible realizar reuniones individuales, ya que así podrás hablar de su desempeño y demás información, sin hacerle perder el tiempo a los otros empleados.
Intentar recordar cosas: Si tienes tareas pendientes anótalos en una agenda o en post it, y pégalos en un lugar visible. Aunque está claro que el cerebro es el órgano más poderoso que existe, a veces nos puede hacer una mala jugada y podemos olvidarlo, provocándonos problemas en el trabajo.
Utilizar incorrectamente el Internet: Este gran invento nos ha facilitado inmensamente nuestra vida y trabajo, sin embargo, el usarlo inadecuadamente puede representar una gran diferencia en tu productividad, debido a que existen muchas distracciones que sólo logran hacerte perder tiempo y concentración.
Impuntualidad: Si no eres puntual, tus compañeros de trabajo y empleados harán lo mismo contigo, por lo que practica con el ejemplo y evita que te roben minutos valiosos, que podrías estar invirtiendo en tareas importantes. Exige puntualidad y sólo de esta forma lograrás que los demás respeten tus horarios y tu tiempo.
Obsesionarte con la perfección: existen pocas cosas que pueden hacerte perder tanta energía, y una de ellas es el ser perfeccionista. Algo de lo que tenemos que estar seguros es que la perfección no existe, no te estamos diciendo que debes de conformarte, pero sí de no tratar de mejorar algo que desde un principio estuvo bien hecho, ya que el perfeccionismo sólo nos hace lentos e ineficaces, nos llenan de dudas y bloquean.
La clave para eliminar este tipo de actitudes es primeramente autoevaluarte e identificar cuáles de ellas presentas, para que en seguida puedas ponerte a trabajar sobre éstas. Éste es un proceso en el cual deberás ir evitándolas hasta lograr su completa eliminación, para al final permitirte tener un mejor desempeño en el trabajo.