Eugenio Riveroll, vicepresidente sénior para Latinoamérica en QAD, platica en entrevista sobre los retos que enfrentan las empresas para ser ágiles. ¿Estás seguro de que tu negocio se encuentra en una transformación constante?
Más allá de la situación generada por el coronavirus, la evolución del mercado y los cambios en los hábitos de consumo obligan a las organizaciones a reinventarse. La agilidad empresarial se vuelve esencial en tiempos de incertidumbre.
¿Qué significa ser una empresa ágil en la actualidad y por qué es importante ahora más que nunca?
La necesidad de adaptación de las organizaciones a los cambios es algo que siempre ha existido, pero hoy hay un componente adicional: esta tiene que ser mucho más rápida de lo que era hace 10 años. Para lograrlo, las empresas tienen que ser veloces, ágiles y flexibles. Esto no sólo es un concepto, es una estrategia empresarial que requiere de implementación; es una cuestión de sobrevivencia.
Hoy en día, las exigencias de los modelos de negocio han cambiado y no nada más por el Covid-19, que nos vino a dar una sacudida a la que tuvimos que reaccionar de forma rápida tanto empresas como personas. Diversos factores han evolucionado con el tiempo; por ejemplo, reglas de calidad, hábitos de trabajo (como el home office) o de consumo, entre otros. Hay que estar atentos a estos cambios para adaptarse con rapidez.
¿Qué se requiere para ser ágiles?
Se necesita talento humano, altamente adaptable y no se trata de jóvenes, personas de mayor edad o formación académica, sino que es una cuestión de actitud proactiva hacia el cambio a la hora de buscar la agilidad empresarial en tiempos de incertidumbre.
Las organizaciones deben contar con un plan para reconfigurar la producción de acuerdo con la demanda, así como una estrategia de mercadotécnica para responder ante cualquier reacción esperada o no, del consumidor.
Por otro lado, las empresas necesitan conformar una plataforma para cumplir reglas gubernamentales y de calidad que seguramente van a aparecer. Esto sin dejar de lado el implementar las herramientas tecnológicas que sean fáciles de adaptar sin un tremendo esfuerzo, bajo una coordinación entre las distintas áreas del negocio.
¿Cuáles son los principales desafíos tanto internos como externos que se enfrentan a la hora de buscar ser empresas ágiles?
En cuanto a lo externo, normalmente las organizaciones tienen o deberían tener una planeación estratégica de largo plazo. Esta involucra contar con una visión de tu consumidor final y el rol que el negocio juega en el sector al que perteneces. De lo contrario es como ir a la deriva, lo cual resulta contraproducente.
A nivel interno, en primer lugar, el mayor reto es que las empresas tengan una cultura organizacional enfocada a responder de forma rápida a los cambios. Segundo, es muy importante dejar de pensar en departamentos para hablar de procesos. Tercero, es fundamental tener métricas para poder identificar medidas correctivas para adaptarse a los cambios.
Todos los miembros de la compañía deben estar alineados y entender cuáles son los objetivos que se quieren alcanzar. Este proceso tiene que ser impulsado por la alta gerencia, si no hay una directriz va a ser muy difícil que la organización se convierta en ágil.
¿Cómo se refleja en la experiencia del cliente el que una empresa sea ágil?
No nada más se debe reflejar en la organización, sino también en alcanzar una buena producción y tener una buena rentabilidad, de acuerdo con las métricas y a los requerimientos del negocio. Sin estos elementos no se puede brindar un buen servicio al consumidor, por lo que se corre el riesgo de fallar en el corto o mediano plazo.
También es importante ser respetuosos, hay que saber si el cliente está contento y por qué. ¿Tienes claro el número de pedidos que entregaste? ¿Cuántos rechazos hubo? Esto te da la idea del nivel de satisfacción del consumidor, quien si no percibe una mejora entonces significa que algo no anda bien.
Cuando una empresa llega a ser ágil, así tiene que mantenerse. Esto requiere constancia y una disposición a buscar siempre la mejora continua.
¿En qué otras áreas de la empresa se reflejan los beneficios de la agilidad?
Depende mucho del giro en el que estés y de las probabilidades que tenga el negocio; por ejemplo, puede estar bien en la parte de planeación de la manufactura y mal en la de empaque, entonces la alta dirección debe enfocarse en mejorar el despacho de la mercancía.
No hay una regla general, probablemente hay áreas específicas en las que hay que poner mayor atención y definir KPIs, donde siempre hay dos o tres que requieren más énfasis. Entonces, haces un proyecto para mejorar cada uno durante un periodo de tiempo previamente definido y al final se refleja en todos.
Es necesario escuchar al consumidor, pero también tener la habilidad de reconocer como empresas qué cambios tenemos que hacer para poder satisfacer al cliente en la medida de los objetivos y contar con una cultura ágil y una estructura tecnológica. Esto se vuelve un esfuerzo completo por parte de toda la organización y no de manera aislada, para buscar superar las limitaciones y lograr mejores resultados.
¿Cómo darle prioridad a este proceso sin perder el enfoque?
No hay una lista limitativa de los pasos que deben seguirse para lograr la agilidad empresarial en tiempos de incertidumbre, depende de la industria y del entorno de negocios; no ocurre lo mismo en el sector automotriz que en el de acero. Cada empresa debe definir cuáles son esas acciones a las que se requiere darle importancia, por lo general es necesario que se enfoquen en sus puntos de dolor. Es fundamental que estén atentas a la evolución del mercado y las tendencias que se presentan.
Un ejemplo de lo anterior lo puedes ver en los cereales, la gente los escoge más por los empaques; si estos son ecológicos y biodegradables, los consumidores van a optar por estos, de tal manera que hay que estar atentos a la modificación en los hábitos de consumo.
Romper las barreras
Resulta complicado eliminar los obstáculos al buscar la agilidad empresarial en tiempos de incertidumbre. “Es importante que, si la empresa o los altos ejecutivos detectan que no tienen la capacidad para entender las mejores prácticas o las herramientas tecnológicas, acudan a expertos”, comentó Eugenio Riveroll.
Como consecuencia de esa falta de comprensión, se corre el riesgo de tomar decisiones con conocimiento limitado, lo cual lleva a generar iniciativas inadecuadas. Así mismo, las métricas se vuelven esenciales porque permiten que todos en la compañía hablen el mismo idioma.
“Si un gerente o empresa no intenta salir de su área de confort para no arriesgarse, se están poniendo en peligro. Hay herramientas y soluciones tecnológicas que nos empujan a salir de esa zona de comodidad”, concluyó Riveroll.
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