Crean algoritmo capaz de identificar distintos estilos de narrativa que aparecen en un mismo texto atribuido al gran escritor y dramaturgo inglés.
Un investigador de la Academia de Checa de Ciencias en Praga usó la inteligencia artificial (IA) para determinar qué tanto de la obra de William Shakespeare, Enrique VIII, pertenece al también conocido como el “Bardo de Avón” y John Fletcher, su sucesor en la compañía de teatro King’s Men.
Se trata de Petr Plecháč, académico que creó un sistema de machine learning para analizar cuáles escenas de la mencionada obra fueron escritas por Shakespeare y Fletcher, respectivamente.
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Plecháč entrenó algoritmos para analizar cuatro obras de cada uno de los citados autores: La tempestad, Cuento de invierno, Coriolano y Cimbelino, de Shakespeare; y Bonduca, Valentiniano, Monsieur Thomas y El precio de la mujer, de Fletcher.
El programa basado en aprendizaje automático evaluó miles de palabras y ritmos frecuentes para establecer el estilo propio de los autores. Ya con la información integrada, el sistema analizó Enrique VIII para comprobar cuáles fragmentos fueron escritos por cada autor respectivamente.
“Esto resultó en un factor valioso para reconocer los estilos de cada uno”, comentó Plecháč a The Guardian. “Al aplicarse al mencionado texto, los resultados determinaron que ambos estuvieron involucrados”.
De igual manera, el investigador entrenó a la inteligencia artificial para averiguar si un tercer autor, Philip Massinger, participó en la obra. Sin embargo, la IA no encontró evidencia de que estuviera involucrado en el desarrollo de la historia de Enrique VIII.
A pesar de que los análisis sobre los textos de William Shakespeare se han realizado con el paso del tiempo, resulta interesante que la tecnología comprueba la idea sobre las obras compartidas.
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Si bien la inteligencia artificial muestra grandes avances al identificar patrones, existe la posibilidad de que los humanos puedan ser más precisos para ser evitar ser identificados. ¿Qué pasaría si Shakespeare y Fletcher se hubieran esforzado por empatar sus estilos? ¿Los algoritmos podrían haberlos identificado?
Así mismo, la IA y los sistemas inteligentes aún dependen de la información que los investigadores les ingresan. ¿Cuánto falta para que puedan hacerlo sin ayuda de las personas? ¿Llegará ese día?