A medida que las nuevas tecnologías se integran al mundo laboral, soft skills como la autogestión y la capacidad de relacionarse, serán esenciales para alcanzar el éxito.
En el transcurso de los próximos tres a cinco años la demanda de habilidades en inteligencia emocional (IE) se incrementará seis veces. Este rubro ha sido descuidado por las empresas, pero deben percatarse de que conseguirán obtener los beneficios de impulsar el desarrollo de estas destrezas sociales.
Lo anterior de acuerdo con el estudio “Emotional intelligence — the essential skillset for the age of AI”, elaborado por el Capgemini Research Institute. Esta investigación abre el panorama para que las organizaciones se enfoquen a desarrollar habilidades relevantes en sus miembros que contribuyan su crecimiento.
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Entre los principales hallazgos se encontró que con el aceleramiento de la inteligencia artificial (IA), la IE se está volviendo indispensable. Los ejecutivos entrevistados revelaron que los colaboradores deben contar con la destreza de poder realizar encuentros cara a cara con los clientes (76%) y llevar a cabo tareas que no pueden ser automatizadas (76%), como la empatía, influencia y trabajo en equipo.
El 83% de las empresas coinciden en que una fuerza laboral con inteligencia emocional será un prerrequisito para lograr el éxito en los años venideros.
Por su parte, las compañías que cuentan con empleados con altos niveles de inteligencia emocional se han percatado del impacto positivo que tienen en la organización: incremento en la productividad, satisfacción laboral o cuota de mercado.
El estudio calculó que una inversión sostenida en IE multiplicará el retorno entre 2.2 y 4.4 veces cuando se tomen en cuenta elementos como los ingresos, costos y el desgaste personal.
“Con la inteligencia emocional hay un cierto nivel de enseñanza y tutoría que puede ayudar mucho”, comentó John Mayer, profesor de psicología en la Universidad de New Hampshire.
Mayer agregó que cuando se adquieren nuevos conocimientos en las áreas que se quieren desarrollar, las personas usan su inteligencia de forma más efectiva en su trabajo y al interactuar con otros.
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Otro de los resultados de la investigación determinó que, mientras el 75% de las organizaciones declararon que pueden generar habilidades de IE en sus colaboradores, sólo unas cuantas realmente lo hacen.
Únicamente el 42% de las empresas proveen capacitación a altos mandos, 32% a nivel gerencial y 17% a empleados en general. Este último dato es relevante, porque los colaboradores en puestos de nivel inferior son los que serán más impactados por la automatización.
El estudio concluye que los líderes de negocio deben impulsar las habilidades en inteligencia emocional para crear una fuerza laboral más competente.
“Las organizaciones están más conscientes de la necesidad de estos skills, pero no se están moviendo rápido para invertir en ellos”, declaró Claudia Cummenerl, Global Practice Lead, People and Organization en Capgemini Invent.
Cummenerl agregó que la experiencia de las empresas más exitosas en este campo demuestra cómo las compañías deben priorizar la IE en el reclutamiento, capacitación y en la cultura, para desarrollar equipos más resilientes en un mundo que se encuentra en constante cambio