La cadena de bloques está cambiando el mundo del gaming, rompiendo muchos paradigmas.
¿Viste la película Ready Player One, basada en el libro homónimo del autor Ernest Cline? El filme trata sobre una realidad virtual donde los jugadores tienen la opción de crear avatares e interactuar en un mundo completamente online e inmersivo en el cual pueden vivir si así lo desean. No hay duda de que el blockchain transforma los videojuegos.
Los juegos de video evolucionan a un ritmo sin precedentes y para los gamers más que un pasatiempo, son un estilo de vida que promete monetizar y recorrer universos paralelos, todo gracias a la cadena de bloques.
Se estima que para el 2021 el valor del mercado de videojuegos alcance los 138 mil millones de dólares1. Ahora es común ver torneos de eSports que se llevan a cabo en estadios exclusivamente diseñados para ello. También son muy populares aquellos títulos de mundo abierto, como Red Dead Redemption o el no tan exitoso No Man’s Sky, que permitía explorar los confines del universo.
La popularidad de dichos juegos estriba en que el usuario puede hacer lo que quiera, incluso si no sigue la historia principal. Esto abre posibilidades de crear nuevas experiencias que permitan a las personas contar con formas de entretenimiento más exhaustivas. Si a esto se le suma la tecnología como la cadena de bloques, el resultado puede asombrar no sólo a los gamers de hueso colorado, sino transformar la manera de hacer negocios de este mercado.
¿Olvidaremos el mundo real?
No hay duda de que diversas industrias como la energética, cultural y de agricultura, están siendo impactadas por el blockchain. Respecto a esta última basta con recordar el anuncio hecho por Walmart de solicitar a sus proveedores de vegetales usar dicha tecnología para rastrear el origen de sus productos y evitar la propagación, por ejemplo, de bacterias como E. coli, pues los clientes no tienen manera de saber de dónde provienen dichos alimentos.
El sector de los videojuegos no queda exento de ser impactado por la cadena de bloques, la cual presenta toda una diversidad de beneficios tanto a los creadores como a los jugadores, abriendo toda una gama de posibilidades para monetizar, generar ganancias a partir de entornos virtuales y mejorar la seguridad del ecosistema.
¿Te imaginas poder utilizar un avatar en diferentes videojuegos? Esto podría ocurrir en un futuro no muy lejano, pues los desarrolladores tendrían la oportunidad de crear universos paralelos a través de diferentes títulos, lo que generaría una lealtad de los usuarios, logrando atraer público sobre todo hacia aquellos juegos que no gozan de popularidad debido a una fuerte competencia contra los que ya acaparan el mercado, como por ejemplo FIFA, Call of Duty, Resident Evil, entre otros.
A lo mencionado, se le suma que la información del usuario estaría centralizada y asegurada a través de contratos inteligentes que establezcan términos y condiciones sobre la protección de datos, contribuyendo a reducir el riesgo de crear identidades falsas.
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Otro de los beneficios que traería el blockchain a los videojuegos es que se incrementaría el valor de los ítems que los gamers van consiguiendo mientras juegan. Concretamente, una espada que es difícil de conseguir resultaría más atractiva porque el usuario podría mejorarla con su experiencia de juego y ponerla a la venta para que otro la pueda comprar con monedas virtuales canjeables por dinero real. Nadie más tendría la posibilidad de ser dueño de esa pieza porque su código de información sería único.
Dichas características convertirían a los objetos virtuales en activos digitales que pueden intercambiarse a través de transacciones comerciales, que además eleven su precio si son escasos o difíciles de conseguir. Basta con recordar el boom que tuvieron los criptogatos y cuyo “Genesis Cat” alcanzó casi los 115 mil dólares y los usuarios en general llegaron a gastar hasta 6.7 millones2 en estos felinos electrónicos.
Una mejor regulación basada en la cadena de bloques mejoraría la experiencia de los usuarios, permitiéndole a los desarrolladores y a los dueños de los servidores obtener regalías por todos los ítems vendidos a través de la plataforma. Mientras esto no ocurra, los hackers seguirán aprovechando la necesidad de los jugadores de poseer objetos para avanzar de nivel, quedando estos vulnerables. Además, los delincuentes los obtienen a bajo precio en ciertos mercados y los venden en otros mucho más caros3.
La piratería es otro factor que afecta a la industria en sobremanera, ¿cuántos jugadores, por ejemplo, no descargan aplicaciones apócrifas a fin de obtener ventajas sobre otros que siguen las reglas? Sólo es cuestión de ver cuántos de ellos podían alterar su ubicación en Pokémon Go para “ir” a otro país y conseguir “monstruos” difíciles de obtener en su lugar de residencia o que buscan la manera de no invertir ni un cinco y sacar más provecho. Esto sin duda desalienta a aquellos que le dedican tiempo y esfuerzo, y terminan por abandonar la app, afectando al negocio.
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Relacionado con el punto anterior, si se bajan los precios de los ítems, las personas serían más propensas a comprarlos, sobre todo si obtienen un beneficio real. Este último aumenta si los jugadores tienen la oportunidad de canjear los tokens por dinero fiat que puedan utilizar en el mundo real.
El blockchain permitiría a los desarrolladores trabajar bajo un modelo de código abierto, donde puedan colaborar sin temor a ser defraudados y crear videojuegos más ambiciosos y completamente inmersivos. Si se agrega la realidad virtual y aumentada, no será de extrañar que de pronto puedas ver con tu teléfono que otro jugador en medio de la calle quiera vender una pócima para que tú puedas destruir al enemigo en tu videojuego, por citar un ejemplo.
Por último, un usuario que compra y descarga un juego, ¿realmente es dueño del mismo? ¿Entonces por qué no puede venderlo? Esto sin olvidar que ocupa espacio en la memoria y en el peor de los casos jamás volverá a ser usado. La cadena de bloques permitiría acciones de compra-venta, asegurándole una ganancia tanto a él como a los desarrolladores que pudieran llevarse una comisión previamente establecida.
Dicha tecnología promete revolucionar el mundo de los juegos a niveles inimaginables, pero sobre todo facilitaría mucho su adopción, especialmente tomando en cuenta que por una parte, se trata de entretenimiento. Hasta cierto punto posibilitaría que dicha asimilación sea pasiva y de mayor interés, pues ¿a quién no le gusta divertirse mientras aprende y además pueda ganar dinero?
Referencias: 1Statista 2CNBC 3TechCrunch