19/08/2016 | Por Noticias TNE
Investigación arroja resultados sobre un programa diseñado para detectar la depresión en perfiles de la red social.
Es indudable que hay un boom de las selfies. Miles y miles de personas compartiendo sus fotos. Un estudio realizado por las universidades de Harvard y Vermont se enfocó en detectar la depresión a través de las publicaciones realizadas por los usuarios, incluso antes de que fueran diagnosticados clínicamente.
Instagram cuenta con poco más de 300 millones de usuarios activos que interactúan diariamente, de los 500 millones que están registados.
Un equipo de investigadores desarrolló un programa que identificó, con un 70% de precisión, los perfiles de Instagram cuyos usuarios mostraron síntomas de depresión.
En un estudio publicado por Andrew G. Reece y Christopher M. Danforth, el equipo aplicó el programa a 166 perfiles de la red social, que contenían alrededor de 40 mil 950 fotos. El sistema usó marcadores para detectar signos de depresión entre los usuarios, analizando aspectos como el color, metadatos y detección facial.
“Usando solo detalles fotográficos, como el color y el brillo”, establece el estudio, “nuestro modelo estadístico pudo predecir cuáles participantes padecían de depresión y tuvo un mejor desempeño que los médicos generales a la hora de hacer una evaluación en persona”.
El programa también consideró factores como: la frecuencia de las publicaciones, pues los usuarios con tendencia a la depresión tienen menos interacción social; la cantidad de personas que aparecían en la imagen; y los likes y comentarios que las fotos recibían.
Las imágenes de personas con tendencias depresivas fueron más propensas a recibir menos “me gusta”, pero sí más comentarios; a no usar filtros en las imágenes, y cuando lo hacían, favorecían el filtro Inkwell.
Los investigadores aplicaron el programa solo a las publicaciones hechas antes de que los participantes fueran diagnosticados con depresión. Aun así, fue precisa más de la mitad de las veces para detectarlos.
El 43% de los participantes iniciales se negaron a dar su información de perfil por cuestiones de privacidad.
A pesar de que los resultados son prometedores, el sistema tiene sus deficiencias y la información recabada no debe de considerarse como un hecho perdurable, sino como una base metodológica con la cual crear y refinar otros modelos. Además, las tendencias en redes sociales se encuentran en evolución, por lo que el programa tendrá que ser actualizado de manera constante.