Por Redacción TNE
¿Qué trabajo o actividad harías, que te hiciera completamente feliz, aunque no te pagaran? Responde esta pregunta y emprende.
Nunca es tarde para ir tras tus sueños, pero sin importar en cuál etapa de tu vida te encuentres, es un hecho que no podrás invertir el 100% tus recursos en el nuevo proyecto: tus finanzas ya están comprometidas. Aunque de ninguna manera esto debe de ser motivo para caer en la frustración.
“Si su mente todavía no ha aprendido lo que tiene que hacer en una situación determinada, la mejor manera de solucionar el problema es probar cosas nuevas procurando reunir datos” — Josh Kaufman.
Un mundo que se encuentra en constante cambio no tiene en su menú una receta mágica que garantice el éxito, pero hay ingredientes que te pueden ayudar a que des ese primer paso de manera segura. Aquí te compartimos algunos:
1. ¿Por qué quieres iniciar un negocio?
Debes tener un fin en la mente que sea sencillo, asequible; con el tiempo podrás hacer modificaciones. Querer iniciar un proyecto grande puede resultar en que te sientas abrumado; pensarás que no cuentas con el tiempo y el dinero suficiente. Los objetivos y metas deben de ser claros, así como humanamente posibles; es importante que los escribas, lleves un registro y des seguimiento para cumplirlos. Una vez que lo logres obtendrás confianza para ir por más. ¿Por qué quieres emprender? ¿Qué es lo que te motiva? ¿Qué harías, de manera feliz y plena, aunque no te pagaran? La respuesta a esta última pregunta es clave para encontrar tu propósito…y negocio.
2. ¿Cuánto te va a costar?
Arma un presupuesto. Para ello es importante contar con una idea clara de cómo el proyecto impactará en tu bolsillo. Una vez definido podrás considerar opciones para financiar tu idea. Sin embargo la mayoría de los emprendedores comienzan de cero; a esto se le conoce como Boostrapping. La ventaja es que no tendrás deudas con nadie. Esta opción podrá parecer lenta, a menos que te animes a hacer otras cosas tales como trabajar en proyectos temporales; dar cursos o talleres para generar un ingreso extra y financiar tu proyecto; o por último, considera la posibilidad de trabajar por horas en una empresa, desde casa si es posible. Lo anterior te brindará estabilidad mientras sorteas las aguas del emprendimiento.
Ahora bien, si a tu alrededor hay personas cercanas que se puedan interesar en tu propuesta, puedes recurrir a ellas. A esto se le conoce como Friends, Family and Fools (FFF). Se caracteriza por una relación de confianza donde los acuerdos para el financiamiento y pagos pueden ser definidos de una manera accesible, a diferencia de un crédito bancario, que si bien es una fuente segura de dinero, requiere de un plan bien estructurado del proyecto y de sus recursos, así como una garantía de pagos; generalmente se otorgan a las proyectos solventes.
Si tu idea de emprendimiento cuenta con un factor social, puedes recurrir a un Business Angel, pues sólo se involucra en aquel proyecto que sea afín a sus intereses. Más allá de ser un inversor, lo importante de esta figura es la aportación de su conocimiento y experiencia; es un mentor que se mantiene al margen por un cierto periodo de tiempo hasta retirarse.
3. Manos a la obra
Una vez claro lo que se quiere y cómo conseguirlo, hay que ir por ello. Si trabajarás en equipo, rodéate de personas que compartan ese mismo entusiasmo por el proyecto y tengan la capacidad de aportar nuevas ideas; que tengan compromiso.
El aprendizaje continuará durante el proceso. Lo importante es mantener una mentalidad abierta y positiva, pues se trata de evitar la aversión a la pérdida, pues como lo explica Josh Kaufman en su libro “Tu propio MBA”: “…implica que es más intensa la sensación de perder algo que la de ganarlo”. Las personas, ante una crisis o el desempleo, se vuelven conservadoras y evitan riesgos. “Por desgracia, algunos de esos riesgos (como montar una empresa) podrían representar la oportunidad de mejorar su vida”, sentencia el autor.
Los puntos anteriores son sólo para brindarte un panorama inicial antes de decidir emprender. Sin duda, la recomendación es documentarse bien y pedir consejos a quienes ya han emprendido. Aprovecha las oportunidades que hay hoy en día, como el ya conocido networking y coworking. Un último consejo, cuando te decidas a emprender no olvides informarte sobre las cuestiones legales, tema que se puede dejar a un lado y es importante para el proceso.