Medidas sencillas pueden marcar la diferencia para salir adelante a pesar de la epidemia, pero es importante que todos pongan de su parte.
Mientras algunos podrán continuar con el home office en aras de apoyar en el combate contra la epidemia de Covid-19, otros tendrán que volver a las instalaciones de la empresa. Sin embargo, la pregunta surge: ¿cómo regresar a la oficina después de la cuarentena por el coronavirus?
Bien se ha dicho que el virus continuará por varios meses, además todavía falta tiempo para que esté lista la vacuna. Por mientras, las organizaciones y los colaboradores tendrán que implementar medidas que les permitan resguardar el bienestar al tiempo que se ajustan a la llamada “nueva normalidad”.
La salud de la fuerza laboral debe ser la prioridad de la empresa a medida que se busca volver al ritmo de trabajo habitual. Esto implica tomar en cuenta aspectos morales, éticos y legales, por lo que es importante, si aún es posible, mantener el trabajo remoto. Para quienes requieren regresar a trabajar a la oficina, ya sea para que fluyan mejor las actividades o porque su responsabilidad y condiciones así lo ameritan, es importante tomar en cuenta una serie de consejos.
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De cajón: cubrebocas y sanitizante
Recuerda que uno de los principales riesgos de contagio proviene de las personas asintomáticas, porque si no saben que están enfermas, pueden transmitir el virus a los demás. Por ello, es importante el uso de las caretas. Una cosa es el riesgo que asume cada uno, donde existe la probabilidad de contraer el Covid-19 y otra muy diferente es ser responsable de esparcirlo a diestra y siniestra. El peligro aun es elevado y es fundamental no saturar los hospitales.
Recuerda solicitar al personal de limpieza sanitizar las áreas comunes y los baños con mayor regularidad. Esto sin olvidar darle una “pasadita” a los teléfonos, escritorios, perillas, entre otros objetos con los que los empleados tienen más interacción.
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Check-up de estado de salud
Cada persona que ingrese a las instalaciones debe ser revisada para evaluar si no presenta síntomas de riesgo: fiebre, dificultad para respirar y dolor de cabeza, entre otros. De igual manera, es imprescindible mantener una comunicación con las autoridades sanitarias para, en caso de existir un contagio, darle el adecuado seguimiento.
Una vez en el interior, se debe mantener la sana distancia entre las personas, sin saludarse de mano. Esto también implica separar las estaciones de trabajo y si la situación —y el presupuesto— lo permite, instalar “escudos” transparentes para separar los escritorios a fin de recudir la posible propagación del virus.
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Incentivar el menor contacto posible
Si viste el experimento sobre con qué facilidad se esparce el virus en un bufé, ahora imagina a los colaboradores tocando las superficies de la oficina: botones de elevadores, manijas de puertas, utensilios en la cocina, entre otras. En consecuencia, evalúa la posibilidad de instalar sistemas de seguridad basados en la nube que permitan a los empleados ingresar a las oficinas y moverse de un lado al otro al interior con el apoyo de tecnología contactless.
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Cuidar la vestimenta y accesorios
Menos es más seguro, al menos por lo que se vive actualmente. Esto quiere decir que hay que disminuir el uso de joyas, así como prendas que pueden ser medios de transporte para el coronavirus. De igual manera, es necesario minimizar el uso de corbatas.
Con el calor, lo más probable es que se encienda el clima y habrá quienes lleven algún suéter o sudadera, y es mejor no traerlo. A fin de evitar riesgos, es importante mantener una temperatura agradable, sin que la gente sienta frío dentro de la oficina. De lo contrario, hay que recordarle al personal que lave con regularidad dichas prendas.
Si te preguntas cómo será regresar a la oficina después del coronavirus, te darás cuenta de que solo implica tomar medidas sencillas para evitar contagios. Recuerda que el riesgo es latente y es importante apoyar para continuar reduciendo el impacto sin echar a perder lo que se ha logrado hasta ahora.
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