Ajusta tus planes de mercadotecnia con rapidez para posicionar tu marca y adaptarte a un consumidor que evoluciona constantemente.
Hoy en día el término agile está en boga más que nunca, tanto colaboradores como organizaciones deben adaptarse de forma rápida a los cambios del mercado. Al parecer nadie ni nada se salva, ¡hasta las estrategias publicitarias tienen que transformarse constantemente para llegar a los clientes!
El marketing ágil se define por el uso de los datos y las analíticas para identificar oportunidades o potenciales soluciones a los problemas. Todo esto bajo un esquema de tiempo real que permite desplegar pruebas de forma rápida, evaluar resultados e iterar de forma continua.
Rapidez para generar cambios
Las empresas que basan su plan de mercadotecnia en uno que sea de constante adaptación, cuentan con mayores posibilidades de ejecutar diferentes campañas de forma simultánea y generar nuevas ideas a medida que transcurren los días.
Para que un esquema de agile marketing funcione de manera idónea, es necesario tener claro lo que se quiere conseguir, por ejemplo el tipo de consumidor el que se quiere llegar o qué etapa del customer journey se quiere mejorar.
Posteriormente se requiere conformar un equipo de trabajo integrado por personas que puedan realizar sus actividades a un ritmo acelerado. Este grupo debe contar con un cuarto de guerra (war room) donde cuente con los recursos para llevar a cabo experimentos rápidos con la intención de generar impacto en el menor tiempo posible.
Un grupo multidisciplinario debe estar integrado de forma interna por: un administrador de proyecto, así como expertos en SEO, diseñadores de UX, desarrolladores de HTML, directores de arte, copywriters, líder en medios, entre otros perfiles. A nivel externo, no puede faltar el dueño de la unidad de negocio, el departamento legal y de TI, así como el encargado de adquisiciones.
El número de participantes no debe rebasar la docena, incluso Jeff Bezos en algún momento marcó la regla de las dos pizzas; es decir, que los grupos deben ser lo suficientemente pequeños para ser alimentados con 16 rebanadas.
Entre los aspectos fundamentales para un correcto funcionamiento está la comunicación. Miembros clave del grupo deben tener contacto directo con los líderes de otros departamentos, por ejemplo, el área legal o de asignación de presupuestos.
Claridad en el plan
Una vez que se tiene claro el propósito de trabajar bajo un esquema de agile marketing es importante considerar lo siguiente:
- Seleccionar las métricas adecuadas: definir indicadores que permiten saber si el camino es adecuado para cumplir con los objetivos trazados. Toda la información generada ayudará a tomar decisiones de manera más oportuna.
- Establecer las metas y el ritmo: resulta mejor tener uno o dos objetivos bien específicos y tratar de buscar alcanzarlos, que intentar abarcar mucho. Aclarado este punto, deben programarse sprints, es decir, periodos previamente acordados donde se realizarán pruebas y experimentos de forma rápida para luego evaluar resultados de la estrategia.
- Desarrollar hipótesis: a través de los insights obtenidos de cada métrica se crean teorías que se buscarán confirmar posteriormente.
- Implementar un nuevo modelo: tras evaluar resultados, es necesario identificar cuál será la nueva ruta a seguir. Por tal motivo, se requiere considerar el impacto que se espera conseguir, si la confianza es suficiente y si es fácil de crear o implementar la estrategia. Esto implica desarrollar escenarios “¿Qué pasaría si…?”
- Probar y analizar: en aras de alcanzar los resultados contemplados, es necesario experimentar a un ritmo acelerado, no sin antes contar con herramientas para evaluar las distintas métricas previamente definidas.
- Repetir el ciclo: al concluir el sprint es necesario examinar a detalle qué funcionó bien y cuáles son las acciones que se requieren tomar a fin de mejorar el proceso para desarrollar nuevos productos o servicios.
Considera que el agile marketing implica adaptarse de forma rápida a los cambios y al comportamiento del mercado. No hacerlo puede significar perder competitividad y posicionamiento de marca.
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