12/05/2016 | Por Noticias TNE
José Carlos Rubio logró hacer este material más ecológico; se puede usar para iluminar caminos sin energía eléctrica.
Un problema importante en las carreteras que puede acarrear consecuencias graves como accidentes, es la falta de iluminación que señale el camino a los conductores. Pensando en esto, un investigador mexicano de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo creó un cemento que es capaz de emitir luz en la oscuridad.
José Carlos Rubio, Doctor en Ciencias e investigador de la Sección de Innovación Tecnológica en Materiales de la Facultad de Ingeniería Civil, inició su trabajo hace más de nueve años, primero reconociendo cómo es la estructura molecular de este material de la construcción, para después ver de qué forma podía modificarse. La investigación se financió con apoyo de la casa de estudios y tuvo una inversión de aproximadamente 50 mil pesos.
El científico explicó a la Agencia Informativa del Conacyt que el cemento tradicional es un polvo que al agregarle agua se disuelve del mismo modo que una pastilla efervescente para formar un gel, parecido al que se utiliza en el cabello, pero más sólido y resistente; también se crean cristales que se consideran subproductos no deseados en el cemento seco.
El enfoque de Rubio fue modificar esa microestructura para evitar la formación de cristales y permitir que únicamente se mantuviera el gel, ya que éste es capaz de absorber la energía solar y luego emitirla al medio ambiente en forma de luz.
Tras conseguirlo, el investigador se enfrentó a un nuevo reto ya que la mayoría de los materiales fluorescentes están elaborados de plástico y tienen una vida media de no más de tres años porque se deterioran con los rayos solares. Sin embargo, se consiguió que este nuevo cemento sea resistente al sol y alcance una utilidad de hasta 100 años.
Durante el día la estructura que cuente con este cemento podrá absorber la luz que emitirá hasta por 12 horas durante la noche. Además es ecológico porque se hace de arena, tierra o arcilla, con lo cual al formarse el gel y estar realizándolo sólo libera vapor de agua.
“Se obtiene por un proceso de policondensación, es como fundir azúcar y obtener un caramelo, pero de materias primas como sílice (arena de río), desechos industriales (por ejemplo en la industria acerera), álcalis (hidróxidos de sodio o potasio) y agua. El proceso se realiza a temperatura ambiente y no requiere hornos o altos consumos de energía y, por lo tanto, la contaminación por su elaboración es baja comparada con el cemento Portland tradicional y los plásticos sintéticos” explicó Rubio.
Las aplicaciones para esta nueva tecnología serán muy amplias, por ejemplo en la arquitectura podrá usarse en fachadas, baños, estacionamientos; en seguridad vial y señalamientos para iluminar caminos; o en el sector de generación de energía para la construcción de plataformas petroleras.
“(Podrá utilizarse) en cualquier lugar que se desee iluminar o marcar espacios que no tengan acceso a instalaciones eléctricas, dado que no requiere un sistema de distribución eléctrica y se recarga solo con la luz. La durabilidad del cemento emisor de luz se estima mayor a los 100 años por su naturaleza inorgánica, y es fácilmente reciclable por sus componentes materiales” indicó el investigador.
Actualmente está disponible en color azul o verde y es posible equilibrar la intensidad de la luminiscencia para evitar deslumbrar a los usuarios que lo observen, como ciclistas o automovilistas.
A partir de esta innovación, que fue la primera patente para la universidad michoacana, diferentes empresas europeas ya la están utilizando como base para desarrollar nuevas tecnologías científicas enfocadas en el ahorro de energía y la producción de ésta mediante fuentes naturales.