Lograr alinear a todos en la organización para trabajar por el mismo objetivo, por un lado ayuda al crecimiento de la empresa y por otro a tener colaboradores más leales.
La cultura organizacional se ha vuelto cada vez más relevante en las empresas debido a la necesidad del entorno actual de atraer y retener al talento adecuado para cumplir con las expectativas del negocio. Construir una cultura consciente es primordial para mejorar el ambiente de trabajo y productividad en la organización.
Una buena cultura ofrece la posibilidad de alinear las creencias de los colaboradores con el propósito y la visión de la empresa; creando un vínculo sólido que los conecta con su trabajo y su entorno, resultando en un mejor desempeño y mayor compromiso.
Poseer una cultura consciente encamina a la organización a ser más efectiva, y construirla requiere de una gestión intencionada, partiendo de definir cómo se quiere conectar sus valores operacionales, modelos mentales, principios, prácticas y procesos con todas las partes interesadas para lograr el éxito empresarial dándoles valor a las personas.
Todas las empresas poseen una cultura, sin embargo, no todas la desarrollan de manera intencional; ahí radica la principal diferencia con aquellas que poseen una cultura consciente, debido principalmente a que los líderes promueven y viven los valores a través del ejemplo, centrándose en las personas que conforman la organización para cumplir su propósito.
“Desde mi experiencia he podido constatar cómo una cultura consciente fomenta la confianza, el cuidado y la conexión entre los colaboradores, las partes interesadas y la organización, a través de comportamientos congruentes con los valores que contribuyen a disminuir la rotación de personal y generar nuevas oportunidades de desarrollo”, apuntó Juan Arenas, vicerrector de educación abierta y producción de contenidos de la Universidad Tecmilenio, y director del Centro de Desarrollo de Competencias.
En este sentido Juan Arenas comparte algunas recomendaciones para construir una cultura consciente que ayude a generar mayor compromiso y mejorar el desempeño organizacional.
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Brindar confianza y guía a través del ejemplo
Los colaboradores observan las acciones y comportamientos de los líderes continuamente, si lo que perciben es integridad, congruencia y empatía; se habilitará el camino para construir la confianza en su equipo de trabajo. Preguntarse si sus acciones como líder reflejan los valores culturales de la organización, es una buena práctica que le indicará si realmente está viviendo la cultura que quiere que vivan sus equipos de trabajo.
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Ofrecer una visión y expectativas claras
Las expectativas claras contemplan algo más que el rendimiento de los colaboradores. El trabajo de construir una cultura altamente consciente debe comenzar por ofrecer claridad sobre lo que se espera de los colaboradores acompañados de los recursos adecuados para alcanzar esa visión, esto además ayuda a mejorar las opiniones sobre la empresa.
Comunicar la visión impregnada de valores y creencias compartidas que permita percibir cómo quieren ser identificados y recordados contribuirá a construir una cultura consciente.
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Mostrar responsabilidad e integridad
Una organización consciente invitará al líder y a su equipo de trabajo a comprender que la palabra es una promesa de integridad que se honra con acciones, siendo responsables con el rol que cada uno ejerce dentro del negocio. Las conversaciones claras y honestas habilitarán ambos valores de la mano del cuidado y empoderamiento para impulsar a las personas a tomar libertad para ser innovadores o creativos una vez entendido su rol.
La integridad en el lugar de trabajo es cada vez más importante para los colaboradores, en una encuesta de Deloitte por ejemplo, el 77% de los trabajadores de la Generación Z, manifestó que trabajar en una organización alineada con sus valores éticos era relevante para ellos [1].
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Crear un entorno de crecimiento personal
El crecimiento forma parte de la naturaleza de las organizaciones, por ello, poseer y fomentar una mentalidad de aprendizaje será la forma en la que tanto los individuos como la empresa crezcan y evolucionen. Aprender sobre nosotros mismos y a los demás nos impulsa a crecer, sobre todo cuando se fomenta a través de una comunicación asertiva y autentica que ayude a crear el entorno adecuado de crecimiento.
Vivir con valores, consciencia y disciplina, puede ayudar a transformar a las personas y las organizaciones, influyendo en la construcción de una cultura consciente.