Encuentra el balance e impide tener que elegir entre crecer o poder seguir haciendo lo que te hizo exitoso.
Por Redacción TNE
“Cuando éramos una startup crecíamos muy rápido y contratábamos como locos”, “las cosas ahora parecen muy políticas”, “esta no es la compañía por la que solía trabajar”. ¿Alguna vez has escuchado una de estas frases? A medida que un negocio crece, se enfrenta a la encrucijada de que tanto sus valores como accionar cambien radicalmente. Esto es normal, pero no tendría que serlo. Hay procesos que podemos hacer como líderes para evitarlo.
¿Por qué nos sucede esto?
A medida que nuevos negocios logran establecerse, esperan madurar con el paso del tiempo. Si bien no quieren convertirse en una oficina “común y corriente”, sienten la presión por “crecer” y actuar con responsabilidad. De esta forma, pronto surgen las características comunes de una estructura tradicional como jerarquías, políticas, procesos y especializaciones.
De lo anterior surgen dos causas importantes para que una organización se vea en peligro de perder los elementos que tanto la caracterizaba: la tasa de contratación de los empleados que eclipsa la velocidad a la que la cultura puede replicarse y la escala de crecimiento comienza a crear tensión entre la estructura y los valores empresariales.
Sé fiel a tus raíces
Cada compañía tiene sus propios criterios para contratar y reclutar empleados. Si tu estrategia ha funcionado bien hasta ahora, no la modifiques: tu sistema de atracción de talento no debe cambiar; de hecho, hacerlo podría ser perjudicial. Si continúas añadiendo personas con las mismas características e ideologías, más probabilidades tendrás que tu organización se mantenga íntegra.
Divide tus procesos en situacionales y fundamentales: los primeros son los que se transforman con el paso del tiempo y de acuerdo a las mejores prácticas existentes. Por el contrario, las partes fundamentales de tu empresa deben permanecer igual, incluso cuando las situaciones cambien, ya que son vitales para la estrategia general. Encuentra cuál es tu “salsa secreta”, el concepto que define al negocio y asegúrate de que no cambie.
Cuida a tu equipo de trabajo
Recuerda que tus colaboradores son los músculos, quienes ejecutan tu estrategia de la mejor manera posible, por lo que apoyar su salud y el bienestar te trae tres beneficios importantes:
· Mayor productividad: estudios han encontrado que en los días donde los empleados visitan el gimnasio, demuestran un mejor rendimiento en la oficina. El ejercicio mejora la creatividad, prolonga la resistencia mental y ayuda al equipo a aprender más rápido.
· Menores costos: el 43% de los participantes en programas de bienestar toman menos días de enfermedad y el ausentismo es un 27% más bajo en general para los empleados que hacen elecciones de alimentos saludables.
· Compañerismo: en una encuesta a casi 10 mil empleados, Wired descubrió que el 70% de participantes de programas de bienestar pensaban que éste influía positivamente en la cultura del trabajo y el 58% dijo que tenía una influencia positiva en el nivel de colaboración de la empresa.
No seas un líder ausente
Mantén tu puerta abierta, literal y figurativamente. Tener un aire accesible tiene un doble propósito: por un lado muestras a los empleados que valoras su aporte, lo que los hace más propensos a expresar sus ideas y contribuir a la organización. Por el otro, se sentirán más empoderados y serán mayores las probabilidades de que vayan más allá de lo que su puesto de trabajo especifica.
Fomentar una cultura ágil y flexible es esencial para conservar una estabilidad laboral. Al estar presente y dar el ejemplo, ayudarás a salvaguardar la cultura. Finalmente, ten en mente que no sólo se beneficiarán de esta estrategia de manera interna. Si fomentas continuamente la innovación, aumentarás los niveles de servicio, forjarás conexiones de marca más fuertes y mantendrás contentos a los clientes.
Tener bien claro los elementos que son únicos de ti, ayudará a no tener que elegir cuando te veas en la encrucijada entre ascender o ser fiel a tus valores. Nutrir y mantener el equilibrio entre estructura y cultura puede ser la clave para tu próxima fase de crecimiento.
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