21/12/2015 | Por Noticias TNE
Estudio revela que cuando se desea alcanzar una meta hay que gozar el proceso, de lo contrario no se llegará a ella.
Cuando un año inicia se tienen en mente diferentes propósitos de cosas que se desean mejorar, cambiar o eliminar por completo de los hábitos, sin embargo muchas veces éstos se quedan en el camino, incluso antes de que pasen los primeros 30 días del año.
La clave para lograrlo tiene nombre: perseverancia, pero ¿cuál es el secreto para tenerla y realmente alcanzar los objetivos planteados? La Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago ha publicado la respuesta en el Journal of Personality and Social Psychology y al parecer es algo muy sencillo: disfrutar lo que se quiere hacer.
“¿Cómo voy a disfrutar mi trabajo si no me gusta? o ¿cómo voy a deleitarme con la dieta si tengo que dejar de comer mis alimentos favoritos” Tal vez éstas son sólo un par de preguntas que pueden surgir al intentar cumplir un propósito, sin embargo Ayelet Fishbach, responsable de la investigación, afirmó que la gente tiende a subestimar la importancia de gozar las cosas al estarlas haciendo y esto influye directamente en el resultado de las tareas.
Para llegar a esta conclusión en su estudio, la investigadora y su equipo organizaron seis diferentes experimentos para explorar los efectos motivacionales de dos tipos de incentivos: los vinculados a resultados de terminar una tarea (como el tener mejor salud después de hacer ejercicio por un mes) y los que viven la experiencia al día a día (divertirse y relajarse en cada sesión del gimnasio).
En la práctica, las personas que valoraban más la experiencia de la actividad que estaban realizando tuvieron un pleno desarrollo, a diferencia de los que se les preguntaban sus objetivos sin siquiera haber iniciado, por ejemplo en el gimnasio la gente fue más tenaz en una clase divertida, que los que simplemente iban a usar los aparatos sin ningún otro tipo de motivación; además, a los que tenían un grupo se les cuestionó sobre sus avances en diferentes puntos del mes, mientras que a los otros sólo al inicio y al final.
“Lo que la gente valora a la hora de elegir podría ser diferente de lo que pueden llegar a valorar más adelante, al realizar el ejercicio o actividad”, explica Fishbach. “Y si la gente se preocupa por estas cosas, se pueden optar por actividades que al final no seguirán o que no les merezcan la pena”.
La investigación tiene implicaciones para empresarios, políticos y otros profesionales que deseen motivar a la gente. “Las personas a dieta, por ejemplo deben darse cuenta de que hay que elegir alimentos no sólo bajos en calorías, sino que además les aporten una experiencia culinaria satisfactoria y agradable si quieren tener éxito y persistir con su dieta”, explicó Fishbach.
Y en el lugar de trabajo, cuando un empleado se enrole en un proyecto, ese será el mejor momento para que los jefes hagan hincapié en los aspectos gratificantes de éste. “Si esto se hace, aumentará su persistencia en la tarea”, asegura la investigadora.