Utiliza tu lenguaje y recursos disponibles para argumentar y debatir tu punto de vista a través de una sana discusión.
Por Redacción TNE
¿Por qué es importante dar sustento a lo que dices? Para empezar, no solo es un medio para darle validez a lo que creemos, sino también es la forma para persuadir a otros de lo que pensamos. Argumentar y debatir es la principal manera de sostener tu postura dentro de un debate y por ello saber comunicarte es de suma importancia.
La teoría de la argumentación es el estudio que explica mediante el uso de la lógica cómo se llega a conclusiones. La base de la misma se centra en el debate, en donde se intercambian puntos de vista para alcanzar una conclusión razonada.
Usa el lenguaje oral y corporal a tu favor
Dentro de la argumentación y sobre todo en el lenguaje general, una mala pronunciación o un gesto inadecuado pueden arruinar la transmisión de un mensaje. Cuando hablas en público no solo entra en acción lo que dices, también el cómo lo haces y el movimiento corporal. Para manejar una comunicación oral adecuada hay que seguir los siguientes consejos:
· Entonación: debes manejar un volumen de voz apropiado y saber enfatizar las palabras adecuadas para dar más relevancia a ciertas partes del discurso.
· Pausas: funcionan como los signos de puntuación. Permiten descansar al oyente y las puedes utilizar como introducción a uno de tus puntos más importantes para darle más fuerza.
· Vocalizar: abrir la boca al momento de hablar evitará que te comas sílabas o sonidos.
· Muletillas: para evitarlas, hay que estar conscientes de ellas. Toma un tiempo para grabarte mientras platicas o que alguien escuche tu locución para que te retroalimente y sepas las palabras que repites; como por ejemplo ‘este’, ‘bueno’ o ‘hmmm’.
En cuanto al lenguaje corporal, hay que cuidar varios aspectos en lo que si llegas a fallar en cualquiera de ellos puede dar la sensación de nerviosismo o falta de conocimiento del tema frente a los espectadores.
· Contacto visual: te muestra receptivo al mensaje. Desviar la mirada puede expresar vergüenza, desinterés o indiferencia.
· Postura: mantén la cabeza en alto, los hombros rectos y no muevas los pies de lado a lado.
· Movimientos de manos: en ocasiones, mover las manos te facilita para conservar el hilo de la conversación; sin embargo, hacerlo en exceso te hará parecer inquieto.
Utiliza los recursos del debate
Ya que cuentas con las básicas del lenguaje, puedes avanzar a los tres puntos clave de la argumentación. El no tomarlos en cuenta nos hace caer en falacias.
· Aceptabilidad: tus argumentos deben estar basados en evidencia sólida; es decir, deben ser creíbles.
· Relevancia: tiene que ver con que tenga sentido lo que dices en relación a tu opinión o tesis final.
· Suficiencia: que presentes la evidencia necesaria para sustentar tu punto de vista.
A continuación, tienes las dos herramientas necesarias para enfrentar a tu contrincante: la objeción y la refutación. La primera permite verificar la información expuesta para encontrar falsedades y la segunda nos deja utilizar esos datos a nuestro favor.
Para refutar una idea tienes que seguir cuatro pasos, empezando por buscar el punto débil de la premisa y a partir de ahí:
1. Lo que se ha dicho: exponer la idea que estás a punto de rebatir.
2. Pero: es el motivo por el cual crees se puede rechazar el argumento.
3. Porque: entrega datos, evidencia que ponga en entredicho el comentario.
4. Por lo tanto: presentar tus conclusiones del tema y aquí se puede introducir el siguiente para que continúe la conversación.
Recuerda evitar los ataques directos o indirectos a las personas, los ad hominem, a fin de cuentas la personalidad o forma de ser de alguien no es pertinente dentro del debate. Sobre todo, no te tomes las cosas personales. La calma y la compostura también son partes fundamentales de la conversación.
Te puede interesar también: