12/10/2016 | Por Noticias TNE
Dicha tecnología permitirá encontrar resultados certeros para desarrollar medicamentos más efectivos.
Más allá de lo que la ciencia ficción y Hollywood puedan ofrecer, la realidad es que los órganos humanos no se encuentran flotando en recipientes para ser estudios; resulta muy costoso para la investigación mantenerlos vivos, además de ser altamente valiosos para los trasplantes. Por lo que experimentar con ellos no es algo fácil: necesitan estar funcionando en el organismo.
Pero esa realidad puede que esté a punto de cambiar mediante una tecnología al lograr desarrollar piezas de órganos en miniatura; todo a través de microchips.
En 2010, Donald Ingber, del Wyss Institute de Harvard, desarrolló un pulmón en un chip. Ante este avance, el sector privado se sumó a los esfuerzos. Empresas como Emulate, lideradas por Ingber y otros miembros del instituto, crearon alianzas con otros investigadores de la industria y del gobierno, incluida la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa (DARPA, por sus siglas en inglés).
Hasta ahora, diversos grupos han reportado casos de éxito al desarrollar modelos miniatura de pulmones, hígado, riñón, corazón, médula ósea y cornea.
Del tamaño de un USB
Los modelos están hechos a base de un polímero traslúcido y flexible. Además, contiene tubos con microfluidos de menos de un milímetro de diámetro, los cuales llevarán en su contenido células humanas de un órgano determinado. Así, cuando nutrientes, sangre u otras sustancias como, por ejemplo, medicinas, son “inyectadas”, se pueda analizar algunos de los comportamientos claves del órgano.
Otra de las ventajas que ofrece esta tecnología se refiere al hecho de que los espacios interiores del chip pueden simular el tejido de un órgano en particular, como el saco de aire de un pulmón. El aire que atraviesa por ello puede representar la respiración humana. Por otro lado, se pueden insertar sangre con bacterias para observar cómo las células responden a la infección; todo sin poner en riesgo a la persona.
Este avance tecnológico también representa una oportunidad para el desarrollo de nuevos medicamentos, pues la prueba de estos en entornos más realistas, podrá determinar si los resultados son los esperados o deberán de ser descartados.
Por otra parte, también podría facilitar la medicina personalizada. Los chips podrían integrarse con las células madre del paciente, por lo que las pruebas contribuirían a identificar terapias individuales que cuenten con la posibilidad de ser más exitosas.
De manera frecuente, las empresas farmacéuticas realizan experimentos con animales para probar los efectos de los medicamentos. Los chips representan una oportunidad para, por lo menos, disminuir esta práctica. Millones de animales son sacrificados; estas prácticas, además generan controversia. Además de la cuestión ética, los resultados derivados de ellas raramente arrojan resultados certeros sobre la reacción de las sustancias en los seres humanos.