El coronavirus obliga a los sistemas de transporte a adaptarse a las nuevas necesidades de la gente y asegurar el flujo ininterrumpido tanto de personas como de bienes.
El Covid-19 fuerza a los sistemas de transporte a reinventarse para garantizar seguridad a los ciudadanos, mientras se reducen los niveles congestionamiento en las calles, logrando que los desplazamientos sean más sencillos y sin contratiempos, además de garantizar la entrega de mercancías, en especial aquellas de primera necesidad o medicamentos. Bajo este escenario, la movilidad como servicio (MaaS en inglés) en las ciudades surge como la respuesta a estos problemas.
MaaS busca centrarse en la gente, pero esto implica que tanto empresas como gobiernos diseñen estrategias que den respuesta a los nuevos comportamientos de los consumidores. De paso debe contar con capacidad de incrementar la productividad en las organizaciones, por ejemplo, al combinar el trabajo presencial con el remoto, en momentos en que los colaboradores no querrán tomar las mismas rutas para acudir a la oficina, especialmente si usan el transporte público o privado.
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A pesar de que en la actualidad la adopción del MaaS se encuentra en bajos niveles alrededor del mundo, está desarrollado bajo el concepto de integrar las distintas modalidades de traslado para adaptarse a las necesidades de las personas, las cuales buscan menos aglomeraciones.
De igual manera, se ajusta al contexto geográfico con la intención de ofrecer experiencias más personalizadas. Por ejemplo, en una zona suburbana un usuario puede solicitar un servicio que posteriormente conectará con otro de mayor capacidad y que opera en áreas de mayor densidad poblacional.
Si bien la pandemia por el coronavirus ha tenido consecuencias negativas para los países y la sociedad en general, esta clase de sistema promete marcar un parteaguas hacia un nuevo futuro en el transporte. El MaaS presenta oportunidades para innovar en la consolidación de sistemas de movilidad sostenibles, resilientes y centrados en las personas.
Datos para moverse de un sitio a otro
Con las consecuencias económicas, políticas y sociales ocasionadas por la nueva normalidad, el sistema de transporte será uno de los más afectados: menos traslados, rutas más cortas y reducción de costos, entre otros posibles efectos.
A lo anterior se suma que los usuarios favorecerán modalidades para moverse de un lugar a otro que impliquen un espacio seguro y con buena ventilación. Incluso optan más por caminar, usar bicicletas o conducir solos.
En cambio, rechazan los camiones públicos, trenes y metros, por el hecho de que implican grandes concentraciones de gente. Inclusive servicios de transporte privado han sido afectados, ¿y si el chofer del Uber no usa cubrebocas o no sabes qué medidas ha tomado fuera de su trabajo?
Los cambios en los comportamientos de la gente respecto al transporte representan un desafío para lo sociedad y especialmente para los gobiernos. ¿El motivo? Las ciudades y las áreas urbanas no están diseñadas con el objetivo de satisfacer la demanda, además el uso de los vehículos a nivel individual incrementa la contaminación.
Ante ese desafío, los proveedores basados en la Movilidad como Servicio tienen el potencial de facilitar la toma decisiones con base en datos y hechos en tiempo real en un entorno distinto al de inicios de año.
Impulsando MaaS en las metrópolis
Para que la Movilidad como Servicio sea efectiva en las ciudades, es fundamental que el transporte público se sume a esta iniciativa. Resulta conveniente aprovechar los medios existentes para impulsarla, además de evitar problemas como ha ocurrido en urbes donde los taxistas protestan contra los servicios de ride-hailing. ¿Y si mejor nos concentramos en el impacto positivo, no solo en lo económico, sino también en la calidad de vida?
Un elemento central de esta propuesta es cómo diferentes modalidades de transporte son ajustadas para los consumidores. De esta forma se les pueden ofrecer paquetes según sus necesidades. Imagínate que por poco más de 6,000 pesos al mes tengas derecho a usar ocho taxis durante el día, rentar dos veces un auto y usar los camiones de forma ilimitada.
Como resultado, las personas reducen los efectos físicos, cognitivos y emocionales que implican los viajes. Esto se traduce en mayor productividad y desempeño en sus trabajos, sin importar si trata de home office o ir a la empresa donde laboran, porque no tienen que pensar en el degaste mental que implican los traslados.
Al implementar la Movilidad como Servicio en las ciudades, ¿quiénes deben tomar la batuta? ¿Los gobiernos o las empresas tecnológicas? Si bien existe el argumento de que los primeros son adecuados para asumir el rol, debido a que son los que deberían ver por los intereses de los ciudadanos, existe la posibilidad de que se den conflictos de interés.
En consecuencia, los proveedores tecnológicos están más aptos para tomar el papel. No obstante, los gobiernos deben fungir como mediadores e incentivar la innovación para que el MaaS se actualice constantemente y se ajuste a los requerimientos cambiantes de los usuarios.
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Lograr que la Movilidad como Servicio sea efectiva implica tomar en cuenta cuatro elementos clave1:
- Infraestructura: para un correcto y eficaz funcionamiento se requiere de una cobertura generalizara de smartphones con acceso a redes 3, 4 y 5G, así como altos niveles de conectividad. Además de información actualizada y veraz sobre modalidades de viaje, horarios y actualizaciones, así como la posibilidad de pagar en efectivo.
- Proveedores de datos: los consumidores deben contar con acceso a aplicaciones o páginas web que les permitan planificar viajes multimodales.
- Operadores de transporte: resulta indispensable que existan vendedores capaces de satisfacer la demanda de diferentes servicios para, por ejemplo, usar bicicletas, scooters o autos rentados, especialmente en ciudades de alta densidad poblacional.
- Asesores confiables: se requiere de agencias que funjan como intermediarias para conectar a los operadores tanto públicos como privados. Así mismo, deben cerciorarse de que se confirmen y respeten las reservaciones, sin olvidar garantizar pagos seguros y mediante una sola modalidad.
Lo anterior no se puede lograr sin el apoyo de los gobiernos y las empresas, así como la cooperación por parte de asociaciones públicas-privadas, quienes deben mediar y mostrar los beneficios que las compañías pueden aportar a través de sus innovaciones.
Bien dicen que el coronavirus vino a modificar hábitos, y no solo de consumo, sino también en la manera de conectar unos con otros. ¿Será que el Movilidad como Servicio se consolidará en las ciudades de una vez por todas en el mediano plazo?
Referencias: 1Deloitte