Australia ha establecido un precedente global al convertirse en el primer país occidental en establecer una ley que restringe por completo el acceso a redes sociales a los niños, con el objetivo de proteger su salud mental.
Tras una intensa jornada de debates parlamentarios la noche del pasado jueves 28 de noviembre, el gobierno de Australia aprobó una nueva ley que prohibirá que las personas menores de 16 años utilicen redes sociales, una legislatura sin precedentes a través de la cual los gobernantes pretenden proteger la salud mental de sus ciudadanos más jóvenes.
¿Por qué Australia decidió prohibir las redes sociales para menores de 16 años?
La nueva ley surge como una estrategia para contrarrestar las crecientes preocupaciones de una facción del gobierno en torno a los potenciales efectos adversos de las redes sociales en la salud mental de los adolescentes.
Esto después de que hace un par de meses un informe del parlamento revelara que plataformas como Instagram, TikTok y Snapchat contribuyen en gran medida a la exposición de los menores a “presiones sociales, contenido misógino y dinámicas perjudiciales para su bienestar emocional”.
Por su parte, el primer ministro del país oceánico, Anthony Albanese, declaró que el objetivo de la nueva legislación es garantizar que los jóvenes puedan disfrutar de una infancia libre de amenazas como acoso cibernético, presión social y el acceso a contenido inapropiado”.
Así mismo, una serie de casos sonados de suicidios juveniles relacionados con situaciones de bullying en redes sociales encendieron las alarmas en el gobierno y lo motivaron a movilizarse y establecer una de las medidas más estrictas en la materia a nivel internacional.
Detalles de la ley y su implementación
La nueva legislación aún carece de ciertos detalles, pero a grandes rasgos estipula que las plataformas digitales deben implementar medidas para impedir el acceso de menores de 16 años a sus servicios. No obstante, a pesar de que sugiere la aplicación de procesos de verificación de edad por parte de las compañías que ofrecen estos servicios, en realidad la ley no menciona protocolos específicos que deben ser implementados para evitar el ingreso de los ciudadanos más jóvenes.
Por otro lado, cabe recalcar que el gobierno australiano no impondrá sanciones a los niños que utilicen una red social, ni a sus padres, sino que en este caso la responsabilidad recaerá directamente en los proveedores de estas plataformas.
De acuerdo a la ley, las plataformas a las que se les descubra incumpliendo con la norma, permitiendo usuarios menores de 16 años, deberán pagar multas de hasta $50 millones de dólares australianos, equivalentes a $32 millones de dólares estadounidenses.
Está previsto que la nueva ley entre en vigor hasta dentro de 12 meses, con el fin de darles a las plataformas de redes sociales un periodo para adaptar sus políticas de uso a los requisitos de la legislación, mismos que incluyen la adopción de “medidas razonables para impedir que los niños que no hayan alcanzado la edad mínima tengan cuentas”. Sin embargo, algunos expertos temen que la falta de lineamientos claros pueda llevar a conflictos técnicos y éticos.
Opiniones divididas en torno a la nueva ley
La iniciativa de prohibir las redes sociales ha generado opiniones divididas entre los australianos. Según una encuesta impartida por YouGov, el 77% de los australianos mayores de edad apoya la medida, considerando que protege a los jóvenes de los peligros de la “conectividad sin supervisión”.
Por otro lado, algunos grupos que se autoproclaman defensores de derechos humanos expresaron preocupación por la exclusión social de jóvenes “vulnerables”, como aquellos en la comunidad LGBTQIA+ o adolescentes migrantes, que podrían perder la conexión con sus redes de apoyo en línea.
Además de lo anterior, expertos en privacidad temen que el obligar a las plataformas a verificar la edad de las personas, genere un aumento en la recopilación de datos personales de los usuarios, abriendo la puerta a posibles abusos de vigilancia.
Mientras tanto, algunas empresas de redes sociales como Meta y TikTok se han mostrado escépticas sobre la posibilidad de que la ley realmente ayude a mitigar problemas de salud mental en los menores de 16 años, argumentando que las medidas apresuradas podrían llevar a los jóvenes a plataformas alternas mucho menos seguras o incluso ilegales.
“Es muy probable que esta prohibición impulse a los adolescentes a rincones oscuros de internet, donde no hay pautas claras ni herramientas de protección”, comentó un portavoz de TikTok al respecto. “Eso sí sería un verdadero problema”, puntualizó.
Implicaciones globales de la prohibición de las redes sociales a menores
A pesar de que falta alrededor de un año para ver el impacto de la ley en la juventud australiana, el gobierno confía en que tienen el potencial de establecer un estándar crucial para la protección de los jóvenes. “No esperamos eliminar todos los riesgos, pero este es el camino correcto para garantizar un mejor futuro para nuestros niños”, afirmó Albanese.
Finalmente, la nueva legislación australiana sin precedentes podría marcar la pauta para otros gobiernos que buscan regular el acceso juvenil a redes sociales, ya que países como Francia, Noruega y algunos estados de Estados Unidos han implementado restricciones parciales basadas en consentimiento parental, pero no se han animado a prohibirlas. Es probable que si la iniciativa australiana demuestra resultados positivos más naciones adopten este enfoque para proteger a sus ciudadanos más pequeños.