Amazon guarda información personal y sensible a través de su aplicación y los diferentes dispositivos de casa inteligente.
Las cámaras de seguridad Ring, el asistente de voz Alexa, los lectores electrónicos Kindle, los audiolibros en Audible, las plataformas Prime Video y Música, así como la página o aplicación de compras de Amazon graban información personal de los usuarios.
Los datos recopilados por Amazon van desde la altura, peso, salud, hasta ideales políticos y religión profesada. Muchos de estos son obtenidos a partir de las grabaciones, mismas que el usuario no siempre es consciente que estos son guardados.
La intención de Amazon al almacenar esta información es generar un perfil lo más cercano posible a la identidad misma del consumidor. Esto ayuda a proporcionar recomendaciones de compra personalizadas.
Sin embargo, la extensión de estos datos excede las necesidades verdaderas de la empresa. El gigante de compras en línea pone a disposición del usuario su historial de grabaciones. Estas incluyen todas las consultas al asistente de voz, las páginas leídas con marca de tiempo hasta el milisegundo, imágenes de las personas que tocan el timbre, entre otros recopilados por Amazon en los demás dispositivos que se posean.
Reporteros de Reuters realizaron el experimento de solicitar su información a Amazon. Las listas de datos contenían hasta 90, 000 grabaciones de consulta a Alexa, obtenidas en tres años y medio.
Dentro de este registro se encontraban conversaciones completas que se hacían entre dispositivos, así como preguntas realizadas al asistente. Incluso guardaba las consultas realizadas por los niños de la familia del reportero.
La empresa defiende que se le notifica al consumidor que se está recabando esta información. Establece que los datos se guardan desde el momento que se le llama a Alexa, hasta el final de la consulta. Sin embargo, en algunas de las grabaciones se archivaron conservaciones después de haber terminado la pregunta al asistente de voz.
Como respuesta, Amazon se comprometió a revisar este error con ingenieros y científicos. Por ahora la empresa pone a disposición del usuario una política de privacidad de 3, 500 palabras que tiene enlaces con 20 páginas con diferentes configuraciones de la cuenta.
Específicamente para Amazon Alexa existen diferentes opciones de eliminación de grabaciones. Se puede escoger entre borrarlas de una por una por fecha o dispositivo. O bien, se pueden descartar al instante o programarlo cada 3 o 18 meses.
Sin embargo, si el usuario quiere borrar la mayor parte de sus registros de datos en todos los dispositivos, la empresa menciona que la única manera es eliminando la cuenta. Aun cerrándola, Amazon se queda con el historial de compras por obligación legal.
A veces las autoridades pueden pedir información a este tipo de compañías y estas se ven obligadas a cooperar. Hasta el 2020, Amazon Estados Unidos había cumplido de forma parcial con 75 % de las solicitudes oficiales, completando totalmente con el 38 %1 de las mismas.
En un mundo donde la información es poder, solo se puede desear que este tipo de empresas se apeguen a la ética. Sin regulaciones sobre los datos que se pueden recabar, compañías como Amazon pueden grabar y analizar cada una de las decisiones de sus usuarios. La creación de perfiles no pone en riesgo a las personas, sin embargo la corrupción de información puede ser perjudicial.
Referencias: 1 Reuters