¿Piensas que en todo momento debes estar ocupado trabajando? ¿No te das tiempo para descansar bien, cuidar de tu cuerpo o simplemente organizar mejor tu vida? Es hora de redefinir tus prioridades y manera de trabajar.
La conectividad y la instantaneidad han acelerado el hecho de que todo esté disponible a unos cuantos clics de distancia. En consecuencia, esto también se refleja en las ganas de lograr más en poco tiempo, especialmente a nivel profesional. Como resultado se ha generado una productividad tóxica que es necesario evitar a toda costa al cumplir con las actividades establecidas.
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Ser más eficientes no se trata de actuar con mayor velocidad, sino de estar conscientes de cuáles son las tareas por hacer de forma más pausada para completarlas. Así se cometen menores errores que al tratar de hacerlo todo en una sola oportunidad. Sin embargo, no siempre es así, con frecuencia hay quienes se sienten presionados por cumplir con lo estipulado, incluso al punto de ser una especie de adicción.
Apresurados por querer hacer las cosas
La productividad tóxica no es más que otro nombre con el que se le conoce al workaholism. No obstante, la diferencia es que se refleja en un deseo poco saludable de ser eficientes en todo momento, más allá de si es algo que se espera ya sea en el trabajo, hogar o en cualquier clase de contexto.
Si se da el caso de que una persona concluya una actividad, hasta se siente mal por no tener algo que hacer. Como resultado, se experimenta una sensación de fracaso por no estar ocupada constantemente, al punto de pensar que hasta es malo tener tiempo libre para relajarse o simplemente ocuparlo una actividad de distracción o mero entretenimiento.
Piensa lo siguiente: si cada mañana te levantas solo después de presionar el botón de snooze en la alarma y no de manera natural, algo no está bien.
Sentirse extremadamente cansado no tiene que ser algo normal, pero sí debe considerarse como una señal de que estás atrapado en un ciclo de productividad tóxica, la cual se refleja al:
- Experimentar la sensación de que nunca se hace lo suficiente.
- Evadir o retrasar el resolver problemas personales por atender temas laborales.
- Medir la propia valía en función de las horas en que uno se mantiene disponible para estar ocupado.
- Evaluar el éxito en función de la cantidad de dinero que se gana de acuerdo con el trabajo que desempeña.
- Pensar que tomar un descanso es una debilidad o pérdida de tiempo.
- Priorizar tareas sobre actividades como: descansar, comer, ejercitarse o convivir con familiares y/o amigos.
- Sentir molestia cuando otros disfrutan de su tiempo para descansar, divertirse o simplemente pasar el reto.
Con todo lo anterior, se termina por impactar en la salud física y mental, así como en las relaciones y la calidad del sueño. Encima, se complica establecer límites laborales con el fin de tener un descanso reparador y recuperar energía.
Dile adiós a la productividad tóxica
La productividad tóxica tiene solución, es solo cuestión de tomar medidas sencillas para evitar que la sensación de querer estar ocupado todo el tiempo se apodere de ti y de paso disfrutar un poco más del presente. Si la crisis sanitaria no nos ha enseñado esto, entre otras cosas, entonces es necesario poner manos a la obra:
- Lidiar con los sentimientos más profundos: experimentar la sensación de fracaso o culpa, por mencionar algunos, detonan esas ganas de siempre querer estar ocupado. Por lo tanto, es importante reconocerla a fin de evitar justificar el querer realizar actividades a toda costa. Si es necesario, puede ser de gran ayuda la asesoría un psicólogo.
- Define tus valores rectores: pregúntate qué es lo que realmente te importa y cómo distribuyes tu día para tomar en cuenta. En concreto, si consideras que las relaciones, especialmente las familiares, se encuentran por encima de todo, pero pasas la mayor parte del día (incluso noche) trabajando, entonces es necesario que evalúes si estás haciendo lo correcto.
- Cuestiona de forma correcta: en vez de preguntar “¿qué debería estar haciendo ahora?” replantea la idea: “¿qué podría hacer o crear con facilidad en este instante? ¿De qué manera lo puedo realizar sin experimentar estrés?”. De esta forma podrás encontrar respuestas más precisas para lidiar con la productividad tóxica.
- Aléjate de las pantallas de vez en cuando: establece tiempos en tu agenda para no revisar dispositivos en la medida de lo posible, por ejemplo, durante la comida o cuando te encuentras en la noche conviviendo con tu familia. También puedes usar estos momentos para escuchar música, meditar o simplemente despejar la mente.
- Haz menos, haz más: es importante que trates de que todos tus pendientes salgan dentro de un horario laboral regular. Es cierto, habrá ocasiones en las que tendrás que quedarte un poco más tarde o empezar más temprano; si es así, cerciórate de que, al menos el fin de semana o por lo menos el domingo, sea un tiempo que te lo dediques a ti, para hacer cosas que disfrutes.
- Prioriza el cuidado personal: solo tienes una vida y un cuerpo, y si quieres llegar bien a viejo, entonces pon de tu parte para prevenir riesgos, como puede ser una enfermedad. Haz ejercicio, aliméntate bien y nutre tu mente con contenidos de calidad a fin de mantenerte en óptimas condiciones.
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Hazle frente a la productividad tóxica para lograr resultados de manera más efectiva, sin desgastarte mental. Solo es cuestión de que sepas cómo usar de forma estratégica las 16 o 17 horas del día con la intención de conseguir tus objetivos.