Pon las cosas en perspectiva, reduce la presión por querer cumplir muchos objetivos al mismo tiempo. Disfruta del presente mientras buscas tu crecimiento personal y profesional.
El mundo es acelerado, es común escuchar a emprendedores o influencers sobre la relevancia de vivir en constante ajetreo (hustle) como si fuera la máxima de vida para lograr el éxito. Sin embargo, ¿así se producen los resultados deseados? ¿Acaso será más fácil disminuir el ritmo de vida, priorizar objetivos y perseguirlos mediante un esfuerzo más enfocado y productivo?
Llevar la vida de forma más pausada puede marcar la diferencia entre el éxito o el fracaso y prosperar o sufrir ante un desgaste que lleve al tan ya conocido burnout. Además, permite crear las bases de una carrera profesional exitosa, sin afectar de manera negativa la vida.
Te puede interesar: ¿De qué nos perdemos por dejar de vivir en el ahora?
Por supuesto, cada uno debe encontrar la fórmula que mejor le funcione a cada quien para ir tras sus objetivos, es bueno considerar otros puntos de vista. Tal vez te encuentras en la disyuntiva sobre si seguir esforzándote a pesar de sentirte agotado o encontrar una forma distinta de hacer las cosas.
Camina, no corras ni mucho menos te aceleres
Ir de allá para acá, tratando de cumplir objetivos a un ritmo frenético, con poco tiempo de descanso y de convivir con personas que son realmente importantes, solo genera estrés y degaste mental. ¿Qué obtienes al disminuir el ritmo de vida?:
- Enfocarte en tus prioridades en la vida: cuando estás demasiado ocupado pierdes de vista a quienes te rodean y lo que realmente vale la pena. Es fundamental reflexionar sobre la idea de que, al perseguir tus metas, no estés yendo tras las de otros o unas que no son las que en verdad quieres para ti. De no ser así, corres el riesgo de seguir un camino que no te llevará a los resultados que esperas.
- Mantenerte sano física y mentalmente: estar ocupado todo el tiempo eleva las posibilidades de desarrollar estrés crónico, afectando tu calidad de vida. Esto es resultado de querer abarcar mucho en poco tiempo, tratando de hacer muchas cosas en un solo día, por ejemplo. Lo peor es que esto se repite al día siguiente, incluido los fines de semana.
- Ser más productivo: descansar bien es fundamental para lograr los resultados contemplados. Entre más de prisa vas, eres propenso a cometer errores, lo que obligar a dar pasos hacia atrás para comenzar de nuevo y hacer algo que pudo quedar bien desde la primera vez.
- Tomar mejores decisiones: con una mente calmada es más fácil que el cerebro asimile nueva información y evalúe las circunstancias. Actuar así facilita trabajar de forma óptima, por lo que resulta ideal combinar entre el hustle e ir despacio.
- Gestionar el tiempo adecuadamente: todos tenemos las mismas 24 horas al día, la pregunta es ¿en qué las inviertas? Por lo mismo, es fundamental tener una rutina alejada de distracciones. Jeff Bezos duerme ocho horas diarias; Marc Benioff, CEO de Salesforce, medita, al igual que Jeff Weiner, presidente de LinkedIn. ¿Cuáles son tus excusas?
Sin prisas, pero con enfoque
Disminuir el ritmo de vida requiere actuar con deliberación para tomar el control. Lo importante para tener en mente es que no se trata de complacer a los demás, sino de ir paso a paso con la intención de lograr objetivos, siguiendo un plan sin compararse con otras personas que pueden ir más avanzadas en su camino hacia el éxito.
Ir despacio permite tener más claridad sobre lo que quieres alcanzar en tu vida. Para lograrlo es necesario tomar en cuenta:
- Poner atención y estar presente: enfócate en tu alrededor, tanto en las personas como en las situaciones que experimentas, incluso no pases desapercibidos los objetos. Evita que tu mente se disperse y en la medida de los posible no hagas multitasking, ya que solo genera más estrés.
Haz una lista de las posibles barreras que afectan tu concentración, ya sean dispositivos o interrupciones de otras personas. Una vez identificadas estarás más consciente para mantenerlas alejadas. Establece límites para que tu tiempo, ya sea en el trabajo o en la casa con la familia, sea más dedicado.
- Redefinir objetivos: tal vez te percates que quieres abarcar mucho y terminar por apretar poco. Quizá es momento de replantear tus metas y distribuirlas mejor a lo largo del año, por ejemplo. Querer hacer todo al mismo tiempo genera insatisfacción. En cambio, pequeños pasos, pero seguros, te brindan más confianza y enfoque para lograr resultados.
- Aceptar limitaciones y buscar un balance en la vida: reconoce que no puedes hacerlo todo ni mucho estar ahí para los demás siempre que te necesiten. Quizá con frecuencia acostumbras a decir “sí” a cosas a las que en realidad quieres negarte, impidiéndote tomar un descanso (literal) necesario. Recuerda, antes que nada, eres un ser humano, no una máquina.
Aparta tiempo en tu agenda para hacer todo aquello que te haga sentir vivo, como puede ser el ejercicio o incluso disfrutar de una buena película (sin abusar del ocio). Lo importante es que separes tiempo para relajarte como mejor te plazca.
- Realizar actividades creativas: ya sea pintar con acuarelas, dibujar a lápiz o simplemente hacer journaling, es importante que hagas algo que te haga sentir vivo al mismo tiempo en que logras disminuir el ritmo de vida. Mejor aún, haz manualidades que realmente impliquen una concentración mayor para que realmente no pienses en el trabajo o en otros pendientes.
Por otro lado, date la oportunidad para que tu mente se distraiga, pero al mismo tiempo se enfoque en otra cosa. Esto puede ser una lectura inmersiva (ej., una novela de ficción) o simplemente tomar pluma y papel con la intención de organizar tu próximo viaje.
Lee también: 5 tips para enfocarte en lo realmente importante para tu vida
Date la oportunidad para disminuir el ritmo de vida y priorizar aquellos objetivos que realmente te sumen valor, además de contribuir a tu crecimiento personal y profesionales. No eches en saco roto el poder de darte una pausa para seguir adelante.