La vestimenta ya no sólo será un accesorio más, sino indumentaria apoyada en tecnología que redefinirá el estilo de vida y la forma de interactuar con el entorno.
¿Recuerdas esos anillos que cambian de color según tu estado de ánimo? Ahora imagina que es la camisa que traes puesta la que alterna de rojo a verde u otro tono según cómo te sientas anímicamente. Con más frecuencia verás ropa conectada al internet y a tus gustos como consumidor que busca renovar su clóset. Una pasarela hacia el futuro
Las tendencias en el vestir son las que marcan la pauta y guían a la industria textil, una gran cantidad de empresas han caído por no saber interpretar las necesidades de los clientes o desconocen cómo acercarse a ellos para ofrecerles productos acordes a sus preferencias1. Esto, junto con otros temas, redefinirá la manera de satisfacer a los clientes.
A grandes rasgos, la inteligencia artificial (IA) será la encargada de diseñar la ropa y
los accesorios. Gigantes tecnológicos como Google y Amazon, trabajan en el desarrollo de algoritmos que definirán los parámetros de la estética, además de evaluar cuáles son los diseños que podrán tener más éxito entre los consumidores.
Derivado de poder definir una mayor precisión en los gustos, la tecnología permitirá producir el inventario necesario para satisfacer la demanda.
Entre los beneficios de la ropa conectada al Internet está el contar con información para establecer las preferencias, lo cual garantiza la disponibilidad de los productos e incrementa las ganancias; por otro lado, evita acumular excedentes que posteriormente son vendidos a un menor precio a fin de mantener un margen mínimo de utilidad2.
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Para los clientes, la IA y el machine learning representan una oportunidad para localizar con mayor rapidez la ropa o accesorios que requieren. Bastará con subir una imagen de una camisa o blusa que le vieron puesta a un conocido para que los sistemas de búsqueda de los retailers presenten las opciones que más se asemejen a los intereses de los consumidores.
Aunado a esa posibilidad de ser más precisos con lo que quieren, las personas podrán contar con asistentes virtuales para delimitar con mayor exactitud las medidas y diseños acorde a sus requerimientos.
Por ejemplo, los trajes de baño, en especial para las mujeres, son difíciles de medir. Ante este inconveniente, empresas como Shimmy Technologies se asocian con Watson de IBM, supercomputadora a la cual sólo basta ingresarle una medida y automáticamente presenta un modelo en 3D3.
En cuanto a los textiles, la tecnología cada vez estará más presente, por ejemplo en vestimentas deportivas que serán capaces de ventilarte y regular tu temperatura mientras te ejercitas.
Startups como Modern Meadow hackean la biología de las células para cultivar piel sin la necesidad de lastimar a los animales. Otros emprendimientos buscan crear seda de araña súper resistente que pueda utilizarse como tela a la hora de fabricar ropa2.
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No es por demás, pronto habrá vestidos que arrojen humo y protejan a las mujeres cuando su espacio personal sea invadido. En consecuencia, la vestimenta se convertirá en protección que las ayudará en espacios reducidos.
En un abrir y cerrar de ojos, los pantalones y cualquier accesorio que usemos, formarán parte de una nueva ropa conectada al Internet de las cosas. La indumentaria tendrá la capacidad de adaptarse a nuestros gustos según se requiera.
Referencias: 1TechStory, 2CBInsights, 3ASI Central