Por Redacción TNE
Estos medios son necesarios a fin de promocionar a la empresa, pero no atenderlos puede perjudicarla. Crea un plan y evita fallas que te hagan perder clientes y dinero.
Tener una página de Facebook, abrir un perfil de Twitter o en cualquier otra plataforma resulta indispensable a fin de dar a conocer y mantener la presencia del negocio a través de Internet con el objetivo de atraer a un público meta al cual, por cierto, debes de atraer su atención hacia la compañía.
¡Cuidado! Abrir una cuenta resulta un compromiso tácito que adquieres. Con el objetivo de que todo marche viento en popa, resulta importante evitar cometer los siguientes errores:
· No publicar nada: bien, ya abriste la página pero no consideraste que debes actualizarla regularmente, dejando pasar semanas o incluso meses sin hacerlo. Al dejarla inactiva durante un tiempo prolongado envías dos posibles señales: falta de interés o que el negocio está fuera de operación.
· Escatimar en recursos: no des por sentado lo que se requiere para gestionar las redes sociales del negocio. Debes generar contenido nuevo a fin de mostrar lo último en noticias del sector en el que te desenvuelves, así como contenido atractivo; define a un responsable para publicar e interactuar con los clientes. Dependiendo de las posibilidades, puede ser una persona o todo un equipo de marketing.
· Carecer de una estrategia: compartir demasiados posts y/o hacerlo de manera irregular resulta contraproducente. Por el contrario, apóyate en herramientas para programarlos, tales como Hootsuite, por ejemplo. Define los horarios más adecuados; de acuerdo a Social Media Today, en Facebook lo mejor es publicar entre cinco y 10 entradas en un horario de 9:00 am a 3:00 pm. Toma en cuenta que cada red social es distinta.
· Darle like a tus propios comentarios: tú los publicaste, entonces se entiende que estás de acuerdo con ellos. Sin embargo, invita a tus colaboradores a compartir el contenido y marcarlo como favorito; recuerda que ellos son tus representantes.
· Conectar con todos: olvídate de la regla de “me sigues y te sigo”. Antes de seguir a otros considera si son personas o cuentas relevantes para tu negocio y cómo pueden afectarte. “Dime con quién te juntas y te diré quién eres”; la frase aplica muy bien, pues tus seguidores harán conjeturas respecto con las personas o negocios con los que te relacionas.
· Ignorar sus palabras: genera engagement mostrándote atento a lo que tu audiencia tiene que decirte; demuéstrales que te importan sus comentarios, y no sólo los buenos. No los elimines los negativos, reconoce cuando hay problemas y muéstrate proactivo a fin de resolverlos.
· No monitorear los perfiles: programar las publicaciones puede llevar a cometer el error de olvidarte de revisar las cuentas; revisa regularmente si hay comentarios y responde de manera oportuna. ¿Y si es alguien que quiere hacer negocios contigo? Estudia las estadísticas que ofrecen para determinar qué contenidos y horarios funcionan mejor. Reinventa tus tácticas de ser necesario.
Las redes sociales consumen tiempo y esfuerzo, pero resultan herramientas necesarias para publicitar a la organización y posicionarla como una entidad de confianza entre los potenciales clientes. ¡No te olvides de ellas!