Esta técnica se puede aprovechar para medir la reacción del consumidor ante estímulos como colores, experiencias y el manejo de información; utiliza su poder a tu favor.
Como ciencia, el neuromarketing es profundo, diverso y complejo. En todo el mundo se realizan esfuerzos por comprender los procesos racionales y cognitivos del ser humano. Interpretando las reacciones eléctricas del cerebro, se han logrado grandes avances para poder entender con claridad lo que pensamos y cómo generamos estos pensamientos.
En el caso de esta ciencia, cuando está enfocada a la investigación de mercados, su aplicación tiene como fin tomar decisiones prácticas en la estructuración de acciones en el punto de venta.
Conociendo la reacción del cliente
El neuromarketing se ha convertido en una técnica poderosa al momento de medir estímulos ya existentes dentro de los consumidores, así como de su posible reacción ya sea en el punto de venta o en ejecuciones publicitarias.
Aplicado correctamente, permitiría diferentes tipos de actitudes; por ejemplo, se podría saber si un formato de anuncio llama la atención o genera una reacción positiva, así como la intensidad de la misma en comparación con otro tipo de publicidad evaluada por el mismo sujeto.
Al hacer aproximadamente 30 evaluaciones, se obtiene información libre de sesgo y objetiva respecto a qué versión de anuncio es la mejor opción para utilizarse y obtener el resultado deseado.
Para medir las reacciones neurológicas de una persona a un estímulo, se le conectan electródos y se le pide que realice la compra como regularmente lo haría.
Dentro de este proceso se registra la actividad cerebral y con los datos recibidos en tiempo real se puede interpretar si su experiencia fue negativa, positiva o neutral, qué elementos fueron los que más llamaron su atención en el proceso y con qué intensidad se vivió la compra.
Mejora el desempeño del punto de venta
Para aplicar el neuromarketing dentro de este ámbito, primero que nada hay que despejar las dudas acerca de las reglas básicas que se deben seguir al buscar influenciar la decisión de compra de un individuo:
- Mantener un mensaje claro y enfocado a la acción.
- No sobresaturar al consumidor de información.
Dentro de la comunicación siempre es importante recordar que “menos es más”.
- Utilizar los colores a favor de la marca, pues el indicado puede potenciar el interés o incrementar el reconocimiento de la misma.
Una vez asegurados de cumplir por lo menos con estos criterios básicos, es posible medir la reacción del consumidor ante el material desarrollado. De preferencia hay que tener por lo menos un par de opciones sobre todo de la comunicación de la competencia, si aplica.
Estas posibles alternativas, son expuestas ante el comprador y finalmente se evalúa cuál de ellas es la más poderosa en términos de atención, reacción positiva e incitación a la acción.
La que tenga el desempeño más sobresaliente en la evaluación, será la mejor opción para aplicarse. Esta es la manera ideal para asegurar el mejor resultado posible en cuanto a la inversión realizada.
Ésta es una técnica muy poderosa sobre todo en combinación con otras como los estudios etnográficos que darían información “suave” que puede alimentar la creatividad y una vez obtenido el estímulo, llámese anuncio, promoción, o cualquier otro que se pueda mostrar, validará qué versión es la que mejor se desempeña ante el consumidor final.