Encuentra el momento oportuno para brindar retroalimentación a los colaboradores y juntos explorar oportunidades de mejora que contribuyan al crecimiento del negocio.
Resulta complicado brindar retroalimentación de forma efectiva, ya sea por la ansiedad de recibirla o el temor al rechazo tras ofrecerla, entre otros factores. Sin embargo, la importancia del feedback en la empresa es fundamental para elevar el nivel de engagement y lograr mejores resultados.
Imagina a una persona que acaba de ser promovida para ocupar un cargo de mayor responsabilidad en la compañía. Transcurre un año con ansiedad y con pocos comentarios para saber si lo que ha hecho está bien o hay algo que se pueda mejorar. Cuando se llega la junta, recibe felicitaciones, pero a los tres meses se va. ¿Qué pasó?
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Si existe temor en los colaboradores o líderes para expresar, de manera asertiva, cuáles son las expectativas o definir qué se espera de los demás, se genera un ambiente caracterizado por el resentimiento, la inactividad y la falta de compromiso. Por ende, se afecta la disposición para ir tras las metas.
A pesar de lo anterior, es necesario que en las empresas existan sesiones de retroalimentación. Considera que el 69 % de los empleados están dispuestos a trabajar con más empeño si sienten que sus esfuerzos son reconocidos, mientras que el 98 % no se sienten comprometidos cuando reciben poco o nada de feedback1.
Crear una cultura caracterizada por una comunicación transparente y asertiva contribuye a elevar los niveles de confianza. Además, enriquece las relaciones y tiene el potencial de impulsar al negocio al siguiente nivel, sobre todo en momentos donde la transformación digital está a la orden del día y los miembros de la organización necesitan adaptarse con velocidad.
Comunicar, comunicar, comunicar
Son pocas las empresas que realmente cuentan con herramientas prácticas y relevantes que faciliten el proceso de ofrecer y recibir feedback de forma efectiva. A esto se suma que las personas, ya sean líderes o colaboradores, no necesariamente cuentan con las habilidades necesarias para realizar esta actividad con miras a lograr resultados positivos.
Entre los problemas que se presentan a la hora de brindar retroalimentación de forma incorrecta es que el proceso se impone de forma brusca. Por ejemplo, imagina una sesión donde el que toma la palabra asume un tono de voz un tanto altanero, encima le cuestiona a su contraparte “¿por qué no funcionó tal proceso?”, en vez de buscar abordar el tema de forma proactiva: “¿qué querías que hubieras pasado?”.
Considerando la importancia del feedback en la empresa, a fin de evitar situaciones incómodas que mermen el buen desempeño y, en cambio, incrementen la productividad y compañerismo, es importante crear una cultura constructiva para ofrecerlo. De esta manera se genera un entorno donde hay respeto y preocupación genuina por los demás, en aras de que logren expresar su máximo potencial.
¿Qué se puede hacer para brindar una retroalimentación de forma proactiva? Lograrlo implica tomar en cuenta ciertos aspectos que juegan un rol crucial.
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Motivarse a darla o pedirla con confianza
Tanto si eres líder de negocio como colaborador es importante ser proactivo para solicitar el feedback y hacerlo con regularidad sin esperar a que alguien más tenga la iniciativa. Los tiempos actuales exigen mejora continua, por lo que la disposición es fundamental.
Posteriormente es importante aclarar qué tipo de retroalimentación se busca, ya sea correctiva para definir estrategias o prácticas de mejora o si es de reconocimiento, es decir, felicitar por los avances o metas alcanzadas. Más allá del objetivo de este proceso, es importante incentivar que se dé, de lo contrario se puede caer en un círculo vicioso donde se cometen los mismos errores una y otra vez.
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Crear un espacio dedicado y seguro
¿Has visto como por lo general los consultorios de los psicólogos invitan a los pacientes a relajarse y sentirse cómodos con lo que le van a compartir al terapeuta? Lo mismo sucede con el feedback, es necesario procurar establecer tanto un horario y un lugar adecuado para que la sesión se lleve de forma apropiada.
Por ejemplo, vale la pena tratar de que la reunión sea en un día donde la carga de trabajo no sea tan pesada y a una hora donde sean mayores las posibilidades de que el estado de ánimo sea óptimo. Seguro nadie querrá escuchar una crítica si está de malhumor o el nivel de estrés es alto debido a los pendientes que hay por terminar.
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Prepararse para escuchar y aprender
Al igual que sucede en una relación de pareja, la disposición para platicar y poner atención a las inquietudes del otro es fundamental. Sin embargo, esto requiere tener la apertura mental para no tomarse los comentarios tan a pecho y abrirse a la posibilidad de generar nuevos patrones de comportamiento.
Un aspecto fundamental es que no es necesario creer que todo lo que se dice en la retroalimentación es totalmente cierto. Por el contrario, esto implica mantener una actitud positiva donde las partes involucradas mantienen una conversación constructiva para explorar posibilidades que lleven a lograr mejores resultados en el corto y mediano plazo.
Durante esta etapa es esencial hacer una lluvia de ideas donde las personas evalúen cómo pueden ayudar o sugerir qué se puede hacer para resolver el problema y evitar que se repita. Recuerda: se trata de llegar a una mejor posición con el fin de seguir mejorando al cada quien desempeñar sus actividades.
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Comprometerse a generar un cambio
Quienes reciben retroalimentación, si realmente la aprecian, es esencial que acepten lo que la otra persona percibe sobre ellos y la situación. Por otro lado, es necesario que asuman el reto de actuar en función de mejorar; de lo contrario, de nada sirve pedir feedback si no se está dispuesto a modificar actitudes o comportamientos que contribuyan al crecimiento personal y de la organización. La clave antes y después de la sesión es tener objetivos, no enfocarse en lo ocurrido.
Cada persona es responsable de cambiar, tampoco lo tiene que hacer con relación a todo lo que se mencionó durante la junta. Mucho menos debe notificar inmediatamente al interlocutor cuáles son las acciones para tomar, pero sí debe hacerlo en algún momento con la intención de que todos estén en el mismo canal. Si es posible, vale la pena trazar un plan con tiempos establecidos para conseguirlo.
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Para darle importancia del feedback en la empresa es necesario que este se convierta en un hábito. Así todos los colaboradores contarán con la posibilidad de mejorar a nivel individual y profesional, de paso contribuyendo al crecimiento de la organización.
Referencias: 1OfficeVibe