Los dos ámbitos requieren de altos niveles de compromiso y dedicación, emplea tu capacidad en uno para fomentar el crecimiento del otro.
Por Redacción TNE
“Si no vas por todo, ¿para qué vas?”
-Joe Namath, exmariscal de campo, Salón de la Fama NFL
Los negocios y los deportes no son tan diferentes como pensarías. Te podrás preguntar “pero ¿en qué se parecen?, ¿cómo se relaciona una actividad física con otra donde te la pasas todo el tiempo encerrado?” La respuesta recae en la actitud. Tanto un hombre de negocios como un deportista se empujan a sí mismos a mejorar cada día de manera continua.
El 95% de los CEOs dentro de la lista Fortune 500 practicaron algún deporte durante sus años de estudio.
Esta clase de personas han seguido un proceso de alcanzar objetivos que en un principio consideraban imposibles. Si bien hay características fisiológicas o de carácter que son naturales, como la velocidad o la facilidad de palabra, existen aquellas que por medio de la constante práctica perfeccionan hasta convertirse en los mejores al realizarlas, como saber negociar en los mejores términos o lanzar un pase de anotación al receptor desmarcado, por ejemplo.
Encesta tus facultades
“Mientras más difícil sea la victoria, mayor será la felicidad cuando ganes.”
-Edson Arantes Do Nascimento “Pelé”, ganador de tres Copas del Mundo de la FIFA
Una de las principales cualidades que tienen estos dos grupos es el trabajo en equipo. Ambos conocen lo que es no sólo recaer en el apoyo de otra persona, sino también dar la mano cuando las cosas se ponen complicadas y tomarán el rol que sea necesario para alcanzar las metas en conjunto. Toma en cuenta ésta habilidad.
Actitud hacia la frustración: los atletas están acostumbrados al fracaso y a la adversidad, por lo que las ganas de alcanzar el éxito los mueve para competir. Brian Scanlon, coach de reclutamiento, dice que los deportistas tienen integrado dentro de su ADN las ganas de despertarse todas las mañanas y competir. La habilidad de caer y volverse a levantar es innata de los deportes y los negocios.
Búsqueda de nuevos retos: cuando una persona no sale de su zona de confort, deja de crecer. En cambio, la gran mayoría de los atletas siempre buscan competir contra rivales más poderosos o ligas de mayor nivel. Esto resulta bastante similar con los encargados de negocios, quienes constantemente buscan crecer y definen nuevos objetivos para sus emprendimientos. Si bien todo mundo teme al fracaso, dejar que éste nos impida a actuar no es opción.
Manejo de riesgos y responsabilidades: las personas que realizan deportes individuales aprenden a tomar el compromiso de sus acciones. El golf y el tenis son actividades donde lo único que importa es tu habilidad para actuar y responder ante lo que hace tu adversario. Una mala decisión en el saque o el putt puede hacer toda la diferencia, así como una elección incorrecta en la elección de tu mercado; el verdadero liderazgo trata sobre asumir la responsabilidad de tus acciones.
Ética laboral: para convertirse en el mejor en cualquier ámbito, hay que ser diligente. El esfuerzo es el mismo ya sea que te quedes tiempo extra ejecutando tiros a gol después de cada práctica o desvelándote pensando en qué hacer para dar el siguiente gran paso emprendedor. Ejecutivos y deportistas saben que el éxito viene de la mano del trabajo y que sin esfuerzo no se alcanzarán las metas.
El balón y el maletín están en tus manos, utiliza esa pasión que te mueve para siempre mejorar personal y profesionalmente para así alcanzar nuevos límites.
“No se trata sobre las ganas de ganar, eso todo mundo lo tiene. Lo que en verdad importa son las ganas de prepararse para ganar.”
-Paul Bryant, excoach de fútbol americano colegial y ganador de seis títulos nacionales.
Te puede interesar también: