A pesar de la intención de Estados Unidos de modificar las reglas de origen, México y Canadá mantienen su postura y afirman que no sería lo idóneo.
17/08/17 | Por Noticias TNE
Las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC) comenzaron el día de ayer en el hotel Wardman Park, en Washington, D.C entre los representantes de los tres países: Ildefonso Guajardo, secretario de economía de México; Chrystia Freeland, Canciller de Canadá; y Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos.
“Consideramos que el TLC le ha fallado a millones de estadounidenses y necesita grandes reformas”, declaró Lighthizer en su discurso inaugural. También destacó que el presidente Donald Trump busca cambios profundos y no meras adecuaciones al acuerdo.
“No podemos ignorar grandes déficits comerciales, pérdidas de más de 700 mil empleos en fábricas y negocios cerrados o llevados fuera del país por incentivos del convenio actual; sólo en la industria automotriz tenemos que el déficit ascendió a 68 mil millones de dólares y durante la última década, el déficit en bienes superó los 365 mil millones”, comentó Lighthizer.
Guajardo considera, por el contrario, que para México, más que un problema, ha sido una parte de la solución que ha permitido que Norteamérica sea competitiva. Sin el apoyo, Asia dominaría el mercado y afectaría la generación de puestos de trabajo.
La postura de Trump va más allá de simples modificaciones, sino en realizar cambios sustanciales que impliquen una mayor protección del comercio electrónico, servicios, así como la agilización de procesos en aduanas, propiedad intelectual, lucha contra la corrupción y reglas de origen que aumenten los componentes de Estados Unidos en la industria automotriz y autopartes, entre otros temas.
“En relación al comentario (de Lighthizer) respecto al contenido nacional específico, no sería la mejor práctica el introducir tales rigideces dentro del proceso industrial”, explicó Ildefonso Guajardo en la Embajada de México. “No es bueno ni para las compañías de Estados Unidos ni para las mexicanas”.
El comentario de Freeland respecto al tema fue similar: “Canadá no está a favor de las reglas de origen específicas para países”. La funcionaria agregó que habrá que “tener mucho cuidado en cualquier cambio que se haga para asegurarnos de que no interrumpa las cadenas de suministro”.
Los estadounidenses también solicitan provisiones para la resolución de conflictos, respetando la soberanía nacional y los procesos democráticos para evitar prácticas de alteración de mercados, manipulación de monedas y promoción de reformas laborales en México que garanticen libertad de asociación y negociación de contratos colectivos.
La representación de Estados Unidos puso tres temas sobre la mesa: la adopción de medidas para que las compañías registren sus operaciones de manera precisa con el fin de detectar actos de corrupción; el establecimiento de códigos de conducta para establecer altos parámetros éticos entre funcionarios; por último, solicitar a las partes la prohibición de deducciones fiscales de movimientos irregulares.
Ildefonso Guajardo admitió el proceso de negociación del TLC no será sencillo y que habrá que encontrar un punto medio entre las posiciones de las tres naciones mismas que están interesadas en avanzar de manera rápida, sin abandonar los aspectos sustanciales de la negociación.
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