En las redes sociales abundan los contenidos que buscan clics a toda costa y no necesariamente son fuentes de información confiable. Evita que los más pequeños y jóvenes de la casa caigan en esta trampa.
En las redes sociales abundan las publicaciones clickbait con la intención de que los usuarios le den clic a toda costa sin importar el contenido, el cual puede ser nocivo, tendencioso y enfocado a confundir y desinformar a las personas. En este ciclo dañino se vuelve esencial enseñar a los hijos a identificar noticias falsas o contenidos que no están sustentados con fuentes oficiales o reconocidas.
La mayoría de los niños y adolescentes obtienen la información de los muros en sus perfiles de social media. El riesgo de no saber reconocer esta clase de publicaciones es que luego las comparten, contribuyendo a que al darles difusión se genera más confusión entre sus pares, tomando en cuenta que una mentira que se repite termina por creerse que es verdad.
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El discurso de odio es una situación que impera en las redes sociales. De hecho, en Facebook el número de publicaciones relacionadas a este tema se incrementó de 2.5 millones en el primer trimestre del 2018 a 9.6 millones en el mismo periodo del 20201.
Entre los principales efectos de los contenidos falsos es que distorsiona y afecta la comprensión de problemática sociales y políticas. En los niños y jóvenes, esto se traduce en malas calificaciones por consultar fuentes no confiables. Por otro lado, también pueden poner en jaque su salud física o emocional por creer que cierto producto les ayudará, por ejemplo, a concentrarse mejor en la escuela y obtener mejores calificaciones.
Dispuestos a buscar y encontrar la verdad
En un mundo digital, donde la comunicación está abierta prácticamente 24/7, se vuelve esencial saber discernir entre contenidos veraces y de calidad, de aquellos falsos y que no aportan valor. Hay un mar de información allá afuera que no solo confunde, sino que también genera un desgaste mental en las personas, ni se diga en los niños y adolescentes.
Es importante que los niños y jóvenes distingan entre fuentes confiables y las que no lo son, además de no creer en contenidos anónimos o firmados por una persona que solo usa un nombre o apodo.
Por lo anterior, los papás deben involucrarse y enseñarles a los hijos cómo reconocer esta clase de publicaciones. Esto requiere darse el tiempo para sentarse y juntos comenzar un intercambio de ideas con el fin de enriquecer el aprendizaje sobre contenidos falsos e identificarlos de manera oportuna.
El primer paso es definir qué son las noticias falsas, es decir, aquellas que son totalmente inventadas. En cambio, es muy diferente mostrarse en desacuerdo con cierta temática; sin embargo, la fuente puede ser totalmente legítima.
En segunda instancia tanto los pequeños como los adolescentes deben reconocer cuando se trata de un hecho o de una opinión. Así podrán formar su propio criterio y no dejarse influir por lo que otros creen que es lo que debería ser o no respecto a determinado tema o situación como, por ejemplo, cuestiones políticas o sociales que tienden a generar demasiada polarización en la sociedad.
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La tercera clave sería que los papás fomenten en sus hijos la investigación, que antes de leer cualquier contenido se pregunten: ¿Qué medio la pública? ¿Cuál es la fuente original? ¿Quién lo comparte es autoridad en el tema? Si la sección “Sobre nosotros” no está disponible y no se sabe quién está detrás de un sitio web, es una señal para desconfiar de una página.
Así mismo, también deben buscar contenidos relacionados al tema para ver qué otros medios lo están manejando. Se trata de que los niños y adolescentes se muestren escépticos más no cínicos respecto a lo que leen o ven en Internet.
Lo anterior va de la mano con averiguar si las páginas web son legítimas, las que no lo son por lo general tienen direcciones URL extrañas. Asimismo, es vital prestar atención a la ortografía, ya sean errores o que todo esté escrito en mayúsculas.
Por último, hagan del comentar las noticias una actividad diaria en la casa con la intención de estimular el intelecto. Más allá de que los argumentos sean adecuados o no, la clave es ir aprendiendo sobre la marcha. Además, hacer esto les ayudará en la escuela a la hora de analizar los temas de las diferentes materias, ya que los consejos mencionados aplican de igual manera.
Enseñar a los hijos a identificar noticias falsas se torna una ardua pero necesaria tarea en un mundo donde los medios de comunicación e intereses particulares están al acecho de mentes que todavía no forjan su propio criterio.
Referencias: 1Facebook