¡Cuidado al pegarle a un autómata! Capaz que, de tanto que le dolió, te regresa el golpe. Aunque se suponga que no debería hacerlo.
Si ya de por sí pensar en la convivencia con androides puede resultar incómoda, al menos mientras nos acostumbramos, pronto tendremos que cuidarnos de no ocasionarles algún año. Resulta que investigadores de la Universidad de Osaka, en Japón, crearon una piel sintética con la cual los robots podrían sentir dolor.
Como lo acabas de leer, la idea es que las máquinas puedan conectar mejor con las personas, con un nivel de empatía más alto.
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La piel funciona con sensores que tienen la capacidad para detectar tanto el tacto suave como aquellas sensaciones consideradas más dolorosas; por ejemplo, recibir un fuerte golpe, como cuando te pegas en el dedo pequeño del pie y te muerdes el puño.
Los robots no sólo sentirían dolor, sino también serían capaces de mostrar emociones. Imagina que un autómata trabaja en la oficina y tras una jornada laboral larga y extenuante, se muestra cansado y dice que siente molestias. Sin duda esto marcaría un parteaguas en la forma de relacionarse con las máquinas.
Para demostrar el impacto de la piel sintética, los científicos japoneses crearon un pequeño robot llamado “Affetto”, con la cabeza artificial de un niño. Este fue capaz de cambiar sus expresiones faciales como parte de su reacción al dolor.
“Affetto puede distinguir entre el tacto suave y duro a partir de señales detectadas”, comentó al Daily Mirror Minoru Asada, líder del proyecto. “Estudios demuestran que añadirle sensores le ayuda a evitar el ‘dolor’”.
Un avance como el mencionado podría impactar en el sentido de que los autómatas contarán con mayor empatía y sentido humano; por ejemplo, al cuidar de otros. En consecuencia, las probabilidades de ver a robots enfermeros haciendo bien su trabajo, son mayores.
“Los robots ‘sociales’ están siendo programados para reaccionar de manera empática al dolor en otros [individuos] mediante un mecanismo espejo similar al de los seres humanos”, agregó Asada.
Sin embargo, Antonio Damasio, reconocido neurocientífico en la Universidad del Sur de California, fue claro al señalar que este experimento no es lo mismo a que un autómata realmente procese e internalice una experiencia. ¿A caso podría tener una conciencia?
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A pesar de lo mencionado, Damasio destaca que la piel sintética con sensores que puedan detectar el tacto y el dolor va en la línea “de tener robots que puedan, por ejemplo, devolverte una sonrisa cuando les hablas. Es un dispositivo con el que la máquina puede comunicarse con el humano”.
No es de extrañar que dicho experimento se haya realizado en Japón, la población del país nipón es está envejeciendo y la fuerza laboral cada vez se contrae más.