Fabricantes de microprocesadores se ven en apuros para satisfacer la demanda del mercado. ¿Cuáles son las posibilidades para acelerar el paso y salir adelante de esta situación en un mundo que depende de la tecnología?
Diversos sectores de la economía se ven afectados por la crisis de chips a nivel mundial, mientras los consumidores enfrentarán precios más altos en toda clase de productos que operan con microprocesadores. Esta situación deriva de falta de capacidad de las cadenas de suministro, malas decisiones, falta de insumos y eventos climatológicos.
Desde antes del COVID-19, ya había desequilibrio entre la demanda y oferta de chips. Sin embargo, la crisis sanitaria acentuó la problemática a medida que las personas pasaban más tiempo en casa usando dispositivos como televisión, smartphones, tabletas o cualquier otro producto con microprocesadores integrados.
Recuperarse de esta situación no será fácil, expertos señalan que podría tomar hasta dos años, mientras el 80 % de la producción se concentra entre Taiwán y Corea del Sur. Por su parte, Estados Unidos no se muestra fuerte en este rubro. ¿Qué sucederá? ¿Cuáles son las posibles soluciones? ¿Habrá otra crisis de chips a nivel mundial en un futuro?
No hay corazones para los dispositivos
Los microprocesadores son como la sangre que le da vida a la sociedad moderna, porque están presentes en prácticamente todo: desde cepillos dentales eléctricos hasta consolas de videojuegos donde los niños y jóvenes pasan horas jugando en medio de la crisis sanitaria, por mencionar algunos ejemplos.
El recorte en el suministro de chips fue catapultado por el COVID-19, entre empresas que tuvieron que aprender a trabajar en remoto, equipando a sus colaboradores para que pudieran cumplir con sus actividades. Por otro lado, niños y jóvenes se tuvieron que adaptar a estudiar desde casa, entre otros factores.
Si bien las ventas de semiconductores cayeron entre el 2018 y 2019, en 2020 crecieron en un 6.5 % y en mayo de 2021 fueron un 26 % más altas que en el mismo periodo del año anterior1. Para los fabricantes resulta complicado mantener el ritmo de producción y prácticamente esta se concentra en dos empresas a nivel mundial: la taiwanesa TSMC y la coreana Samsung.
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Derivado de lo anterior, compañías como Nissan hicieron un recorte de 500 mil unidades para este año; Ford canceló turnos en sus fábricas que le podrían generar costos por 2.5 mil millones de dólares, mientras que Toyota disminuyó su producción en un 40 %, por mencionar algunos casos. La misma Samsung se ha visto en la necesidad de retrasar el lanzamiento de su smartphone de alta gama más nuevo.
Apple también dio a conocer que la falta de microprocesadores comenzará a afectar las ventas de los iPhones en los próximos meses. Todo esto a pesar de que la compañía pudo mitigar costos relacionados al recorte, estimados entre 3 y 4 mil millones dólares, pero parece que no será suficiente2.
Entre las principales causas de la crisis de chips en el mundo se encuentran:
- Cadenas de suministro estresadas: después de la reapertura de las fábricas, tras la suspensión de actividades, se acumuló una demanda excesiva de dispositivos y productos que integran semiconductores, lo que complicó mantener el ritmo de producción en el corto, mediano y largo plazo.
- Malas decisiones del sector automotriz: compañías cancelaron sus pedidos de chips porque asumieron que la economía estaba a punto de sufrir un golpe duro y prolongado. En consecuencia, los fabricantes adaptaron sus plantas a fin de producir chips de productos de consumo, generando un desabasto para los vehículos.
- Condiciones climáticas desfavorables: el fabricante japonés Renesas, que produce un tercio de los semiconductores usados a nivel mundial, fue afectado por un incendio el pasado mes de marzo, impactando su capacidad de producción. Tormentas invernales afectaron a la estadounidense NXP Semiconductors y una sequía puso en jaque a TSMC, considerando que se requieren 8,000 litros de agua para crear aproximadamente 100 chips3.
- Tensiones entre Estados Unidos y China: en agosto de 2020 EE. UU. prohibió a las empresas extranjeras venderle a Huawei. Como resultado, la compañía asiática comenzó a almacenar semiconductores, anticipándose a las sanciones que pronto entrarían en efecto. Otras le siguieron el paso, restringiendo el suministro de chips.
Si bien el panorama en cuanto a la recuperación de este mercado es complicado, es importante que empresas y gobiernos tomen cartas en el asunto a fin de evitar mayores complicaciones en el futuro.
¿Encontrar soluciones o quedar desconectados?
La crisis de chips en el mundo es compleja, por lo que no es sencillo que la demanda de microprocesadores se estabilice y se pueda cumplir con los requerimientos del mercado sin mayores contratiempos. Esto implica anticiparse y actuar con resolución con el fin de evitar una situación similar.
TSMC invertirá 100 millones de dólares para contar con capacidad adicional en la producción durante los siguientes tres años. Por su parte, Samsung y SK Hynix, junto con el gobierno de Corea del Sur, se han comprometido con una inversión de 451 mil millones de USD para hacer lo propio, además de ofrecer incentivos a los desarrolladores4.
Por otro lado, las cadenas de suministro en esta industria requieren diversificarse para reducir la dependencia de Taiwán y Corea del Sur. Estados Unidos solo produce el 10 % de los semiconductores que usa. En consecuencia, la administración de Joe Biden contempla presentar una propuesta de ley para invertir 52 mil millones de dólares en aras de impulsar la producción.
De igual manera, IBM planea incrementar su capacidad, por lo cual abrirá su cartera por más de 20 mil millones de USD para construir dos nuevas fábricas ubicadas en Arizona.
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Una estrategia adicional es encontrar nuevas formas para fabricar chips, ya que se depende del silicón. Por tal motivo, el centro de investigación FLEET busca materiales alternativos.
Los gobiernos y las empresas tendrán que ser más estratégicos con la producción de semiconductores. Una nueva crisis de chips en el mundo estará a la vuelta de la esquina a medida que se incremente la demanda, al tiempo en que la tecnología continúa evolucionando y los dispositivos estén más conectados.
Referencias: 1Semiconductor Industry Association, 2CNBC, 3Cosmos, 4Tech Monitor