Evitar que el líder caiga en desánimo e impacte negativamente en el resto del equipo y los resultados de la empresa, implica una correcta evaluación de la personalidad de quien debe ocupar el cargo.
Con frecuencia encontramos líderes que sufren por lograr los resultados a los que se comprometieron con los dueños del negocio. Esta situación, a la larga, no sólo los desmoraliza a ellos, sino a todo el equipo. Identifica cuáles pueden ser las causas:
- Falta de un liderazgo apropiado: el líder debe predicar con el ejemplo y jugar con las mismas reglas que exige a su equipo, cuando no logra que lo sigan se desalienta.
- Conocimientos necesarios insuficientes: esto deriva de no saber cómo reaccionar ante situaciones difíciles, ya sea por desconocer o no dominar un tema indispensable para su desempeño.
- Los objetivos se perciben inalcanzables: cuando el Consejo es demasiado retador y lo que pide está fuera de alcance, pueden darse por vencidos ante la frustración.
- Selección inadecuada: quizá no son los indicados para el puesto y consideran que no son capaces de ejercer sus funciones o se sienten sobrepasados por las circunstancias.
- Percepción de indiferencia o desconfianza por parte de los socios: cuando éstos contratan, pueden no delegar efectivamente o no despegarse por completo, situación que desincentiva e impacta en la seguridad del líder.
Su falta de ánimo es, en esencia, provocada por una o varias fallas de los dueños. Por lo tanto, ellos deben tomar medidas para contrarrestar dicha situación:
- Contar con un sistema de búsqueda y selección conveniente para contratar a un Director o Gerente General; éste debe filtrar a los candidatos priorizando actitudes y formas de pensar sobre estudios o experiencia. Un directivo pudo ser muy bueno en otra empresa, pero cuando se trata de la propia “no da pie con bola”.
- Obtener un compromiso del director por ciertos resultados, no de imponerlos para luego sólo requerirlos.
Es común cometer el error de establecer objetivos sin negociarlos con él. Cuando simplemente se le exige, las tareas tienden a hacerse sin gran motivación para luego demostrar que las metas no pueden alcanzarse. Es vital alinear la visión y generar acuerdos entre ambos; de ésta forma se eleva la moral y el grado de compromiso para lograrlos.
- Detectar la causa de la desmotivación, para luego enfocar la atención en los puntos clave que le motivan. Es importante analizar sus habilidades y estilos de liderazgo. Incluso, si lo amerita, son recomendables los estudios 360° para conocer sus fortalezas, así como sus áreas de oportunidad y trabajarlas.
No es lo mismo ser director que socio
Delegar incorrectamente puede resultar en que se presentan discusiones, choques en posturas, confrontaciones que, lejos de resolver los problemas, tensan más la relación entre los socios y el director.
Quien deja la dirección general a un líder debe aprender a confiar, a relajarse y ser productivo de otra manera. También debe establecer los mecanismos para mantenerse enterado del desempeño mes a mes y asistir a una junta de Consejo donde se rindan cuentas.
Un punto clave es que los sistemas funcionen muy bien, es decir, que se sigan al pie de la letra, de esta manera se alcanzará los objetivos fijados. Pero esto no siempre es así. En ocasiones, algunos sistemas no operan correctamente y por lo tanto no permiten llegar a los resultados. Habrá que pulirlos, mejorarlos hasta cumplirse.
Finalmente, lo recomendable es establecer metas de corto plazo, alineadas con las de largo alcance, que sean más fáciles de conseguir y celebrar. Lograrlas provocará una sensación de satisfacción y optimismo que se volverá un círculo virtuoso.
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