Por Redacción TNE
Aunque parece poco tiempo, este periodo bien enfocado y sin ningún tipo de distracción, pueden hacerte más productivo.
Seguro te ha pasado que estás todo el día en la oficina con muchísimos pendientes y simplemente no avanzas, pero hacia el final del día tienes un momento en el que tus neuronas deciden trabajar por el mismo objetivo y logras terminar todo… a veces en unos pocos minutos.
Existen diferentes teorías de cómo administrar tu tiempo en el trabajo para ser más productivo; una se basa en el modelo de Stephen Covey, que recomienda dividir el reloj en cuatro, es decir, bloques de quince minutos acomodando las tareas en cada uno de estos cuadrantes, desde lo importante y urgente, hasta lo que puede esperar un tiempo.
La clave para que un cuarto de hora sea un periodo de tiempo en el que hagas muchas cosas es saber qué sí puedes hacer y qué no.
Por ejemplo, si tienes 15 minutos no revises tus redes sociales ni te muevas de tu lugar para hablar con algún compañero, mejor opta por realizar un pendiente que pueda ahorrarte tiempo en otro momento o al día siguiente, por ejemplo, la planeación de una junta.
Es vital que este lapso sea sagrado, es decir haz a un lado tu teléfono o cualquier otro tipo de distracción, básicamente debes ponerte un letrero que diga “favor de no molestar”.
Para conseguirlo debes enfocarte y trabajar duro, de lo contrario de nada servirá dividir tu tiempo y aislarte de los demás durante este periodo.
Otros minutos valiosos
Una investigación de Harvard Business School encontró que 15 minutos, sin distracciones, enteramente dedicados a reflexionar y escribir sobre tu trabajo al final de la jornada son esenciales para saber qué estás haciendo bien y que no, para así mejorar tu productividad en el trabajo.
En el estudio, aquellos que destinaron unos minutos a redactar sobre su día, aumentaron su rendimiento un 22%.
Haz listas de tareas
Es un hecho que 15 minutos no te alcanzarán para hacer todo un proyecto o terminar esa lista enorme de pendientes que tu jefe te dio, pero sí puedes ponerle fin a tareas simples, incluso de índole personal, que por tu horario no puedes realizar en otro momento, por ejemplo:
· Revisa tu correo
· Haz tus citas para el próximo día
· Limpia tu escritorio
· Organiza el menú de la semana
· Lee esos artículos de internet que te llamaron la atención y no has podido ver
· Organiza tus gastos
· Realiza ese par de llamadas a proveedores o clientes que no has hecho
Aunque parezca poco tiempo, un cuarto de hora bien aprovechado puede ser lo que necesitas para desahogarte y avanzar en tus tareas.