Mientras un grupo de investigadores desarrolló una mano nano robótica capaz de detectar enfermedades, Google lanzó un nuevo modelo de IA que puede identificar emociones humanas.
A medida que la tecnología avanza, las máquinas están adquiriendo cada vez más capacidades que antes considerábamos exclusivamente humanas. Una prueba de ello es: el innovador mecanismo robótico hecho con ADN capaz de detectar enfermedades desarrollado por científicos de la Universidad de Illinois y un nuevo modelo de inteligencia artificial de Google que puede interpretar emociones.
Ambas herramientas tienen el potencial de revolucionar la relación entre las personas y la tecnología a su manera, gracias a su habilidad para replicar aspectos esenciales de la cognición y sensibilidad humana, por lo que vale la pena profundizar sobre cada una de ellas.
NanoGripper: la mano robótica hecha de ADN que detecta enfermedades
Un grupo de investigadores liderado por Xing Wang, profesor de bioingeniería y química de la Universidad de Illinois y el especialista en ingeniería eléctrica, Brian Cunningham, desarrollaron una mano robótica construida a partir de un solo fragmento de ADN que puede detectar el virus que el COVID-19 con una sensibilidad y precisión comparable a la de una prueba PCR.
Los científicos se inspiraron en la fuerza de agarre de la mano humana y las garras de las aves para hacer el dispositivo, por lo que decidieron darle a NanoGripper la forma de una mano con cuatro “dedos” robóticos integrados en una sola pieza de ADN mediante una técnica conocida como “origami de ADN”.
Cada dedo tiene tres articulaciones, tal como los de los humanos y están programados para identificar moléculas específicas, en este caso la proteína del SARS-CoV-2, mientras que la “palma” está equipada con un sensor fluorescente que se activa al detectar la presencia del virus, permitiendo diagnósticos rápidos y confiables.
Por si fuera poco, más allá de la detección de enfermedades, esta tecnología podría también ser aplicada en la medicina preventiva, ya que según sus creadores puede utilizarse para evitar contagios.
Según lo que los científicos explican en el estudio, el mecanismo robótico además fue diseñado para capturar y aislar virus con el fin de impedir que las partículas virales en el aire logren esparcirse e infectar las células humanas.
De hecho, los investigadores se jactan de que en diversas pruebas de laboratorio, su mano robótica de ADN impidió que el SARS-CoV-2 se uniera a las células huésped. Por lo tanto, a pesar de que admiten que todavía se requieren estudios adicionales para evaluar su aplicación clínica, Wang y su equipo consideran que esta innovación tiene gran potencial para detectar otros agentes infecciosos o patógenos como el VIH y la hepatitis B.
“NanoGripper es un ejemplo del poder del diseño molecular para resolver problemas biomédicos complejos”, señaló Xing Wang. “Este enfoque tiene un potencial mucho mayor a los pocos ejemplos que demostramos en este trabajo de investigación, por supuesto requeriría muchas pruebas, pero la sensibilidad lograda para aplicaciones de diagnóstico refleja el poder de la nano robótica blanda en la medicina”, puntualizó el profesor de la Universidad de Illinois.
PaliGemma 2: la nueva IA de Google que detecta emociones humanas
Por su parte, este jueves 5 de diciembre Google lanzó un nuevo modelo de inteligencia artificial llamado PaliGemma 2, capaz de ver, comprender e interactuar con toda clase de información visual, diseñado para analizar tanto imágenes como vídeos y generar subtítulos o descripciones detalladas y contextualmente relevantes que van más allá de la identificación de objetos para describir acciones, emociones y la narrativa general de la escena.
Pese a que el objetivo principal de la nueva solución es el análisis y la comprensión de imágenes, su capacidad para detectar emociones humanas se ha robado los reflectores, desatando la polémica entre los profesionales de la industria tecnológica, ya que algunos expertos argumentan que los estudios en la materia han demostrado que la expresión de las emociones varía significativamente entre culturas y contextos personales, lo que dificulta la creación de un modelo “universalmente confiable”.
En su defensa, Google asegura que el modelo fue entrenado con base en un extenso conjunto de datos de FairFace, una base de información confiable y diversa que contiene miles de fotografías de rostros de personas.
Adicionalmente, el gigante tecnológico afirma que realizó “pruebas exhaustivas” para evaluar la capacidad de detección de emociones de PaliGamma 2 y garantizar que los resultados que arroja su nueva solución de IA son éticos, seguros y precisos.
Según la compañía liderada por Sundai Pichar, el modelo demostró gran precisión en el reconocimiento de expresiones como ira, sorpresa, tristeza y felicidad. Sin embargo, Google no proporcionó la lista completa de los parámetros de referencia que utilizó ni especificó qué tipos de pruebas se realizaron, situación por la cual Google ha sido objeto de críticas.
Mientras tanto, un portavoz de Google declaró que la compañía respalda sus pruebas de “daños de representación” y aseguró que los usuarios no deben tener nada que temer.
A pesar de las preocupaciones éticas de algunos expertos, PaliGemma 2 representa un paso significativo en la integración de las capacidades cognitivas humanas en sistemas de IA, allanando el camino para la llegada de nuevas tecnologías que seguirán revolucionando la interacción entre las máquinas y los humanos.
El desarrollo de tecnologías como NanoGripper y PaliGemma 2 demuestra cómo las máquinas están alcanzando niveles impresionantes de especialización en tareas que antes considerábamos exclusivamente humanas, ¿será acaso que están a punto de superarnos?