Ya sea a través de una vibración, sonido o mensaje, estas alarmas se han convertido en el principal enemigo de la productividad empresarial, afectando la capacidad de concentración y atención de miles de personas en todo el mundo.
Los celulares inteligentes han traído grandes beneficios y facilitado la vida de las personas en diversos aspectos. Sin embargo, no todo es de color rosa, estudios recientes han demostrado que el uso de estos aparatos afecta la capacidad de concentración y genera dependencia en las personas.
Un mal común en las empresas
Una investigación de Statista reveló que un empleado pasa en promedio de cinco a seis horas a la semana durante su tiempo de oficina utilizando su celular para temas no relacionados con el trabajo. Estas distracciones están costando a las empresas en Estados Unidos alrededor de $650 mil millones de dólares por año, del 2018 a la fecha, según un estudio de Udemy. Las pérdidas causadas por tiempo en el celular son una tendencia en las empresas de todo el mundo, cuyos empleados han visto afectada su productividad por distraerse después de recibir una notificación.
Estos algoritmos dedicados a estar constantemente monitoreando la actividad del celular, para enviar alarmas al usuario, se han convertido en el enemigo número de las empresas por las distintas formas en que perjudican a sus empleados y por afectan a la compañía.
–Las notificaciones afectan la capacidad de atención
Diversas investigaciones revelan que la capacidad de atención focalizada en un mismo periodo de tiempo se está acortando con el auge de los celulares inteligentes. Según un estudio realizado por la Sociedad Radiológica de América del Norte, las pausas causadas por las notificaciones de estos aparatos reducen la capacidad de atención en las personas aproximadamente un 40%, al interrumpir constantemente su ciclo de concentración.
Lo anterior se debe a la cantidad exagerada de estímulos recibidos durante todo el día a través de nuestro celular en forma de notificaciones. Aunado a esto, expertos afirman que la pandemia con todos los cambios en la vida de las personas y el aumento del uso de aparatos electrónicos de forma prolongada debido al encierro, también contribuye a la disminución de los periodos de atención de los seres humanos.
– Las notificaciones afectan nuestra salud
Una persona recibe aproximadamente entre 80 a 100 notificaciones diariamente y revisa su celular hasta 150 veces durante el día. El estar constantemente esperando que algo suceda o la próxima notificación del celular genera ansiedad y hace que las personas vivan en un estado de alerta casi permanente. Debido a esto el cuerpo secreta hormonas del estrés, usualmente liberadas cuando estamos en peligro, aunque en realidad lo único que estamos haciendo es levantar el teléfono.
Las aplicaciones de redes sociales se diseñan a sí mismas para producir dopamina en los usuarios y a través de las notificaciones nos han condicionado a estar constantemente esperando a que algo suceda en nuestro celular. Por lo tanto, cuando llega una notificación el cuerpo libera cortisol, esto provoca que el ritmo cardíaco se dispare generando un desequilibrio mental y emocional.
El problema es que los celulares se han vuelto extensiones de las personas y existe una gran dependencia de estos aparatos. Incluso, hay personas que pueden llegar a sentir pánico y angustia al estar lejos de su celular por un largo periodo de tiempo, conocido como ansiedad por separación del teléfono. Diversas investigaciones han relacionado este término con trastornos de ansiedad y depresión.
Todo lo anterior afecta el desempeño de los empleados, pues una persona que no está bien de su salud, tiene problemas de ansiedad o atraviesa una depresión difícilmente podrá rendir a su máxima capacidad en el trabajo.
– Las notificaciones afectan la capacidad de concentración
Existen ciclos clave de nuestro cerebro que nos permiten mantenernos concentrados. Algunos expertos afirmanque el humano tarda entre 90 y 110 minutos en alcanzar un estado de profundo de concentración. Además al llegar a este punto, es difícil mantenerlos de manera sostenida por más de 15 minutos. Todo ese tiempo y esfuerzo realizado por nuestro cuerpo para alcanzar el nivel óptimo de concentración, es derrumbado en menos de un segundo con el sonido de una notificación.
Al momento de una interrupción, como una notificación, desviamos nuestra atención de la tarea a desempeñar y cuando nuestro cerebro quiere regresar al mismo nivel de concentración, le es muy costoso en términos de capacidad mental y tiempo. Estudios sugieren que se necesitan hasta 23 minutos para recuperar la concentración después de una distracción.
Esto afecta la productividad de las personas, quienes al no mantenerse concentradas en la actividad aumentan sus posibilidades de error y su tiempo de realización, retrasando la producción y afectando los resultados de la compañía donde trabaja.
¿Cómo combatir los efectos negativos de las notificaciones?
La manera más eficiente de hacer que las notificaciones dejen de afectarnos sería simplemente desactivarlas, pero esto puede ser algo difícil para muchas personas que llevan años acostumbradas a vivir pegadas al celular. Sin embargo, existen métodos menos extremos para controlarlas para no afectar nuestro rendimiento laboral.
Gestionar las notificaciones es una forma de evitar que este tipo de alarmas te causen problemas. Debes considerar configurar tu teléfono para decidir qué alertas quieres recibir y cuándo. Es recomendable desactivar todas las notificaciones de aplicaciones que no aporten nada a tus tareas, como redes sociales o juegos y dejarlas activadas solo para cosas, como el correo, agenda, la plataforma de colaboración de tu empresa o alguna aplicación que te ayude a hacer mejor tu trabajo.
También, puedes configurar las notificaciones para recibirlas solamente a ciertas horas. Por ejemplo, desactivándolas durante la jornada laboral y permitiéndolas durante la hora de comida, o hasta salir del trabajo, de manera que no afecte tu productividad. Incluso puedes tomarte un día de detox de tu celular, al dejar tu aparato por un día entero a la semana es un excelente ejercicio para recordarte a ti mismo que no dependes de este aparato.
Tener un canal para emergencias es otra alternativa para no sentir ansiedad al desconectarte de ciertas aplicaciones. Este puede ser una plataforma de chat o mensajes de texto SMS en tu teléfono. Desactiva las notificaciones de todo, excepto este canal de emergencia, a través del cual te pueden contactar en caso de ser necesario.
Sin duda la tecnología seguirá avanzando, el uso de aparatos electrónicos se mantendrá en aumento y las notificaciones continuarán siendo parte de nuestra vida diaria. La clave está en encontrar estrategias efectivas para controlarlas evitando que afecten nuestra salud y rendimiento empresarial.