Los empresarios más poderosos e influyentes del mundo han llegado hasta donde están porque se atreven a desafiar las normas y romper los paradigmas del mundo de los negocios.
¿Qué tienen en común Elon Musk, Jeff Bezos, Bill Gates, Richard Branson y Steve Jobs? Estos grandes líderes tienen alguna diferencia en sus estructuras mentales, que les permite llevar a cabo procesos de pensamiento sin ver en las reglas una limitante para lograr sus metas. Todos ellos son emprendedores y comenzaron desde abajo, pero se atrevieron a romper todo tipo de normas y paradigmas establecidos en los negocios y hoy en día son de los hombres más poderosos del mundo.
Bill Gates dijo alguna vez “las normas que se rompen hoy se convierten en las reglas del mañana” y todo parece indicar que estos millonarios están escribiendo el nuevo playbook para los emprendedores del futuro. El romper las reglas los llevó a ser de los hombres más ricos, exitosos pero sobre todo influyentes del mundo. Su manera transgresora de hacer las cosas los ha convertido en un ejemplo de cómo el atreverse a romper las normas en el mundo de los negocios es muy importante para ser punta de lanza en cualquier mercado.
Desde pequeños nos enseñan a vivir en un mundo de reglas. La mayor parte del tiempo, hablamos, nos vestimos y operamos en función de lo que es correcto de acuerdo al contexto. Existen acuerdos sociales implícitos en los que se les castiga ya sea con la ley o el rechazo social a quienes no actúan de acuerdo a lo establecido.
Las reglas no son malas, dan previsibilidad a las relaciones sociales, evitan la injusticia y previenen el caos. De hecho, las leyes existen para mantener el orden en la sociedad y los negocios deben cumplirlas. Cuando se habla de romper las normas no se trata de hacer cosas ilegales para llegar más lejos. Sino de ir en contra de lo establecido por la sociedad para tomar la delantera al actuar de manera distinta y lograr destacarse del resto de los líderes y/o competidores.
Romper las reglas, es la regla
Las mentes más brillantes en los negocios han encontrado la manera y el valor para animarse a romper las normas y conseguir el éxito empresarial:
Ser irreverente y romper el status quo
Los CEO de empresas del tamaño y peso de Space X o Tesla, acostumbran dar información de cambios o innovaciones en su empresa a través de comunicados formales o ruedas de prensa. Sin embargo Elon Musk nos ha demostrado una y otra vez que esto puede ser diferente. En más de una ocasión, el hombre más rico del mundo ha aumentado el precio de las acciones de su empresa con un tuit. En 2018, por ejemplo tuiteo que estaba “Considerando privatizar Tesla a 420 dólares. Financiación asegurada”. Con eso las acciones de la compañía aumentaran un 11% en ese mismo día.
Richard Branson es un líder atrevido cuya carrera siempre estuvo marcada por acciones irreverentes para llamar la atención del público y promocionar su marca, principalmente en sus inicios, en una era donde no había internet. En 1987, el fundador de Virgin Athlantic, junto con su equipo, se convirtieron en las primeras personas en cruzar el Atlántico a bordo de un globo aerostático. Lo que sin duda le atrajo la atención y mucha publicidad sin costo.
Plantear metas o expectativas irracionalmente altas
Según las normas, las empresas deben trazarse metas objetivas y concretas. A menudo escuchamos de la metodología SMART, la cual esta establece que los objetivos deben ser específicos, medibles, alcanzables y temporales. Y está bien, porque este método puede ayudarte a lograr ciertas metas. Sin embargo los líderes empresariales más destacados del mundo no ven los límites en el potencial de su organización, se trazan metas aparentemente inalcanzables y las convierten en realidad.
Cuando Elon Musk se planteó producir y comercializar autos eléctricos con Tesla, la gente lo etiqueto de loco y más aun cuándo comenzó a trabajar en Space X, para lanzar al espacio un cohete reutilizable. Musk hizo oídos sordos a estas críticas y aunque los primeros tres lanzamientos de Space X no tuvieron éxito y Tesla estaba a punto de caer en quiebra en el 2017, el empresario supo darle la vuelta a la situación y a la fecha sigue revolucionando los viajes espaciales y la industria automovilística.
A Steve Jobs le decían que era imposible fabricar celulares con un cristal de vidrio muy resistente. De hecho el primer prototipo del iPhone estaba diseñado para llevar una pantalla de cristal de zafiro sintética que para Jobs no era muy buena. El creador de Apple se puso en contacto con Wendell Weeks, de Corning Glass seis meses antes del lanzamiento del nuevo celular para comprar cada onza de Gorilla Glass producido por la empresa. Así fue como el iPhone lanzó al mercado el primer celular con pantalla de vidrio.
Fusiona tu vida personal con el negocio
Es muy común escuchar que es necesario separar los proyectos y el tiempo del negocio para no mezclarlos con la vida personal. Sin embargo los empresarios más exitosos del mundo han demostrado cómo combinar sus metas e ideologías personales con las de sus empresas les ayuda a comprometerse con la causa y no rendirse hasta no conseguir sus objetivos.
Elon Musk confía que el uso de la tecnología nos puede ayudar a mejorar nuestra calidad de vida. Por eso todo lo que desarrolla su empresa tiene el propósito de facilitar o mejorar la forma en que vivimos los seres humanos, a través de la tecnología. Además Musk ha combinado a tal grado su vida con su negocio que a veces duerme en un sofá de la sala de conferencias en la fábrica de Fremont, California, para asegurarse de cumplir con los objetivos de producción de Tesla.
Steve Jobs se vestía todos los días, sin importar la ocasión con una camisa negra de cuello y unos pantalones de mezclilla. Llegó a mencionar que esto era para no gastar ni un poco de esfuerzo en decidir que ponerse y así poder enfocarse totalmente en los proyectos de la compañía. Poniendo a Apple por encima de su imagen.
No confiar en casualidades, alguien exitoso no espera que las cosas sucedan, se encarga de que así sea
En 1976 Steve Jobs comenzó a trabajar, con Steve Wozniak, en el primer prototipo de una computadora Apple desde el garaje de su casa. Para conseguir los fondos de producción, Jobs tuvo que vender su camioneta Volkswagen y Wozniak su calculadora programadora. Así fue cómo surgió la primera placa lógica de una computadora de la compañía, llamada Apple I.
En 1984 Jeff Bezos renunció a un buen sueldo como vicepresidente de un banco porque creía en Amazon. Dejó su trabajo y se mudó a Seattle, donde se puso a trabajar en una biblioteca de libros virtuales desde su garaje con un pequeño grupo de empleados. En 1985 vendieron su primer libro y el resto es historia. Hoy en día Amazon es una de las empresa líderes en ventas en línea a nivel mundial y Bezos uno de los hombres más ricos del mundo.
Más vale pedir perdón, que permiso
Elon Musk se adentró a un mercado relativamente nuevo cuando lanzó los automóviles eléctricos de conducción autónoma. El hombre más rico del mundo se atrevió a comercializar estos carros sin regulaciones específicas al respecto, estas se han ido desarrollando casi a la par de los avances tecnológicos en estos automóviles.
Richard Branson decidió lanzar su aerolínea al mercado sin tener los recursos necesarios para hacerlo y terminó por competir con compañías como British Airlines, PanAm y otras más con cientos de aviones. Branson tomó la decisión de comprar su primer avión un día después de que American Airlines le cancelara su vuelo a las Islas Vírgenes. Llamó a Boeing para ver si tenían algún avión modelo 747 de segunda mano en venta, lo compró y al día siguiente ya estaba operando un vuelo con pasajeros.
Estos millonarios han demostrado en más de una ocasión que romper las reglas es su regla. Su mentalidad triunfadora les permite extralimitarse ante las normas establecidas. Han aprendido a escuchar esa voz interna que los anima a romper paradigmas y a controlar las alertas de miedo y angustia. Es importante para cualquier líder empresarial, desarrollar este pensamiento sin límites para atreverse a romper con lo establecido y llevar su empresa hasta lo más alto.