Por Redacción TNE
El éxito en las estrategias de negocio debe entenderse y atacarse en sus justas dimensiones, mismas que requieren de una correcta ejecución, formulación y medición.
“Una estrategia de negocios falla porque no está definida adecuadamente, porque las personas no tienen las capacidades para sacar adelante el trabajo, la cultura lo dificulta, los incentivos no son lo suficientes o no se cuenta con infraestructura necesaria.” – Luis Paredes
De acuerdo a un estudio realizado por la revista Fortune, menos del 10% de las estrategias de negocio correctamente formuladas son implementadas con éxito en las organizaciones. Parece de pronto que todo se reduce a una cuestión de voluntad, compromiso y entrega por parte de quienes las ejecutan, pero ¿son realmente las únicas condicionantes?, ¿qué garantiza el éxito de un estrategia?
Por esta razón nos dimos a la tarea de entrevistar a Luis Paredes Izaguirre, Luis Bárcenas Salido y Luis Naumov García, expertos en la materia, para que nos comenten en su experiencia cuáles son las reglas necesarias para una correcta ejecución en las estrategias de negocio.
Partamos de una pregunta esencial y no menos importante, ¿qué es y qué caracteriza a una estrategia de negocios exitosa? Una primera aproximación, en palabras de Luis Paredes Izaguirre, catedrático investigador del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE), sería que la estrategia es el camino escogido para cumplir un objetivo particular, entendido este último como un beneficio de tipo económico.
Sin embargo, del decir al hacer hay una diferencia muy grande. Si la respuesta fuera así de sencilla, entonces, ¿por qué fracasan las estrategias en las empresas?
El mismo Luis Paredes nos comenta que parte de los fracasos en las estrategias de negocios es porque se plantea la finalidad de la misma como un todo, sin entender que no existe uno sino varios objetivos que requieren ser tratados en su justa dimensión.
Uno de los ejemplos más claros a este respecto, sucedió a la compañía Carrefour, después de que ésta perdiera miles de millones de dólares de valor en el mercado en los últimos años.
Al ser consultado sobre dicha problemática, Lars Olofsson, CEO de la compañía dijo: “Carrefour no ejecutó su estrategia de manera consistente… si tuviera que recomendarle algo al antiguo equipo gerencial, sería que decidiera un estrategia y luego se abocara a ejecutarla.”
Para Luis Bárcenas Salido, Director General de BGABusiness Consultores, la falta de compromiso y seguimiento, aunado a las actitudes de inseguridad por parte de la Dirección al momento de la implementación son las principales causas de las fallas, mismas que generan incertidumbre en el equipo de trabajo y una avance intermitente, sino es que una parálisis total.
Ambos especialistas coinciden que lo anterior se debe a que no se le da la misma importancia y dimensión a la ejecución que a la formulación, y esto ocasiona a que es mucho más complejo y se requiere un mayor compromiso organizacional y gerencial para llevarse a cabo. La dualidad formulación-ejecución tiene más sentido en unos procesos estratégicos que en otros.
Si bien esto es cierto, no son las únicas condicionantes existentes para que una estrategia de negocios no resulte ser del todo efectiva.
La incapacidad para gestionar las expectativas de los clientes, la falta de liderazgo, de gestión de presupuesto, metodologías, entre otros, son algunos ejemplos más del por qué estas estrategias no llegan a su correcta implementación.
Hay que recordar que sin un proceso correcto de planeación, es imposible lograr el desarrollo del mismo.
Para Luis Naumov García, consultor de negocios, las empresas que fueron consideradas como exitosas compartían cinco factores en relación a sus procesos de ejecución:
· Contar con un buen líder que tenga visión clara del negocio a futuro, buen enfoque sobre resultados e integridad en todo sentido.
· Personal que tenga las mismas perspectivas que la empresa y que cumpla con los perfiles de competencias establecidos para los puestos.
· Tener una buena cultura laboral; integradora en los procesos de trabajo.
· Otorgar los suficientes incentivos, tanto a nivel económico como profesional que estimulen el buen desempeño y compromiso del colaborador.
· Infraestructura que permita y otorgue las herramientas necesarias para la buena ejecución.
Es importante recalcar que no existe una estrategia que podamos considerar del todo exitosa, el factor de riesgo y las posibles fallas estarán presentes en cada una de las etapas durante el desarrollo del mismo. Lo importante es tener la facultad para detectar a tiempo y medir el alcance de estos errores con la finalidad de ir afinando los procesos de implementación.
Estos puntos nos recuerdan que cualquier estrategia, por brillante que sea, carece de valor si no puede ser ejecutada en su totalidad. Muchas empresas diseñan estrategias, pero carecen de la capacidad para traducirla en acciones ejecutables y controlables. Las empresas son dinámicas y responden de manera distinta a diversos retos.
Realizado con el apoyo de:
Luis Alejandro Bárcenas Salido
Ingeniero Mecánico Electricista, ITESM Campus Monterrey
Director General en BGABUSINESS Consultores
Director General en IMGUAY, promotora inmobiliaria
Sergio Luis Naumov García
Maestría en Desarrollo Organizacional por
la Universidad de Monterrey
Gerente de Recursos Humanos en M&G polímeros México
Autor del libro “Organización Total”