El reto de las organizaciones es actuar desde adentro hacia afuera para enfrentar los obstáculos externos que se presentan.
Por Redacción TNE
México ha resultado ser el país mejor clasificado para hacer negocios en América Latina y el Caribe en el índice internacional “Ease of Doing Business” realizado año con año. Sin embargo, a pesar de que la nación se ve principalmente influenciada por economías como Estados Unidos y Canadá, por su proximidad geográfica, se encuentra muy por debajo de estas potencias en el ranking realizado a 183 países alrededor del mundo, en el que también se mide con qué facilidad una empresa puede crecer en ese ecosistema.
No obstante en la edición del 2018, México apareció en el lugar 49 a nivel global, muy por debajo de sus hasta ahora socios comerciales, Estados Unidos, se posicionó en el lugar seis, mientras que Canadá lo hizo en el 18. En el primer puesto se encuentra Nueva Zelanda, seguido por Singapur y Dinamarca.
No se ha logrado mejorar en el ranking pese a los esfuerzos realizados por nuestro país para implementar reformas que facilitan los procesos para hacer y crear negocios. Un ejemplo es la reforma aprobada en el 2015 a la Ley General de Sociedades Mercantiles, cuyo objetivo es agilizar los trámites para dar de alta nuevas compañías, conocida popularmente como “Ley de Empresas en un día y costo cero”, que tenía como objetivo generar un ahorro de aproximadamente 10 mil pesos y eliminar 15 días de trámites para formalizar una institución.
Grandes obstáculos
A pesar de esto, México mantiene algunas problemáticas que pueden ser consideradas obstáculos en el progreso de las empresas y el nacimiento de otras nuevas. De acuerdo al Instituto Nacional del Emprendedor, las mayores dificultades son las prácticas informales, las tasas altas de impuestos, el bajo nivel de acceso a financiamiento, cargas administrativas, falta de información, así como la delincuencia y actos de corrupción.
El 57% de los emprendedores en México se han visto afectados por algún tipo de corrupción al iniciar su empresa1 y el 65% de ellos afirma que alguna vez ha perdido una oportunidad de negocios frente a otras compañías o personas que han recurrido a influencias o sobornos para tomar ventaja.
Este tipo de prácticas que van desde transferencias monetarias, favorecimiento de proveedores inferiores, contratación de empleados menos calificados, etc. se han convertido en desmotivadores para quienes buscan crear negocios o aquellos que lidian con empresas ya existentes2.
Sólo 2 de cada 10 empresas en nuestro país son las que subsisten después de cumplir dos años de operación.
Por poco favorecedora que parezca esta cifra, Estados Unidos, aunque mejora esta relación tampoco mantiene una posición muy favorable, según un sondeo de opinión realizado por Gallup más del 50% de las compañías americanas creadas fracasan antes de los cinco años de operación.
Ante esto, a pesar del “estancamiento” que pueda pasar México en el índice antes mencionado, en donde está detrás de competidores económicos que forman parte de la OCDE, Otto Graff, CEO de IGNIA Shared Services, destaca que esta problemática no necesariamente tiene por qué afectar a la creación de nuevas empresas o a su crecimiento.
“Yo diría que depende mucho en la industria en la que está una Pyme, sin embargo si una compañía está contribuyendo con sus impuestos como debe, si es diligente en su contabilidad y si paga como debe de ser no se mete en ‘broncas’ con Hacienda, por lo que no tiene porqué participar en actos de corrupción ya que está haciendo bien las cosas” afirmó Graff.
Por su parte, Héctor González, Presidente de la CANIETI, afirma que aunque puede afectar a su creación por la burocracia y el número de trámites necesarios para formalizar una empresa, no considera a la corrupción como un impedimento en su crecimiento. “Por un lado no creo que sea un factor importante en el desarrollo pero por otro que sí afecta en su constitución, el hecho de que haya muchos trámites o trabas definitivamente permite o incentiva los actos con falta de transparencia” destaca González.
Situación económica actual
A estas dificultades se le suman también las recientes medidas implementadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en la que se ha anunciado un recorte de gasto de 132 mil millones de pesos, equivalente al 0.7% del Producto Interno Bruto, así como el aumento de la tasa de Interés de 0.50 puntos, llegando a 3.75%.
La depreciación del peso frente al dólar también podría convertirse en un factor importante que detenga el crecimiento de empresas que cuentan con deudas en moneda extranjera, sin embargo, de acuerdo al reporte “Situación Banca 2016” expedido por BBVA Bancomer, el nivel de endeudamiento en dólares no representa un riesgo sistémico para estas organizaciones.
En dicho documento se informa que a finales del 2015 el saldo total de crédito de empresas medianas denominado en moneda extranjera fue sólo del 9.6%, mientras que en micro y pequeñas, se concentró en 2.5 y 4.5% respectivamente.
Las empresas que mayormente pueden verse afectadas por el tipo de cambio gracias al nivel de deuda extranjera que tienen son principalmente aquellas en la industria de manufactura, construcción, agropecuaria y minera.
“Si estás en una crisis económica, en general todo el mercado tiende a disminuir su actividad, pero creo que en primera instancia sienten el efecto principalmente las compañías más grandes y después las pequeñas” afirma Graff. Si bien es cierto que las Pymes pueden lograr un crecimiento en proporción a sus ventas de años anteriores, no están exentas a los efectos macroeconómicos, incluso pueden ser más vulnerables.
Para las compañías que tengan gastos y costos dependientes del dólar, inevitablemente se verán afectadas, sin embargo ante esta situación, González asegura que se pueden “generar oportunidades para explorar en otros sectores que resulten atractivos”.
Actualmente “el principal error que cometen las empresas es no actualizarse y no incursionar en nuevas tecnologías, lo cual les permitiría ser más competitivas y agregar valor a su producto”. Muchas veces la problemática más grande no depende en el entorno que rodea una Pyme, sino de los factores internos que se estén llevando a cabo. Su nivel de crecimiento dependerá principalmente de su capacidad de innovación para sobresalir en su industria.
Nuevas y mejores reformas se han generado que favorecen la creación y formalización de compañías, sin embargo algunas otras problemáticas persisten. A pesar de esto, las empresas que se vean afectadas, deben buscar novedosas formas para salir del bache con la ayuda de la innovación y la exploración de oportunidades.
Referencias:
1Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco)
2Estudio “El efecto de la corrupción en emprendedores de MiPyMes”
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