La evolución de las redes sociales presenta uno de los desafíos de política más importantes del siglo, y los debates a su alrededor no pueden basarse en regulaciones. ¿Cuáles son las recomendaciones por seguir?
Los disturbios en el Capitolio en Washington D.C. expusieron la interconexión entre el mundo digital y el mundo real. Exhibieron el daño que las narrativas populistas pueden infligir a la democracia, y demostraron la gran responsabilidad que tienen las grandes empresas tecnológicas al poder arbitrar la esfera pública.
Compañías como Facebook, Twitter, Google y Apple tienen varias tareas: pensar cómo difunden información; lograr que la publicidad política en redes sea transparente; seguir una ética periodística en el manejo de noticias; asumir la responsabilidad editorial del contenido permitido; y promover canales más abiertos para la investigación y transparencia en los recursos.
Bajo este contexto, la Fundación Friedrich Naumann para la Libertad en conjunto con el ITAM, organizó la Cátedra Theodor Heuss 2021 sobre Redes Sociales y Política. Académicos de universidades de todo el mundo, presentaron y expusieron mejores prácticas sobre el uso de canales digitales, uso de social media con fines políticos, entre otros.
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Las redes sociales se han convertido en uno de los desafíos políticos más importantes del siglo, y los debates a su alrededor no pueden basarse en regulaciones.
Soluciones simplistas centradas en erradicar bots, trolls y algoritmos están condenadas al fracaso, porque los costos de ser capturados como troll son bajos y no hay tipificación de delitos cibernéticos.
Los líderes políticos seguirán incidiendo en la difusión de noticias falsas y discursos de odio porque no hay costos más altos que una cuenta suspendida. Además, los algoritmos ayudan a las PyMEs a crecer en sus ventas en línea.
Algunas de las recomendaciones compiladas durante la cátedra para que las empresas tecnológicas trabajen en ofrecer un mejor marco para los derechos digitales, son:
- Promover siempre la libertad de expresión y un debate abierto: deberán contar con expertos que puedan analizar manipulaciones, así como los procesos de decisión de eliminación unilateral de contenido o suspensión de cuentas.
- Fortalecer la transparencia y la libertad: las empresas tecnológicas se están enfocando en moderar contenido y suspender cuentas. Sin embargo, la decisión de bloqueo tiene un sesgo y no permite que estos espacios permanezcan libres.
Las compañías tienen la responsabilidad de proporcionar información a los usuarios sobre la eliminación de contenido y los perfiles suspendidos.
Cuanto más transparentes sean las reglas y los procedimientos de toma de decisiones, más plataformas podrán seguir siendo libres.
- Entre más educación en derechos humanos, más pluralismo en el mundo digital: las redes sociales deben trabajar tanto con las organizaciones de derechos humanos como los periodistas para educarse y formarse en derechos humanos, al igual que en los mecanismos para protegerlos y promoverlos. Deben identificar el discurso de odio, la desinformación y aplicar una conducta ética.
- Promover el papel fundamental de los periodistas para las democracias y asegurar su protección: las plataformas de social media deben monitorear el activismo digital personalizado y cuidar que no surjan o se distribuyan nuevas ideologías o teorías de conspiración.
Las compañías tech, junto con los usuarios y diversas organizaciones, deben comprender que la alfabetización mediática va más allá de ser escépticos a todas las fuentes de información.
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Al apoyar los valores liberales, las redes sociales pueden ayudar a promover la democracia y las sociedades abiertas cambiando la narrativa. De esta manera las empresas tecnológicas lograrán un mayor impacto positivo en la esfera pública.