Convertirte en un emprendedor implica enfrentar retos que pocos logran superar, lo importante de llevar a cabo cualquier proyecto que te plantees es experimentarlo con optimismo y confianza.
Por Jaime Bárcenas Ramos
“Se buscan hombres para viaje peligroso. Salario bajo, frío agudo, largos meses en la más completa oscuridad, peligro constante y escasas posibilidades de regresar con vida. Honores y reconocimiento en caso de éxito”. Con este anuncio insertado en el Times en 1914, Ernest Shackleton intentaba reclutar 27 hombres para formar una expedición que atravesaría el Polo Sur.
A pesar de que el anuncio no era muy atractivo a priori y no invitaba a casi nadie a sumarse al proyecto, las circunstancias y coyuntura económica del momento hizo que tuviera más de 5,000 candidatos. Finalmente el plan de este aventurero y emprendedor fracasó, pero ninguno de sus 27 hombres murió en el intento. Esta historia con final feliz nos ayuda a entender que emprender puede resultar en la mayoría de las ocasiones un viaje peligroso, con inicios duros pero en la mayoría de los casos con un final de placentero éxito.
La aventura de iniciar cualquier proyecto te ofrece la posibilidad de desarrollar una experiencia.
Los valores característicos del emprendedor refuerzan la necesidad de actuar con fe ciega en uno mismo y en el proyecto, fidelidad absoluta y recíproca en el equipo, una dosis de espíritu de aventura y capacidad ilimitada de sacrificio.
Para emprender debes contar con el apoyo incondicional de las personas que te rodean, desarrollando una capacidad de liderazgo a veces innata que permita que la tripulación se embarque contigo, muestre una implicación absoluta y clara convicción en el objetivo.
Cualquier aventura de emprendimiento se resume en: un objetivo, desarrollo de un proyecto concreto, necesidad y captación de medios de financiamiento, capacidad para asumir riesgos, espíritu de lucha y sacrificio, y defender una idea hasta el último extremo, incluso anteponiéndola al resultado final.
Sin embargo, cuando tomas la decisión y acción, cualquiera de las adversidades comienzan a verse más fáciles. No porque se vuelvan irrelevantes o más pequeñas, sino porque tú cambias y te expandes para alcanzarlas.
Para ayudarte a tomar acción hacia estos anhelos profesionales de emprendimiento, los siguientes cinco pasos te ayudarán a evitar posibles estancamientos:
1. Analiza tu situación empresarial actual. Tener claro dónde estás ahora te ayudará a delinear metas, para dar claridad a tus anhelos. Además, tomarte el tiempo para pensar en el “ahora” te ayudará a tener gratitud por lo que has logrado.
2. Decide qué aspectos del “tú empresarial” quieres cambiar. Tal vez sea el no trabajar tanto, no preocuparte demasiado por las cosas o el no dedicarle mucho tiempo a los hijos. Tan importante es saber qué quieres, como también saber qué no quieres.
3. Decide cuál es la persona que deseas ser. No sólo es importante saber qué exactamente quieres lograr en tu negocio, también lo es saber la clase de hombre o mujer en la que quieres convertirte. Cuando decidas esto, te servirá como visión hacia dónde quieres llegar, para no perder el equilibrio.
4. Establece metas que te saquen de tu zona de confort y que puedas medir. Se tiene más oportunidad de realizar una meta específica, en vez de una general. Cuando mides tu progreso, te permite mantenerte en curso, te llena de entusiasmo el saber que estás más cerca y puedes tomar medidas necesarias para modificar tu plan de acción e incluso tu meta.
5. Decide el impacto que tendrá tu negocio al llegar al objetivo. Antes de comenzar el plan, haz la prueba de validez al preguntarte “¿por qué quiero hacerlo?”.
La idea de realizar estos pasos es que te llenen de optimismo y confianza para comenzar a tener más control sobre tu proyecto y también sobre tu vida.