Por Abraham Isaac Vergara Contreras
No hay idea pequeña o grande, pero con la motivación suficiente se puede llegar a emprender un negocio.
Todos en algún sentido somos emprendedores, si decidimos estudiar, casarnos, iniciar una relación, estamos emprendiendo un proyecto; sin embargo no todos pueden ser emprendedores empresarios. Iniciar un negocio, más que una ciencia es determinación, es arte, creer y confiar en lo que somos y en lo que podemos hacer.
¿Cómo saber si es momento de emprender? El primer obstáculo que se tiene que sortear es el entender qué es innovación. Definiciones hay muchas, sin embargo, todo se puede resumir en llevar a la práctica los cambios de un proceso que nos permita obtener una ventaja competitiva ante los demás.
También se debe considerar el impacto social. Aunque no hay una edad idónea para iniciar a ser emprendedor, la experiencia nos dice que a menor edad es mejor, ya que la tolerancia al fracaso es más y los compromisos financieros son bajos. Sin embargo, a temprana edad nos enfrentamos a la falta de experiencia y a los clichés sociales, por ejemplo: el ver a nuestros amigos o compañeros de clase empezar a sobresalir en sus trabajos, muchas veces comprándose ropa, coches o casas. Otro ejemplo es el tener que enfrentarse más de una vez a la frase “ya deja de perder el tiempo y ponte a trabajar” que desafortunadamente muchas veces la escuchamos en el hogar y con los familiares cercanos.
El emprendedor empresario debe tener siempre en cuenta que es un tomador de decisiones y que no es lo mismo recibir su “quincena segura” y fija, que tener que buscar el día a día la nómina de su negocio.
Cuando uno quiere ser emprendedor, las decisiones las toma uno mismo. Una de las mejores capacidades que se debe tener es la de elegir rápidamente y si hay error, pues volver a tomar acción para componer las cosas. No pospongas tus decisiones, no se debe rehuir a esta responsabilidad.
Debes considerar que cada decisión surge de alguna problemática específica que se debe resolver a la brevedad, toma tus decisiones con cabeza fría pero invirtiendo el menor tiempo posible.
Ten en claro los objetivos; se han generado estrategias específicas para alcanzar las metas planteadas desde el desarrollo de la idea y modelo de negocio, pero si no se cuenta con plena claridad hacia dónde se quiere llevar a la empresa, no se llegará a ningún lado.
Otra manera de saber si debes lanzarte es si tienes la capacidad de transformar las amenazas en desafíos. Todo eso que tradicionalmente se observa como riesgoso, se debe convertir en oportunidad de desarrollo y crecimiento, así que la motivación se vuelve imprescindible para alcanzar los objetivos.
Debes tener claro que una de las máximas de los emprendedores es que “sin error no hay aprendizaje”, recuerda que una actividad permanente es decidir, así que no siempre tendrás el tiempo suficiente para realizar análisis profundos, el tiempo apremia y tu empresa depende de tu capacidad para enfrentar los problemas. Debes ser ágil y flexible, tu tamaño permite moverte más rápido que la competencia, así que sé dinámico y no tengas miedo al error. La solución la tienes tú, atrévete a cometer errores, pero busca prontas soluciones.
Existen una serie de factores emocionales, de actitud y financieros que debes considerar al emprender; Carlos Sedano experto en estos temas, destaca lo siguiente:
El emprendedor debe estar consciente de que el dinero al inicio será escaso, es más, hasta los ahorros personales pueden disminuir. Deberá evaluar sus posibilidades de financiamiento tradicional o de capital de riesgo.
Por lo tanto, emprender se convierte en una pasión, el sentir como tus decisiones generan beneficios para ti y tu equipo de trabajo es una sensación de satisfacción única, no te esperes a tener el dinero o experiencia suficiente, si tienes una idea, emprende… ¡es tu momento!