El fabricante japonés de electrónicos adquiere unidad de PC de Toshiba por 36 millones de dólares. Así intentará reingresar a un mercado que abandonó hace ocho años ante las pocas expectativas de crecimiento.
06/06/18 | Por Noticias TNE
Sharp busca regresar al mercado de las PC después de haberlo abandonado hace ochos años por considerarlo poco prometedor; sin embargo, la tendencia va a la alza debido al crecimiento del mercado profesional y de los gamers, entre otros factores. Así que no todo está perdido para las computadoras de escritorio.
La adquisición de la división de PC de Toshiba (TCS) por parte de Sharp se dio bajo un acuerdo de 36 millones de dólares, además de mil 800 millones de USD en acciones para volver a comprar títulos preferenciales de los bancos.
La transacción implica la transferencia del 80.1% de las acciones de Toshiba a Sharp. Esta última, bajo el cobijo de la empresa matriz Foxconn y con el apoyo de su cadena de suministro, contará con la posibilidad de fabricar dispositivos a un menor costo.
De acuerdo a un comunicado, el movimiento por parte de Toshiba se debe a una reestructuración de la compañía, incluyendo un cambio de enfoque dirigido a una estrategia B2B, mientras que investigará opciones estratégicas con terceros.
“Toshiba ha determinado que la mejor manera de fortalecer a TCS, incrementar su valor corporativo, además de asegurar la competitividad a nivel global y el continuo desarrollo del negocio, es con la suma de Sharp como socio”, declaró la compañía.
Una vez que se complete la compra, Toshiba tiene la intención de continuar siendo proveedor de licencias para productos de PC. Se estima que el trato se cerrará el 1 de octubre de 2018; sin embargo, está sujeto a las aprobaciones regulatorias. La compañía contempla reportar pérdidas cercanas a los 17 mil millones de yenes de acuerdo a los resultados financieros del último año fiscal.
Toshiba ha enfrentado decisiones difíciles con la intención de mantenerse a flote en los últimos años. La debacle comenzó en 2006 con la compra de Westinghouse Electric, la división nuclear que terminó por ser un fiasco, pues los proyectos no salieron adelante y Westinghouse se vio forzada a declararse en quiebra para recibir protección.
Entre otras acciones derivadas de la problemática mencionada, Toshiba se vio en la necesidad de vender su unidad de televisiones a Hisense y la línea blanca a Midea, un conglomerado chino, a fin de obtener fondos para cubrir la deuda de pasivos por lo ocurrido con Westinghouse.
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