El reto de toda campaña de mercadotecnia es crear publicaciones sorprendentes, provocativas, valiosas y que se adentren en la conciencia pública para que el mundo caiga rendido a sus pies.
Con información obtenida en entrevista exclusiva con Jonah Berger, profesor de marketing en Wharton School de la Universidad de Pensilvania, y autor del bestseller “Contagious: Why Things Catch On”.
Por Redacción TNE
¿Te has preguntado alguna vez por qué cierto contenido de redes sociales se hace viral mientras que lo que tú subes apenas si obtiene un par de likes? Definitivamente convertir una publicación en todo un fenómeno del Internet no es un hecho fortuito o una simple casualidad.
Conseguir popularidad y hacer que el contenido se comparta miles de veces es el objetivo de todas las marcas, sobre todo de aquellas que apuestan al Internet como su mayor medio de promoción, ya que al lograrlo estarán en boca de todos.
Tras haber estudiado por una década este fenómeno se llegó a la conclusión de que el hecho de que las personas le den share serialmente a ciertos posts que ven en las redes sociales, no es al azar y tampoco es una casualidad. Hay una ciencia detrás de por qué la gente habla y comparte.
Cualquier empresa o individuo puede hacer que sus publicaciones se hagan virales, no importa el producto o marca que sea o la influencia que tenga la persona que lo está presentando.
Lo que en realidad cuenta es la originalidad de los mensajes que se transmiten.
Existen seis principios fundamentales que impulsan a las personas a compartir todo tipo de productos, noticias e información, éstos se agrupan en un esquema llamado STEPPS, acrónimo de Social Currency (moneda social), Triggers (disparadores), Emoción, Público, Valor práctico e Historias.
¿Qué significa cada una de estas claves?
Social Currency (moneda social): son aquellos mensajes que se adaptan y transmiten una imagen deseada por la gente, por ejemplo cosas que hagan que las personas se vean bien o parezcan más inteligentes.
Triggers (disparadores): hace referencia a estímulos del entorno que los consumidores relacionan con ciertos productos o ideas, y que cuando se ponen en el contenido detonan la viralidad.
Emoción: significa incluir imágenes o frases que generen un sentimiento dentro de un mensaje para que siempre se quieran compartir.
Público: es diseñar productos que sean visibles y para todas las audiencias, así se van a autopublicitar y estarán en la mente de las personas.
Valor práctico: en cada contenido que generes debes resaltar qué valor estás ofreciendo, las personas comparten más cuando encuentran útil la información.
Historias: no basta crear contenido, hay que generar historias que la gente quiera contar.
Un secreto a voces
Sin duda la mejor publicidad que puede tener una empresa se da de persona a persona; la recomendación de boca a boca es 10 veces más eficaz que la publicidad tradicional porque la gente considera que ésta es más confiable, con un mayor grado de objetividad y que además es de atención cautiva.
Sin embargo no basta con hacer que los consumidores digan lo que piensan de un producto, para que funcione las empresas tienen que entender por qué la gente habla y comunica.
Compartir es la naturaleza del ser humano, tanto si se trata de contenidos en redes sociales como una buena comida con personas que se aprecian.
Un estudio realizado en el 2014 por The New York Times y el Customer Insight Group mostró que las personas le dan share a una publicación que tiene contenido que dará un valor y/o entretenimiento a los demás, que fortalece relaciones con otros o que la definen. Este informe comprobó que definitivamente es natural hacerlo, pero ahora se comparten más publicaciones, de fuentes más variadas, pero sobre todo con una mayor frecuencia y velocidad.
Conseguir una campaña positiva de boca en boca no sólo implica que lo que deseas posicionar le guste a la gente, es acerca de si las personas realmente están pensando en tu marca o empresa. Puede haber un restaurante que te gusta mucho, pero si nunca piensas en él, no vas a ir a comer ahí. Por esta razón son tan importantes los triggers o disparadores, ya que éstos son los que ayudan a estar en el top-of-mind, es decir a permanecer “en la punta de la lengua” de los consumidores.
Estar en la mente de la gente es posible, incluso si tienes un producto poco convencional y no muy atractivo para las redes sociales. Un buen ejemplo de cómo algo con “poca fama” puede convertirse en un fenómeno de Internet es el caso del fabricante de licuadoras Blendtec que logró más de 150 millones de vistas de los videos hechos para la serie “Will it blend”, en donde se buscaba demostrar que cualquier producto podía ser molido por sus aparatos.
El más exitoso fue el que involucró como “víctima” a un iPhone, debido a que unos pocos segundos el espectador podía ver cómo el teléfono es triturado por completo. Al ser algo que nadie imaginaba se convirtió en contenido digno de ser compartido hasta volverse viral.
Diseña tu estrategia
Generalmente las estrategias deben diseñarse dependiendo del tipo de marca que se tiene, sin embargo para conseguir la viralidad no importa si se cuenta con una B2B o una B2C, ya que los principios STEPPS se aplican de la misma forma sin considerar si se trata de un consumidor o una persona de negocios, hay alguien que realiza el intercambio por lo que es realmente una B2P (Business to People).
Lo que en realidad debe ocupar nuestra atención es evitar que el proceso para hacer que un contenido se vuelva popular falle, porque la mayoría de las personas se centran demasiado en la tecnología que se utilizará para publicar y no lo suficiente en la psicología de los receptores del mensaje.
El principal motivo que lleva a esto es que mucha gente está en exceso en las redes sociales sin entender por qué los usuarios comparten lo que ven. Para hacer contenido popular se tiene que entender la ciencia detrás de la transmisión social. A nivel empresa, muchas se enfocan exclusivamente en lo que se dice en línea, sin embargo sólo el 7% de las recomendaciones de boca en boca son en Internet, la mayor parte es cara a cara. Así que piensa tanto offline como online.
Definitivamente no basta con hacer un video y subirlo a la red, se debe pensar con anterioridad su contenido y la forma en que éste se va a presentar. Analiza si de verdad va a generar un valor y si tú lo compartirías a los demás.
Hecho esto, pon manos a la obra y posiciona viralmente tu marca. Recuerda que mientras más te vea la gente, más estarás en su mente y será más sencillo que al tomar una decisión de compra, éste elija lo que le estás ofreciendo.
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