Las organizaciones están creando puestos directivos para enfrentar retos como las amenazas a la ciberseguridad o hacer más eficiente su servicio al cliente.
Por Redacción TNE
Los avances de la tecnología, el deseo de tener mejor y mayor contacto con los clientes y la necesidad de contar con una relación más cercana con los colaboradores al interior de la empresa, ha provocado que las compañías integren a nuevos directivos, cuyo reto es otorgarle la importancia al primer nivel de la organización a temas como ciberseguridad, traslado de datos a la nube, sustentabilidad, digital marketing y redes sociales, mejora en los procesos de operaciones, entre otros.
Para superar los desafíos actuales, las organizaciones están eligiendo a talento especializado para asumir los roles de reciente creación dentro del C-Suite; ellos deberán enfocarse en satisfacer las necesidades específicas de sus departamentos.
El término C-Suite es usado para describir a los directores de área en las empresas, la C proviene de chief (jefe) y hace referencia a los puestos de mayor rango; actualmente en algunas empresas ya existe un chief officer para cada departamento.
Un estudio hecho por Harvard Business School encontró que desde mediados de la década de los años 80 hasta la actual se ha duplicado el número de directivos y que “la gran mayoría de las nuevas incorporaciones han sido de gerentes funcionales y no generales. Este sistema de liderazgo, con su composición expandida y mucho más especializada, ha contribuido sustancialmente a la capacidad de entregar un cambio complejo dentro de las organizaciones”.
El principal motivo para incrementar el C-Suite es la búsqueda de hiperespecializar a los departamentos para que sus funciones sean más eficientes.
Por ejemplo, Dell cuenta con un encargado de “escuchar” a los usuarios llamado “Chief Listeners Officer”, Facebook contrató a un directivo de privacidad, Coca-Cola añadió responsables de sustentabilidad, regulación científica, integridad y calidad de producto, e incluso la startup Buffer instaló a un Director de la Felicidad, quien busca mejorar la atención al cliente y establecer dinámicas óptimas de trabajo al interior de la empresa.
Agudizando las capacidades
El mercado actual es cada vez más exigente con las compañías y éstas ante esa necesidad de mantener su competitividad y diferenciarse de otras, han creado nuevos puestos estratégicos para que los procesos se subdividan y enfoquen más en conseguir las mejores prácticas.
Tener especialistas para cada función en la alta dirección enfatiza las capacidades de las organizaciones en todos sus frentes. Mientras que anteriormente todo recaía en los directores ejecutivos (CEO), de finanzas (CFO) y operaciones (COO), ahora hay expertos en tecnologías de la información, marketing, recursos humanos, ventas, gestión del conocimiento, innovación, administración del riesgo, sustentabilidad, etc.
Algunos directores que se han sumado a las organizaciones con un papel importante relacionado a la seguridad de la información son el Chief Information Officer (CIO), el Chief Data Officer, el Chief Security Officer y el Chief Privacy Officer, quienes en conjunto con el departamento de sistemas verifican que los flujos de información y los datos confidenciales de los empleados y/o la empresa no sean violados por terceros.
También han surgido el Chief Technology Officer, el Chief Innovation Officer y el Chief Strategy Officer con responsabilidades relacionadas a la integración de nuevas tecnologías y procesos o la renovación de éstos; mientras que para vigilar la atención y comunicación con los clientes existen el Chief Customer Officer y el Chief Accounting Officer.
Un puesto que ha ganado fuerza por la necesidad de las empresas de estar en sintonía con el cuidado del medio ambiente y su comunidad es el Chief Sustainability Officer, quien gestiona que su compañía tenga una administración efectiva de sus recursos, además promueve acciones de reciclaje e involucramiento de todos dentro y fuera de la organización en acciones relacionadas con la ecología.
El departamento de Recursos Humanos (CHRO) también ya se encuentra dentro del C-Suite y se acompaña del Chief Behavior Officer y/o del Chief Compliance Officer; en el área de marketing han surgido el Chief Social Media Officer y el Chief Public Relations Officer como soporte para cuidar el contenido que se publica en las redes sociales y los medios de comunicación.
Delegar sin perder el control
Realizar esta división de “poderes” requiere prestar mayor atención en la alineación de la estrategia de cada área con la general, ya que los equipos de ejecutivos orientados por sus funciones pueden enfrentarse a dificultades para formular y actuar sobre los planteamientos de toda la empresa.
De acuerdo al informe “The C-suite: Time for Version 3.0?”, publicado en Deloitte University Press, los nuevos niveles de C-Suite “deben trascender los límites funcionales para asegurar una mayor alineación y coherencia, sin fallar a los acuerdos de mando y control de una época pasada”, cuando había menos cabezas en las organizaciones.
¿Por qué se puede fallar en este punto de la estrategia? Simple, los CEOs al dividir en más segmentos la empresa y “repartir” el poder, corren el riesgo de perder el control sobre lo que pasa a su alrededor, su principal reto es evitarlo.
En una encuesta global realizada por Economist Intelligence Unit a ejecutivos del C-Suite, más del 70% coincidió en que la aceptación y apoyo directo son los factores determinantes para el éxito de las iniciativas de la dirección general, ya que es “complicado obtener apoyo unificado de todos los directivos”.
La encrucijada de tenerlos o no
La tendencia de crear nuevas direcciones se ha adoptado en muchas compañías, pero por otro lado ha sido criticada por investigadores, quienes afirman que estos nombramientos parecen ser ideas de mercadotecnia para mejorar la imagen de las empresas.
Mark Stevens, experto en marketing y administración, considera el aumento de la línea del C-Suite como un “show” ya que los nuevos directivos no tienen un poder real dentro de la empresa. Para este autor los únicos que siguen “mereciendo el título” son el CEO, el CFO y el COO.
Por su parte, Peter Cappelli, profesor de Administración en la Universidad de Pensilvania, cree que los nuevos roles son una forma de señalar internamente -pero pensando en el consumidor- las funciones o tareas más importantes dentro de la compañía.
Cappelli destaca que al crear nuevas direcciones las grandes organizaciones tienen más posibilidades de que éstas tengan un papel más serio y fundamental, porque tienen los recursos y estructura para conseguirlo, mientras que en las más pequeñas pueden llegar a ser modas o ganas de ser creativos.
La decisión de cuáles crear y qué funciones delegarle a cada una de estas nuevas cabezas, sin duda depende de cada empresa de acuerdo a su tamaño y necesidades, ya que dividir las tareas entre muchos puede acarrear beneficios, pero también generar riesgos al momento de ejecutar sus estrategias.
Incrementar las posiciones del C-Suite sin duda es reforzar a la organización porque el conocimiento se enfocará en donde se necesita y el talento destinará sus fuerzas a enfrentar problemas específicos de cada área para en conjunto fortalecer la estructura general.
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