Por Redacción TNE
No impongas, mejor enseña con el ejemplo.
Los padres pueden ser uno de los mayores factores de éxito en los hijos, o también quienes terminen arruinando su desarrollo. El autor y periodista Paul Tough afirmó al medio The Telegraph que la clave para mejorar el desempeño académico de los niños es todo lo contrario a ser un padre demasiado exigente, por lo que es un total impulsor de la llamada slow education o educación lenta, en la cual lo mejor es no presionar excesivamente a los hijos o terminarán haciendo todo lo contrario a lo que los padres quieren que hagan, que la mayoría de las veces es: tener éxito.
Los siguientes consejos rápidos te ayudarán a mejorar la relación con tus hijos y a lograr que salgan adelante por sus propios medios.
Enséñalos a ser resilientes: aprender a soportar todo tipo de adversidades desde pequeños les ayudará a proponerse metas cada vez más grandes y a alcanzar objetivos que ni siquiera ellos tenían idea que podían lograr.
Déjalos que intenten cosas nuevas, que se tropiecen y que sientan experiencias difíciles o retadoras, aumentará su inteligencia emocional y reducirán sus miedos.
Comunícate con ellos: mejorar sus procesos de comunicación tanto verbal como escrita los ayuda a que en un futuro ellos puedan expresar mejor sus ideas cuando sea necesario. Además, debes estar al tanto de lo que pasa en su vida, qué le afecta, qué podría mejorar, porqué su desempeño no es el idóneo, etc. Si conoces mejor a tu hijo, podrás ser capaz de percibir cuando algo le molesta y resolverlo para que no lo lleve a una actitud contraproducente.
Enséñalo a ser empático: ésta ha sido una de las cualidades más importantes que se han ido perdiendo de acuerdo a la pedagoga y autora Michele Borba, quien destaca que nadie nace siendo empático, es una característica que se tiene que enseñar para que tu hijo sea capaz de entender a otros y pueda convertirse en un mejor líder. Si desde pequeño sabe que los insectos sienten y no deben ser maltratados o que sus compañeros sufren cuando son “bulleados” será una persona más humana, ética y sobre toda exitosa.
Sé un mejor ejemplo: increíblemente, algunos papás suelen quejarse de que sus hijos no leen lo suficiente o son dependientes totalmente a los dispositivos electrónicos, sin darse cuenta que el primer factor que hace que ellos lo hagan es ver a su referente paterno también haciéndolo. Si tú como padre estás pegado a tu teléfono todo el tiempo y no lees ni dos libros al año, no esperes de tu hijo lo contrario. Si no les enseñamos con el ejemplo, jamás lo verán como algo natural, sino como algo impuesto.
Logra que aprenda a alimentarse correctamente: tanto en su infancia como en las siguientes etapas, un factor muy importante para mantener su desarrollo es que el niño se acostumbre a comer bien, es decir que sepa la importancia de desayunar, comer y cenar buenos alimentos. Los padres acarrean estos hábitos desde pequeños y se los “heredan” a sus hijos, por lo que crecen convirtiéndose en adultos que sólo desayunan café negro, lo cual afecta increíblemente el desempeño.
Déjalo que juegue: los adultos, en su afán por querer crear al hijo perfecto, suelen limitar el tiempo de juego de los niños, para cambiárselo por más tareas o un hobby o pasatiempo que no es de su agrado, sin embargo este tiempo para un niño es tan importante como el descanso para un adulto, se trata de llevar un balance efectivo. Si ha pasado todo el día sentado en un escritorio y al llegar a casa le impones que inmediatamente haga la tarea, seguramente no estará sacando su máximo potencial.
Criar un niño feliz es formar un adulto responsable, algunos de los mejores pedagogos concuerdan en que ser demasiado estricto con ellos resulta ser un factor contraproducente al educar a un hijo.